Fue un 9 de diciembre de 2012 cuando el espectáculo mexicano se despertó con una triste noticia: la aeronave que trasladaba a la cantante Jenni Rivera tras un concierto en la Arena Monterrey a la ciudad de Toluca había perdido la comunicación con los radares a minutos de su despegue.

Todo era incierto. No se conocía nada sobre el paradero de la intérprete de La gran señora y las especulaciones sobre su muerte comenzaban a surgir. Cuando se conoció que el Lear Jet 25, con matrícula N345MC, había caído en la Sierra Madre Oriental en el municipio de Iturbide, en Nuevo León, los peores miedos de sus seguidores comenzaron a hacerse realidad.

No había ningún sobreviviente. Ni sus acompañantes Arturo Rivera Ruiz (publirrelacionista), Jacob Yebale (maquillista), Jorge Armando Sánchez (estilista) y Mario Macías Pacheco (abogado) ni la ‘Diva de la Banda’ se presentarían a sus actividades de ese día, que incluía ser parte del jurado del programa La Voz México. Su voz se había apagado a los 43 años, la misma edad que el avión que abordó a las 3 de la mañana.

Aunque en un inicio la Dirección General de Aeronáutica Civil explicó que debido al grado de destrucción de la aeronave, que cayó en picada y luego explotó, no era posible determinar la causa del accidente, posteriormente se conoció un informe que detalló una ‘cadena de errores’ en el vuelo que volaba a 28 mil pies de altura con una velocidad cercana a los mil kilómetros por hora.

Entre los desaciertos, se encontró que el capitán que piloteaba el jet, Miguel Pérez Soto, tenía 78 años, algunos más que el límite permitido para tripular un artefacto con dicha sobrecarga. En contraste, esta falla a la normatividad se sumó a que su copiloto, Alessandro Torres Álvarez, solo tenía 21 años, con una licencia que no era apta fuera de los Estados Unidos.

La familia acudió al lugar de los hechos para esclarecer la situación. Entre el desastre, encontraron una página de la Biblia que Jenni llevaba consigo, que actualmente guarda su madre. Una cruz de madera recuerda el fatal accidente donde Rivera perdió la vida, con una investigación que fue cerrada por las autoridades mexicanas a finales de 2014.