La definición de quién debería representar a México en un eventual viaje próximo de la NASA al espacio está a debate después de que el presidente Andrés Manuel López Obrador se reuniera con directivos de la agencia espacial estadounidense en Palacio Nacional y de que anunciara en X que su Gobierno impulsa a la astronauta mexicana Katya Echazarreta, de 27 años, para que ocupe esa posición. “Tratamos, entre otros asuntos, que Katya Echazarreta, joven astronauta mexicana, pueda ir de nuevo al espacio. Habrá cooperación en materia de control de incendios, abasto de agua y utilización de satélites cercanos para la comunicación en todo el territorio”, señaló el mandatario el 23 de abril pasado. Al día siguiente, el primer mexicano y latinoamericano en participar en una misión espacial de la NASA en 1985, Rodolfo Neri Vela (Chilpancingo, 72 años), publicó en la misma red social un hilo que cuestionaba el criterio de López Obrador. “El siguiente astronauta oficial de México, sea hombre o mujer, debe ser seleccionado a través de una convocatoria seria nacional, siguiendo los lineamientos de la NASA, y no por simple dedazo o capricho”, indicaba en su primera publicación, y continuaba con una defensa de las “miles de mujeres altamente capacitadas, con posgrados”, que se han preparado en universidades mexicanas.


Los argumentos de Neri Vela

“Lo que me molestó del tuit del señor presidente, con todo respeto, es que alguien le metió la idea de que recomendase a una persona en específico. Eso no lo hace el primer ministro de Canadá, tampoco lo hace el presidente de Francia, no lo hace nadie. Fue un desliz y debería de justificarse el señor presidente porque hasta ahora ha hecho mutis”, asegura Neri Vela en entrevista por videollamada. El ingeniero en Comunicaciones y Electrónica por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), que orbitó la Tierra 109 veces en el transbordador espacial Atlantis hace casi 40 años, dice que el mérito que le reconoce a Katya Echazarreta es que sea “una mujer joven y con mucho talento, inquieta, con muchos deseos de triunfar”. Sin embargo, considera que “es muy joven todavía”. Sostiene que el procedimiento adecuado para elegir a un astronauta que represente a México es el que siguen las agencias espaciales a nivel mundial a través de convenios con la NASA para que esta institución entrene a la persona elegida. Explica que debe haber una “apertura total” a la participación de los interesados a través de una convocatoria en la que se establezcan los requisitos. Sugiere que el astronauta idóneo “tenga una trayectoria profesional que pueda justificar a través de documentos, de publicaciones internacionales, de trabajos de investigación, que cuente con la capacidad física y mental, emocional, madurez, y conocimiento de la historia, de la geografía y de la política del país que va a representar”. Enfatiza que quien asuma ese papel tendrá una responsabilidad social y mediática.

Los astronautas mexicanos

Katya Echazarreta nació en Guadalajara. Cuando tenía siete años se mudó con su familia a San Diego (EE UU) y estudió Ingeniería Eléctrica en la Universidad de California en Los Ángeles. Ingresó a la NASA como becaria y después obtuvo un puesto fijo. Ha participado en cinco misiones, una de ellas la del robot Perseverance, pionero en la exploración de Marte. Katya se convirtió en la primera mexicana en ir al espacio y también fue la mujer más joven en hacerlo. Fue elegida por la organización Space For Humanity entre 7.000 candidatos para un pequeño vuelo de 10 minutos que sobrepasó la frontera terrestre. Recientemente se ha centrado en impulsar la industria espacial mexicana.

José Hernández nació en French Camp, California (EE UU), en 1962, en uno de los viajes que realizaban sus padres junto a sus otros tres hermanos desde La Piedad (Michoacán) y que los llevaba a recorrer durante seis meses el sur del denominado Estado Dorado. Pasó la mayor parte de su infancia en lo que él llama el “circuito California”, donde trabajaba cosechando frutas y verduras. Antes de ser seleccionado por la NASA en 2004, obtuvo el equivalente a una licenciatura en Ingeniería Eléctrica de la Universidad del Pacífico y posteriormente una maestría en Ingeniería Computacional y Eléctrica de la Universidad de California. Fue rechazado en 11 ocasiones por la NASA y en su decimosegundo intento se convirtió en 2009 en el tercer latino de la historia en viajar al espacio.

Viajar al espacio y regresar a la realidad

Rodolfo Neri Vela le reprocha al presidente López Obrador que no lo haya invitado a Palacio Nacional a participar en la reunión con Bill Nelson, titular de la NASA, y Pamela Melroy, administradora adjunta de la agencia. “Fue una equivocación de su parte”, señala. El también divulgador científico y conferencista confía en que en un eventual gobierno de Claudia Sheinbaum, ahora candidata de Morena a la presidencia, la morenista lo invite al recinto oficial. “Yo espero que tenga la suficiente humildad Claudia de invitarme a visitarla a Palacio Nacional, para conversar con ella de académico a académico”.

Neri Vela rememora sus experiencias en el espacio como recuerdos muy gratos. “Poder ver la Tierra, estar flotando en la ingravidez, enviarle mensajes al pueblo mexicano desde el espacio”, cuenta. “Y después regresar a mi realidad, que he disfrutado y que he vivido con mucho gusto, porque yo nunca pensé en quedarme a vivir en Estados Unidos, tampoco he buscado la nacionalidad estadounidense”. Dice que viaja con su pasaporte mexicano y que para él eso es suficiente.