El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador y la secretaria de Energía de los Estados Unidos, Jennifer Granholm en Palacio Nacional en Ciudad de México, el 20 de enero de 2022. PRESIDENCIA DE MÉXICO (EFE)

Después de reunirse con la secretaria de Energía de Estados Unidos el jueves, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador ha acusado a las empresas del sector, sin especificar cuáles, de ser “unos reverendos ladrones”, afirmando que “les debería dar vergüenza” acudir con el Gobierno de ese país para pedir que se interceda por ellos ante un cambio de regulación. El presidente mexicano evitó compartir detalles de la reunión, informando solamente de que Estados Unidos tiene una lista de empresas cuyas inversiones en México se revisarán de manera individual para, posiblemente, llegar a un acuerdo.

La visita de la secretaria Jennifer Granholm se da días antes de que el Congreso en México retome la discusión sobre la controvertida reforma en materia eléctrica que López Obrador propuso el año pasado. La iniciativa revierte, en gran medida, la reforma energética pasada durante la Administración anterior, que abre el mercado a privados. López Obrador propone otorgar a la empresa del estado, la Comisión Federal de Electricidad (CFE), el 54% del mercado, para que el resto se reparta entre privados. Además, si la iniciativa pasa, se cancelarían contratos ya existentes. El Gobierno de López Obrador argumenta que muchos de estos contratos son abusivos, en perjuicio al erario público y se hicieron con corrupción. Su Gobierno no ha llevado ningún caso ante la justicia mexicana.

El jueves, en un breve mensaje a los medios antes de la reunión, la secretaria Granholm se refirió a la reforma mostrando su confianza en un entendimiento. “Puede haber temas a resolver en los que también vamos a trabajar, como la reforma eléctrica, pero sabemos que al final vamos a ser fuertes aliados, apoyaremos de manera decidida una economía norteamericana fuerte y realmente aprecio la amistad”. El equipo de la secretaria Granholm canceló el viernes por la mañana una rueda de prensa. Antes de regresar a su país, en todo caso, se reunirá con su homóloga mexicana, Rocío Nahle, y la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.

Cuestionado sobre avances o acuerdos en concreto con el Gobierno estadounidense, el presidente López Obrador no ofreció detalles, calificando el encuentro como “una reunión muy cordial”. Aseguró que la Casa Blanca tiene una lista de empresas estadounidenses y canadienses que desean “resolver” el futuro de sus inversiones, sin mencionar qué empresas o qué inversiones. “Fue muy buena la conversación”, dijo López Obrador. “Donde consideran que hay una injusticia, se revisan los casos. Ellos tienen ya una lista. Hay algunas empresas que están pidiendo que se les informe y lo estamos haciendo, tanto estadounidenses como de Canadá”.

Minutos después, el mandatario giró su atención sobre las empresas que, asegura, pidieron la intervención del Gobierno estadounidense argumentando que las políticas que su Gobierno propone son “comunistas”. Dijo: “Buscan protegerse con el Gobierno de Estados Unidos. Vamos a acusarlos con el Gobierno de Estados Unidos ¿Y con qué argumentos? Un Gobierno extranjero no va a venir a defender la corrupción. Se lo ponen muy difícil. Porque si se tratara de algo injusto, pues entonces sí. Estados Unidos ha sido muy respetuoso y no está protegiendo la corrupción”. Y sentenció: “Les debería dar vergüenza. Son unos reverendos ladrones”.

A pesar de que los esfuerzos de López Obrador por reformar la ley no se han materializado, durante los tres años de su Gobierno, empresas de energía privada, sobre todo de energías renovables, han visto sus operaciones obstaculizadas. El presidente pidió a los reguladores del sector no otorgar permisos o licencias necesarias para que empresas operen, dejando miles de millones de dólares en inversión en un limbo. Además, canceló subastas de energías renovables que hubieran permitido mayor generación de energía eólica y solar por parte de empresas privadas.

Desde la llegada al poder de López Obrador a finales de 2018, congresistas y asociaciones de trabajadores en EE UU han enviado cartas a la Casa Blanca, tanto al expresidente Donald Trump como al actual, Joe Biden, pidiendo que la Administración actúe en contra de las trabas que el Gobierno mexicano ha puesto a empresas de ese país, argumentando que contraviene el tratado de libre comercio entre las economías norteamericanas, el T-MEC. La más reciente carta, firmada por senadores del partido demócrata, del presidente Biden, se envió el martes.

Esta semana se concretó la compra de la refinería Deer Park en Texas, que la empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) adquirió de la transnacional Royal Dutch Shell. En un mensaje en video a los empleados de la refinería publicado el viernes, López Obrador informó que uno de sus proyectos emblemáticos, una refinería en su natal estado de Tabasco, se inaugurará en julio.