Agentes de la policía tailandase en Bangkok, el pasado 30 de septiembre. Foto: RUNGROJ YONGRIT (EFE)

Al menos 38 personas, de las que la mayoría eran niños pequeños, han muerto este jueves en un tiroteo en una escuela infantil en la localidad de Uthai Sawan, en la provincia nororiental tailandesa de Nong Bua Lamphu, según un portavoz policial. Un comunicado del cuerpo de seguridad informó después de que el autor de los disparos es un expolicía, identificado como Panya Khanrab, quien se suicidó tras perpetrar la masacre. Entre sus víctimas figuran su esposa y su hijo. Una docena de personas resultaron heridas. Según las primeras pesquisas, el autor de los disparos compró el arma de forma legal.

El Gobierno y la policía tailandesa habían informado previamente de que el atacante estaba siendo perseguido, pero los medios de comunicación tailandeses adelantaron la noticia, luego confirmada por la policía en su cuenta de Facebook, de que el autor de la matanza se había suicidado después de matar a su familia y a las otras víctimas. Este antiguo policía de 34 años había sido expulsado del cuerpo en 2021 por posesión de drogas.

Unos 30 niños se encontraban en la escuela cuando el pistolero entró a la hora del almuerzo, explicó a la agencia Reuters el funcionario tailandés Jidapa Boonsom. El hombre disparó con un fusil automático primero a cuatro o cinco miembros del personal, incluida una profesora embarazada de ocho meses, informó Jidapa. “Al principio, la gente pensó que eran fuegos artificiales”, añadió este funcionario.

Tras perpetrar la masacre en esta escuela, que generalmente acoge a niños de entre dos y cinco años, el exagente de policía se dio a la fuga en una furgoneta. Después, también de un disparo, se suicidó.

Las imágenes facilitadas por la policía tailandesa muestran decenas de cadáveres esparcidos por diferentes estancias del centro educativo. Vídeos publicados en las redes sociales reflejan la estampa de lo que parecen cuerpos de niños cubiertos con sábanas, que yacen en charcos de sangre. Muchos de los heridos han sido trasladados al hospital Nong Bua Lamphu, que ha solicitado “con urgencia” que los ciudadanos donen sangre de todos los tipos, según medios locales.

Las imágenes y vídeos que circulan en redes sociales muestran también a familiares de las víctimas, presas de la desesperación, alrededor del recinto hospitalario.

La tasa de posesión de armas en Tailandia es alta en comparación con otros países de la región, aunque las cifras oficiales no incluyen un gran número de armas ilegales, muchas de las cuales han sido introducidas en el país a través de sus porosas fronteras.

Los tiroteos en Tailandia son inusuales, pero en 2020, un soldado que no había logrado concluir un acuerdo inmobiliario que esperaba que prosperara, mató al menos a 29 personas e hirió a otras 57 en un ataque que tuvo como escenario cuatro localidades diferentes.