Protesta frente a la embajada rusa de Berlín el 23 de septiembre pasado. HANNIBAL HANSCHKE (REUTERS)

La muerte en extrañas circunstancias de un diplomático ruso en pleno centro de Berlín ha vuelto a poner el foco en las actividades de espionaje que las potencias mundiales mantienen en la capital alemana. Un funcionario de la misión diplomática rusa de 35 años murió tras caer del edificio de la embajada el pasado 19 de octubre, según ha publicado este viernes el semanario Der Spiegel y ha confirmado un portavoz del Ministerio de Exteriores alemán. Según el semanario, el hombre era en realidad colaborador de los servicios secretos rusos, conocidos como FSB, es decir, un espía.

El portavoz de Exteriores no ha facilitado ningún dato sobre el suceso, pero Der Spiegel publica que el día 19, martes, agentes de policía encontraron en la acera el cuerpo del diplomático hacia las 7.20 de la mañana, justo delante del edificio de la embajada rusa, que se encuentra muy cerca de la puerta de Brandeburgo, en el conocido bulevar Unter den Linden. Los agentes intentaron reanimarle, sin éxito. Aparentemente, el hombre había caído desde uno de los pisos superiores del edificio.

Berlín sigue siendo escenario de sucesos extraños que parecen sacados de otra época, de cuando la ciudad estaba dividida por el muro y espías de todos los bandos calentaban la Guerra Fría con su intercambio de información. La justicia alemana sigue investigando el papel del FSB, el cuerpo de inteligencia rusa, en el asesinato de un ciudadano georgiano, excombatiente checheno, en Berlín en el verano de 2019. Ante las sospechas de que Moscú estuvo detrás del crimen, ocurrido a plena luz del día en el parque berlinés de Tiergarten, las autoridades alemanas expulsaron a dos diplomáticos rusos. Por primera vez, la Fiscalía federal sugería que el Kremlin era autor intelectual de un asesinato ocurrido en territorio alemán.

El fallecido el mes pasado era segundo secretario en la delegación rusa desde 2019, según Der Spiegel. El semanario asegura que la policía alemana no maneja muchos datos sobre él ni sobre las circunstancias de la muerte. Según el portal de investigación Bellingcat, el fallecido era Alexei Zhalo, hijo del teniente general Alexei Zhalo, jefe de la Oficina de Protección del Sistema Constitucional del FSB.

La embajada rusa aseguró que el suceso fue un “trágico accidente” y alegó “motivos éticos” para no dar más información. El semanario señala también que la legación rusa ha impedido hacerle la autopsia al cuerpo y que, dado que el fallecido tenía estatus diplomático, la Fiscalía no puede investigar en qué circunstancias se produjo la muerte, como la posible implicación de terceras personas.

Funcionarios del FSB, heredero del KGB soviético, estuvieron implicados en el ataque con un agente tóxico al opositor ruso Alexei Navalny en el verano de 2020, según una investigación del portal Bellingcat, que comprobó que agentes del servicio secreto le siguieron el día en que fue envenenado. En 2003 se produjo otro suceso similar al ocurrido este octubre, cuando un trabajador de la embajada rusa murió al caer de una ventana de un piso alto del edificio.