Crimea Russia Ukraine Imagen de los daños sufridos por el puente tras la explosión. CRIMEA24TV (VIA REUTERS)

Una explosión ha dejado maltrecho la madrugada de este lunes el puente que une Crimea, la península ucrania ocupada por Moscú, con Rusia por el estrecho de Kerch. Además del frente de batalla, Crimea es clave para Kiev en la guerra contra el invasor ruso. El supuesto ataque, el segundo que se produce en esta infraestructura clave, ha dejado dos muertos y ha obligado a cortar el tráfico rodado y ferroviario. El Kremlin ha acusado al ejército ucranio de estar detrás del sabotaje, pero Kiev, que ofrece muy poca información sobre sus acciones en territorio ocupado, apunta a “una provocación de Moscú”, según la portavoz de su comando militar en el sur del país. Sin embargo, medios ucranios, como el diario Ukrainska Pravda, que publica algunas fotos y vídeos de los daños, apuntan a las fuerzas armadas ucranias como autor. Es el segundo ataque contra este puente estratégico para Rusia, después de que el 8 de octubre, un camión estallara mientras lo atravesaba obligando a cerrarlo.
También fuentes de los servicios secretos ucranios refuerzan esta hipótesis. La agencia pública de noticias de Ucrania Ukrinform ha apuntado a que drones marinos ucranios están detrás del ataque. La agencia cita fuentes no identificadas del Servicio Secreto Ucranio (SBU) y de la Marina ucrania.

La explosión de este lunes obligó a detener la circulación después de que parte de la infraestructura del puente se derrumbara, según las autoridades rusas de ocupación. Además del tráfico rodado y el ferroviario, se ha interrumpido también la conexión marítima mediante transbordadores, asegura el Gobierno de Moscú. Hasta el momento, el gobernador de la región rusa de Bélgorod, Viacheslav Gladkov ha informado de dos personas muertas y una niña herida. “Se ha producido una situación de emergencia”, dijo a través de la red social Telegram, Serguéi Aksionov, representante de Moscú en la península, al tiempo que comunicaba que se estaba trabajando en la infraestructura para restablecer las comunicaciones.

Hasta el momento, Kiev no ha informado de ningún ataque en Crimea. La portavoz del Mando Sur de las Fuerzas Armadas de Kiev, Natalia Humeniuk, señaló que podría tratarse de una “provocación” del Kremlin. El domingo, las autoridades rusas denunciaron a través del Ministerio de Defensa que habían logrado repeler un ataque enemigo con la destrucción de siete drones aéreos y dos marítimos. Otra gran explosión sacudió ya este mismo puente el 8 de octubre. Rusia responsabilizó entones a las autoridades de Ucrania. Esta infraestructura, inaugurada por el presidente ruso, Vladímir Putin, en 2018, es esencial para que Moscú pueda mantener su control sobre la península ucrania, que ocupó en 2014. Tiene 19 kilómetros de largo y permite el paso tanto de vehículos como de trenes.

Uno de los principales objetivos de la contraofensiva que Ucrania puso en marcha a principios de junio es cortar el paso a las tropas rusas por el corredor terrestre que va a orillas del mar de Azov desde la ciudad de Melitópol (región de Zaporiyia), a las puertas de Crimea, y Mariupol (región de Donetsk), junto a la frontera con Rusia. Romper ese pasillo e incomunicar Crimea por el estrecho del Kerch dificultaría mucho la presencia rusa en la península y complicaría, al mismo tiempo, el abastecimiento de los militares rusos asentados en las regiones de Zaporiyia y Jersón desde el año pasado.

Posible cambio de estrategia
El presidente ucranio, contrario a negociar mientras un solo kilómetro de su país siga ocupado, podría haber pensado en un cambio de estrategia. Esta pasaría por tratar de avanzar con sus tropas hacia las cercanías de la península ocupada. Una vez a tiro de artillería, se trataría de hostigar a Moscú y forzar a Putin a afrontar conversaciones que lleven al final de la guerra y a la salida de Rusia de Ucrania, según confirmó Zelenski en una entrevista con la cadena estadounidense CBS el pasado 9 de julio. “La retórica lógica indica que, en el momento en que Ucrania llegue a la frontera administrativa con la península ucrania temporalmente ocupada, Crimea, es muy probable que Putin se vea obligado a buscar el diálogo con el mundo civilizado, a diferencia de lo que ocurría antes de la invasión a gran escala, porque se debilitará”, declaró el mandatario. Hasta ahora, Zelenski había insistido en que no negociaría sin la salida previa de todas las tropas del Kremlin.

Pese a estos ataques, la guerra se vive en Crimea con menos intensidad. Eso permite a Rusia echar raíces como autoridad más tranquilamente pese a no tener reconocimiento alguno de la comunidad internacional. El proceso de rusificación lleva en marcha años y parte de ella es la imposición a los ciudadanos ucranios del pasaporte ruso. “En Crimea hay que reiniciar el Estado ucranio desde cero”, admitió la viceprimera ministra Irina Vereshchuk en una entrevista con EL PAÍS el pasado marzo. En ese sentido, el Gobierno de Zelenski, de forma paralela a afrontar la guerra, prepara un programa para formar un cuerpo de funcionarios en la reserva (policías, médicos, profesores…) que esté listo para el día en que Kiev recupere su soberanía allí. No es, en todo caso, algo que vaya a ocurrir ni a corto plazo ni de forma sencilla.