Durango, Dgo.-La Zona indígena de Durango se encuentra enclavada en las montañas de la Sierra Madre Occidental, justo allí donde domina el hambre y la desnutrición de casi el 40 por ciento de su población, según informes oficiales del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL). Con un índice superior al estatal y nacional, esas montañas han expuesto los casos más dramáticos de muerte por desnutrición.

Para la gobernadora tradicional de Xoconostle, Virginia Flores, la muerte del bebé de siete meses que falleció por desnutrición en el hospital Materno Infantil, es un retrato de la situación que viven las familias de la región indígena de Durango, principalmente aquellas que habitan las zonas más lejanas de la montaña, en caseríos de difícil acceso.

En el municipio del Mezquital habitan principalmente indígenas tepehuanos, huicholes y mexicaneros. Ellos componen una población de 33 mil 396 personas, que representan el 2% de la población total del estado. Sin embargo, solo 37 mil 194 de ellos con considerados como hablantes de lengua indígena (INEGI 2020).

De acuerdo con el CONEVAL el 39% de la población indígena carece de acceso a la alimentación, es decir más de 12 mil de ellos no tienen forma de allegarse el sustento diario. Mientras que en el estado de Durango, se encuentran en esa misma condición el 20.3% de su población total, y en el territorio nacional este indicador se eleva al 24.8%, lo que exterioriza que nuestros pueblos originarios doblan el índice estatal y nacional de carencia alimentaria.

Esta situación no es ignorada por las autoridades estatales y nacionales, puesto que los índices de pobreza y rezago social en poder de la SEDESOL hoy Bienestar, revelan que el municipio del Mezquital ocupa la posición 39 de los 39 municipios en la escala de rezago social.

Para la gobernadora tradicional de Xoconostle, y maestra jubilada bilingüe de la región, la hambruna que padecen, los ha llevado a migrar desde tiempos ancestrales a entidades como Zacatecas, Nayarit, Sinaloa y la capital del estado, en busca de trabajo y alimentación.

Sin embargo, revela que en los últimos años algunos de ellos han regresado a sembrar la tierra, para hacerse del programa “Sembrando Vida”, principalmente aquellos que se encuentran en municipios cercanos como Vicente Guerrero y Súchil.

Pero a pesar de ello –dice- el hambre y la desnutrición seguirá siendo un indicativo de la región indígena de Durango, por el rezago ancestral que los domina. Casos como el del bebé de siete meses –no duda- seguirán registrándose, igual que sucedió con un niño de 4 años en 2019 y de una adolescente de 13 años en el 2017, ambos por desnutrición.