El príncipe Enrique, a su salida de los Tribunales Reales de Justicia el 30 de marzo de 2023, en Londres. MAX MUMBY/INDIGO (GETTY IMAGES)

El futuro de Enrique de Inglaterra en Estados Unidos, lugar al que se mudó junto a su esposa, Meghan Markle, en 2020 tras abandonar su rol en la familia real británica, podría estar en peligro. La Administración de Joe Biden podría ser llevada a los tribunales por la concesión del visado estadounidense al duque de Sussex, después de que este admitiera haber consumido drogas en sus memorias, tituladas En la sombra, y publicadas a principios de este año.

En el libro, el príncipe Enrique admite haber consumido cocaína cuando era adolescente, haber fumado hierba y probado hongos alucinógenos en la casa de la actriz de Friends Courteney Cox, quien recientemente lo negó en una entrevista en la revista Variety. El hijo menor del rey Carlos III admite también que, mientras que para él el consumo de alcohol y cocaína habían sido “algo más social”, su relación con la marihuana, sin embargo, era mucho más profunda. A principios del pasado mes de marzo, en una entrevista difundida en streaming con el médico y escritor canadiense Gabor Maté con motivo de la presentación de sus memorias, el duque de Sussex desveló cómo en concreto la marihuana se convirtió en su salvación en un momento difícil de su vida: “Empecé a consumirla de forma recreativa y luego me di cuenta de lo buena que era para mí”, reveló. Tanto sus memorias y sus declaraciones causaron un gran revuelo en el Reino Unido, donde varios activistas antidrogas las catalogaron como “preocupantes”.

Ahora, en Estados Unidos, esas revelacionses sobre su pasado podrían costarle el visado. La Fundación Heritage, una organización conservadora estadounidense creada en 1973 y con sede en Washington, que influyó enormemente proporcionando orientación política a la Administración de Ronald Reagan, ha exigido al Departamento de Seguridad Nacional saber si el duque de Sussex confesó haber consumido drogas mediante la petición de publicación de la solicitud de su visado estadounidense. El Gobierno se ha negado hasta la fecha a divulgar esta información, a pesar de que dicha solicitud se ampara en la libertad de información. Ahora un tribunal decidirá si obliga a los funcionarios a hacer públicos los registros de inmigración de Enrique de Inglaterra para ver si dijo la verdad o no en su solicitud para obtener el visado.

“Esta solicitud es de interés público a la luz de una posible revocación del visado del príncipe Enrique por consumo de sustancias ilícitas y por las nuevas dudas sobre el consumo de drogas del príncipe”, señala la petición de la Fundación Heritage. En Estados Unidos, las leyes de inmigración clasifican a cualquier extranjero que se determine como drogodependiente como inadmisible en el país. Por lo que si el duque de Sussex admitió el consumo de drogas, se le podría prohibir solicitar la ciudadanía e incluso deportarlo. Su esposa Meghan Markle, por su parte, es ciudadana estadounidense, así como sus dos hijos en común, Archie y Lilibeth, quienes nacieron en California, lugar de residencia del matrimonio.

Fuentes cercanas al príncipe declararon el mes pasado a The Telegraph que el duque había sido “sincero” en su solicitud de visado, sugiriendo que sí había hecho referencia a su consumo de drogas en el pasado. Esto ha levantado ampollas entre varios miembros de la Fundación Heritage, tanto en Estados Unidos como en el Reino Unido, que se preguntan si el príncipe recibió, entonces, un trato de favor. Este ha sido el caso del comentarista conservador británico Nile Gardiner, a su vez director del Centro Margaret Thatcher para la Libertad en la Fundación Heritage, y quien fuera asistente personal de la ex primera ministra británica conocida como La dama de hierro: “El tema de las drogas es un asunto importante. Los solicitantes de un visado en Estados Unidos tienen que decir si han consumido drogas. Si dicen que sí, tienen que rellenar un informe detallado. A veces, se les niega la entrada al país”, ha declarado en un artículo en The Times. “Para que él lograse entrar debe haber requerido cierta intervención de alto nivel de la que no tenemos conocimiento. Lo que estamos preguntando es si él fue abierto y transparente en dicha solicitud o si se le dio un trato de favor. ¿Fue tratado de forma distinta a todo el mundo?”.

Samuel Dewey, el abogado que está actuando en nombre de la Fundación Heritage , ha declarado en la misma línea sobre el caso del príncipe Enrique, aclarando que el duque de Sussex podría conseguir el visado sometiéndose a una serie de chequeos médicos en el futuro: “Cuando se concede un visado, se exige un examen médico completo. Esto es una condición de una dispensa en el caso de que alguien haya admitido el consumo de drogas en su pasado. En el futuro, podría darse la situación de que la persona tenga que volver a pasar los chequeos, para que haya un seguimiento. Pero simplemente no sabemos cómo ha sido tratado el príncipe Enrique, y por eso estamos haciendo preguntas”.