“En el nombre del cielo os pido posada”, cantan los peregrinos al otro lado de la puerta, con velitas que no dejan de apagarse por el viento frío; cuando la puerta se abre comienza un manjar de sabores que anuncian la cercanía de la Navidad. Hoy comienzan las posadas, protagonistas del maratón Guadalupe-Reyes con sus nueve días de fiestas.

“¡Entren santos peregrinos, reciban este rincón, que aunque es pobre la morada, os la doy de corazón!” Y a ese ritmo se inauguran estas festividades que han tomado muchas formas a través de los años.

Se celebran los nueve días anteriores a la Navidad, es una tradición que comenzó durante el Virreinato, con los misioneros españoles, quienes buscaban evangelizar a las personas de los pueblos originarios, ya que con ellas se escenifica la peregrinación de la Sagrada Familia para encontrar dónde pasar la noche en su camino a Belén.

Muchas personas crecieron con posadas “a la antigüita”, donde los vecinos cerraban las calles y paseaban las figuras de José y María pidiendo posada por la colonia; la piñata no se sacaba hasta que se rezaba.

Ahora puede tomar otras formas, puede ser solo una celebración para pasar el tiempo con amigos y familia, aunque sus elementos tradicionales siguen presentes.

Peregrinos
Si se trata de una posada como antes, no pueden faltar los “peregrinos”: las figuras de José y María.

Velas
Para pedir posada, los “peregrinos” recorren las calles iluminando su camino con velitas, aunque sea difícil mantenerlas encendidas. También se suelen sumar luces de Bengala para celebrar al final del recorrido.

Villancicos
Hay quienes se saben al derecho y al revés los cantos, pero si eres de los que solo recuerdan líneas como “En el nombre del cielo os pido posada” y en tu memoria los peces en el río que nada más “beben y beben y vuelven a beber” en una canción incompleta, es conveniente tener a la mano la letra, antes se repartían cuadernillos, ahora todo puede ser digital.

Ponche
Las posadas son la mejor ocasión para beber un buen ponche, preparación con cientos de años de historia que en México se adaptó con frutas de temporada como los tejocotes, en el centro del país se agrega guayaba, manzana, caña de azúcar, piloncillo, tamarindo, jamaica y, a veces, en la taza se suma un poco de alcohol (mezcal, ron, aguardiente o brandy).

El ponche es una bebida con muchas recetas, puedes preparar la que más se te antoje.

Piñata
Tradicionalmente llevan siete picos, que simbolizan los siete pecados: pereza, envidia, gula, ira, lujuria, avaricia, soberbia. Aunque ya se hacen de todas las formas, hasta con figuras que representan al Covid.

La piñata se rellenaba con frutas como tejocotes, naranjas y cañas de azúcar; se puede optar por todo tipo de dulces, de preferencia resistentes para que no se rompan ante la avalancha de personas que se lanzan para conseguir unos pocos.

Esta diversión de niños y niñas también es disfrutada por las personas adultas, por lo que a veces se prefiere tener varias, para que todos puedan darle sin perder el tino.

Aguinaldos
“Ándale Juana no te dilates con la canasta de los cacahuates. Ándale Pancho sal del rincón con la canasta de la colación”, se canta en las posadas y con ello se invoca al aguinaldo que suele llevar estos alimentos dentro; sin embargo, las colaciones también se reparten de forma independiente.

El aguinaldo es una tradición que se remonta a los celtas, quienes intercambiaban regalos de dátiles y frutos secos para desear buenos augurios en el año que estaba por comenzar.

En México se retomó como un obsequio de alimentos y bebidas para felicitar a las personas en Navidad con un pequeño paquete de frutas como tejocotes, caña de azúcar, naranjas, mandarinas, cacahuates y las infaltables colaciones.

Se daban dentro de bolsas de celofán o canastas de mimbre, aunque cualquier tipo de contenedor es bueno, de preferencia que no contamine como el plástico, y se prefiere obsequiar dulces, en lugar de fruta.

Para quienes apenas alcanzaron un chicle de la piñata, el aguinaldo es un consuelo.

Buñuelos
Antojitos navideños que llegaron al territorio mexicano con los navegantes españoles, se llamaban “buñuelos de rodilla” porque se estiraban con ayuda de la rodilla.

Ya hay muchas recetas y técnicas para hacerlos, se sirven con azúcar espolvoreada o miel de piloncillo a la cual se le pueden agregar frutas.

Antojitos mexicanos
No todos se llenan con buñuelos, por lo que se acostumbra llevar a la mesa todo tipo de antojitos fáciles de servir al momento: sopes, tlacoyos, tostadas, tacos dorados, lo que se acostumbre en la región.