Esta semana el Consejo de Seguridad de la ONU autorizó el despliegue de una fuerza armada multinacional en Haití para reforzar la seguridad local en medio de una crisis de violencia generalizada. Se ha establecido que Kenia encabezará el esfuerzo con 1.000 agentes, que será complementado con elementos de Antigua y Barbuda, las Bahamas y Jamaica.

Las pandillas controlan gran parte de Puerto Príncipe, con frecuentes secuestros y agresiones. En el resto del país se han desplazado a cerca de 200.000 personas desde el magnicidio de Jovenel Moïse a causa de la violencia. La misión de seguridad había sido solicitada con urgencia por el primer ministro Ariel Henry. A pesar de la crisis de inseguridad, diversos críticos han señalado los problemas que han presentado las misiones de paz de la ONU en Haití en el pasado.

Haití estaba libre de cólera hasta 2010, cuando elementos de una misión de paz de la ONU contaminaron un río. Más de 9.000 personas murieron en el contagio subsecuente y cerca de 800.000 se enfermaron. Múltiples reportes señalan también casos de abuso sexual por parte de los elementos de la anterior misión para estabilizar al país, que finalizó en 2017.