Efraín ‘El Zipa’ Forero, el primer campeón de la Vuelta a Colombia que abrió el camino para los escarabajos que décadas después han ganado el Giro de Italia, la Vuelta a España y el Tour de Francia, falleció este lunes a los 92 años, según confirmó un mensaje de condolencia del Ministerio del Deporte sin detallar las circunstancias. El mítico ciclista nunca se subió al podio de una de las grandes vueltas europeas, pero fue el gran pionero del deporte nacional en un país que se ha acostumbrado a saborear los triunfos de sus afamados escaladores.
Cuando empezó a montar en bicicleta en competencias de aficionados, en 1949, Forero había leído sobre el Tour de Francia y toda la mística en torno a los Alpes y los Pirineros. Con la geografía colombiana, en la que la cordillera de los Andes se divide en tres grandes ramificaciones, una Vuelta a Colombia sería algo extraordinario, pensó entonces. En un país desgarrado por lo que para todos los efectos prácticos era una guerra civil entre liberales y conservadores, la época a la que los historiadores se refieren como la Violencia, al Zipa le prometieron que el periódico El Tiempo patrocinaría la competencia si probaba que su sueño era físicamente posible. Así lo hizo. Escogió la etapa más dura del trazado propuesto, y al ascender y descender en octubre de 1950 el empinado Alto de Letras, a más de 3.600 metros de altura, demostró que se podía seguir adelante.
“En 1951, la Vuelta del indomable Zipa, 1.154 extenuantes kilómetros a lo largo de trochas de arena, lodo y piedra, y subdividida en diez mortales etapas, unió a Colombia en su búsqueda de una identidad, haciendo eco y condensando el espíritu de todos estos viajes al interior y a lo largo y ancho de la Colombia no descubierta”, escribe el cronista británico Matt Rendell en su celebrado libro Reyes de la montañas. A su paso se congregaban multitudes, y la vuelta le quitaba titulares a la violencia. Forero, nacido en Zipaquirá, una ciudad en el centro del país famosa por sus minas de sal, compitió durante la siguiente década. En 1953 lideró el primer equipo del país en la Route de France, hoy conocida como el Tour de l’Avenir, participó ese mismo año en el Campeonato Mundial de Lugano, en Suiza, y fue campeón nacional de ruta en cuatro ocasiones.
“El Zipa Forero, primer ganador de la Vuelta a Colombia, fue también el primer responsable del salto más bello y romántico del deporte colombiano: nunca antes el país se había volcado así a un gran evento”, apunta el periodista Mauricio Silva. “Él, con su épica –ganó siete de las 11 etapas–, encarnó la creación de esa religión que es el ciclismo para este país. En tiempos en los que en el deporte colombiano brillaban las figuras extranjeras [como los futbolistas argentinos Alfredo Di Stéfano, y Adolfo Perdernera] un muchacho zipaquireño, mestizo, de pelo ensortijado, se convirtió en el primer gran ídolo deportivo de esta nación. Él fue la raza”. Aunque no volvió a ganar la Vuelta a Colombia, su leyenda perduró en el tiempo.
En los 80, los escaladores colombianos acumularon camisetas de montaña en Europa hasta que Lucho Herrera obtuvo la primera gran vuelta para su país, la Vuelta a España de 1987, con un llamado a la paz. Pasaron muchos años hasta que Nairo Quintana ganó en su primer intento el Giro de Italia del 2014, y repitió la ronda ibérica para Colombia en 2016 con otro llamado a la paz. Otro hijo ilustre de Zipaquirá, Egan Bernal, también se apuntó el Giro en 2021, pero su mayor momento de gloria había llegado un par de años antes con el Tour de 2019, el único colombiano que hasta ahora se ha podido quedar con la anhelada camiseta amarilla. El miércoles 7 de agosto de 2019, cuando Zipaquirá salió a sus calles a celebrar ese triunfo, Efraín Forero, entonces de 89 años, se subió a la tarima de la plaza junto a Egan. El deporte colombiano había cerrado el círculo. Sin el Zipa, no habría escarabajos.
