Un operario de Uniper en las instalaciones de la compañía en Bierwang, en el sur de Alemania. LENNART PREISS (AFP)

Uniper, el mayor importador de gas de Alemania, está entre la espada y la pared. La situación financiera del gigante energético ha seguido deteriorándose tras el anuncio del rescate público por parte del Gobierno del socialdemócrata Olaf Scholz a principios del verano. Las medidas que se pactaron entonces han resultado insuficientes ante la interrupción del suministro de gas ruso a través del gasoducto Nord Stream. Se da prácticamente por hecha una participación mayoritaria del Estado y la prensa especializada habla incluso de que el Ejecutivo del socialdemócrata Olaf Schoz está barajando la nacionalización total. En cualquier caso, sería una decisión histórica.

El paquete de estabilización pactado en julio consistía en un rescate de 19.000 millones para salvar a Uniper de la quiebra. Entre las medidas estaba la participación accionarial de Gobierno federal, con alrededor del 30% de los títulos. A cambio, la participación de la finlandesa Fortum, la principal accionista de la compañía con sede en Düsseldorf, se reduciría del 78% actual al 56%. Los planes iniciales suponían, por tanto, que Fortum (participada por el Estado finlandés) seguiría siendo la accionista mayoritaria, pero la profundización de la crisis energética y el rápido deterioro de las finanzas de Uniper han dejado obsoleto el plan en solo dos meses.

Uniper asegura en una comunicación que es urgente adoptar “soluciones alternativas”, entre las que menciona expresamente un “aumento de capital directo que conduciría a una participación mayoritaria significativa del Gobierno federal”. “Desde que se firmó el acuerdo de estabilización, la crisis energética europea ha empeorado, ya que actualmente no se entregan volúmenes de gas ruso a través de Nord Stream 1 y los precios tanto del gas como de la electricidad son muy altos y volátiles”, añade Uniper.

Los cortes de suministro del gas ruso han afectado profundamente a la compañía, que para cumplir sus obligaciones contractuales con sus clientes se ha visto abocada a comprar gas en el llamado mercado spot, es decir, a precios actuales y no a los mucho más baratos que tenía contratados a largo plazo con la gasista rusa Gazprom. Comprar en este mercado equivale a perder decenas de millones a diario, aseguró recientemente el CEO de Uniper, Klaus-Dieter Maubach.

Cuando el Ejecutivo alemán y Uniper acordaron el paquete de ayudas se asumía que Rusia continuaría entregando gas a través del Nord Stream y que el precio del gas rondaría los 160 megavatios hora, asegura el diario económico Handelsblatt de fuentes gubernamentales. Una situación que en poco tiempo ha quedado desfasada. Según Bloomberg, que adelantó la noticia de una posible nacionalización, Berlín está estudiando esta solución para evitar el colapso del sistema energético alemán.

En aquel momento Gazprom había reducido los flujos al 40% de la capacidad total del gasoducto, pero poco después los disminuyó todavía más, al 20%. Finalmente hace un par de semanas el brazo energético del Kremlin decidió cerrar completamente el grifo alegando una avería que tanto los expertos como el Gobierno alemán consideran un burdo pretexto.

Pese a que Uniper será la empresa que más se beneficie del futuro recargo al gas que pagarán los consumidores a partir del 1 de octubre, tampoco ese extra será suficiente para aliviar la delicada situación financiera de la compañía. El nuevo impuesto consiste en 2,5 céntimos por kilovatio/hora para permitir a los proveedores de gas trasladar a sus clientes finales parte de los costes adicionales que ha provocado el corte del gas ruso. Para compensar a las familias ese extra en las facturas, el Gobierno ha aprobado también una reducción temporal del IVA del hidrocarburo, del 19% actual al 7%. VNG, la segunda energética alemana que pide el rescate, también ha hecho cálculos y cree que el recargo será insuficiente.

El presidente del comité de empresa del grupo Uniper, Harald Seegatz, opina que el Gobierno debería asumir la participación mayoritaria: “Ese sería el paso correcto para estabilizar a la empresa”, ha declarado al diario Rheinische Post. Solo en Alemania la empresa tiene 5.000 empleados.

La perspectiva de una posible nacionalización no ha sido bien recibida en el mercado MDAX, el índice alemán para valores de mediana capitalización. Las acciones de Uniper cayeron un 18% hasta los 3,98 euros, situándose así en un nuevo mínimo histórico. En los últimos seis meses, es decir, coincidiendo con la guerra de agresión rusa en Ucrania, los títulos de la energética han perdido más del 80% de su valor. La energética perdió en el primer semestre del año 12.345 millones de euros, frente a los 67 del año anterior.