El huracán Iota, catalogado de “catastrófico” y “extremadamente peligroso”, ha tocado tierra en la noche de este lunes en la costa noreste de Nicaragua, cerca de la ciudad de Haulover, unos 45 kilómetros al sur de Puerto Cabezas, con vientos sostenidos de 250 kilómetros por hora, informó el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés). La furia del ciclón ha provocado inundaciones, colapsado el tendido eléctrico y destrozado miles de viviendas. Después de tocar tierra, ha perdido fuerza hasta convertirse en un huracán de categoría 1 con vientos sostenidos de 135 kilómetros por hora y ahora amenaza a Honduras, donde la principal preocupación es la cantidad de lluvia que pueda dejar en zonas que ya sufrieron inundaciones y deslizamientos con el huracán Eta, un potente ciclón que hace 10 días dejó 261 fallecidos en Centroamérica.
Las primeras lluvias y ráfagas de Iota comenzaron a azotar en la mañana del lunes la costa Caribe de Nicaragua, sobre todo la ciudad de Bilwi, donde Eta causó fuertes destrozos y donde el lunes se vivieron escenas de temor y frenesí: los pobladores sacaban de las casas las pertenencias, mientras las autoridades evacuaban las zonas más vulnerables. Con el paso de las horas, los efectos del ciclón se fueron intensificando en forma de precipitaciones y vientos fuertes. Según el Sistema Nacional para la Prevención, Mitigación y Atención de Desastres (Sinapred), Iota es el huracán más fuerte que ha impactado Nicaragua desde que se tienen registros.
En el Caribe nicaragüense, una zona muy pobre y aislada, la sensación es de que los elementos no dan tregua. Los comunitarios de Wawa Bar, un pequeño poblado borrado del mapa por Eta, empezaban a reconstruir sobre los estragos. Pero desde el fin de semana comenzaron a ser evacuados ante la amenaza del nuevo huracán. En algunas zonas de Nicaragua, la alerta roja sigue encendida desde el paso de Eta. Según informó Guillermo González, director del Sinapred, hasta este lunes había 20.000 evacuados y el país estaba en condiciones de habilitar cerca de 1.300 albergues. Pero los vecinos que ya estaban ocupando esos refugios han criticado al Gobierno por las carencias y la falta de víveres en esos centros.
Potenciales “efectos catastróficos” en Centroamérica
Se espera que Iota provoque también lluvias torrenciales e inundaciones repentinas potencialmente mortales en Centroamérica durante este martes, según el NHC. El organismo advirtió de que el riesgo de inundaciones y deslaves en algunos de esos lugares pueden ser acentuados por los efectos del huracán Eta, que golpeó con especial fuerza a Honduras, Guatemala y Nicaragua, lo que puede generar “efectos catastróficos significativos”.
En Honduras, los 18 departamentos del país están en alerta roja y en 10 de ellos el lunes se llevaron a cabo evacuaciones a modo preventivo en zonas cercanas a ríos y arroyos con peligro de inundación. En el valle de Sula, algunas personas que trataban de recuperar enseres de entre los destrozos de Eta se han visto obligadas a desalojar nuevamente lo que quedaba de sus viviendas. Las autoridades emitieron una alerta de huracán desde Cabo Gracias a Dios hasta Barra Patuca y habilitaron 300 refugios temporales para que la gente pueda resguardarse.
En Guatemala, las autoridades comenzaron en la mañana del lunes evacuaciones en el departamento de Izabal, uno de los más afectados por Eta y que ahora está en el trayecto de Iota, según informó la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred). Además de los más de 260 muertos y decenas de desaparecidos en toda Centroamérica, Eta dejó a cientos de miles de desplazados, pueblos en Guatemala declarados como “campos santos” ante la imposibilidad de llevar a cabo labores de rescate y al 20% de la población de Honduras sin nada que llevarse a la boca ni un techo donde protegerse ante la llegada de más agua, según la Cruz Roja Internacional. Eta golpeó con dureza la costa caribeña de Centroamérica hace dos semanas como un huracán categoría 4. Posteriormente se degradó a tormenta tropical, pero el fuerte viento y la caída de agua durante varios días seguidos causaron inundaciones y deslaves.
Iota deja a Cartagena de Indias inundada
Iota es el décimo tercer huracán de esta temporada en el Atlántico, que está siendo inusualmente activa y el primero que alcanza la categoría 5 este año. En su avance por el Caribe, el ciclón ha dejado devastación en Cartagena de Indias y en el archipiélago de San Andrés y Providencia, cerca de la costa de Centroamérica. La ciudad amurallada de arquitectura colonial en el Caribe colombiano está sumergida bajo las aguas tras el paso de la tormenta. Sus intensas lluvias han dejado este fin de semana, un puente festivo en Colombia, más de 150.000 damnificados y 33 barrios inundados en el puerto turístico, donde las autoridades locales han declarado la calamidad pública.
Hasta el 70% de Cartagena se encontraba inundada este fin de semana, según el alcalde, William Dau. Las imágenes de calles convertidas en arroyos se repiten desde las barriadas periféricas, las más golpeadas, hasta el afamado centro histórico de balcones coloniales en una ciudad que depende del turismo y aún no se recupera del impacto económico y sanitario de la pandemia del coronavirus. Cientos de damnificados han sido trasladados a un coliseo deportivo habilitado como albergue y el Gobierno nacional ha confirmado la entrega de 10.000 paquetes de ayudas que incluyen alimentos y productos aseo.
Las lluvias han causado estragos a lo largo y ancho del país. Aunque en Cartagena no se han reportado víctimas fatales, Colombia ha sufrido una fuerte oleada invernal, agravada por el paso de Iota, que deja al menos siete muertos y miles de damnificados. Las precipitaciones han castigado los departamentos del Caribe, así como Antioquia y Chocó, en el noroeste del país, de acuerdo con la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD). En la población antioqueña de Dabeiba murieron cinco personas por deslizamientos de tierra provocados por las lluvias.
En el selvático Chocó, uno de los departamentos más pobres de Colombia, sobre el Pacífico, hay más de una decena de municipios afectados también por la inclemencia de las lluvias. Allí murió una persona por el derrumbe de una vivienda. Las autoridades siguen de cerca la situación en el archipiélago de San Andrés, Providencia, Santa Catalina y los cayos, donde el oleaje y los vientos huracanados pueden causar estragos. Los aeropuertos de la zona no están operando, San Andrés anunció un toque de queda y amaneció sin servicio eléctrico por la caída de postes, mientras que Providencia se encontraba incomunicada este lunes. En la noche, las autoridades confirmaron que una persona murió en Providencia y el 98% de la infraestructura de la isla quedó destruida.