El pan de muerto tiene muchas formas y sabores, en el centro del país el más conocido es redondo con "huesitos". (Shutterstock)

Las panaderías del centro del país huelen a flores de azahar, anís y ralladura de naranja durante los últimos días de octubre y los primeros de noviembre, anuncian la breve presencia en sus hornos del pan de muerto.

El nombre de esta preparación conjunta a todo una amplia diversidad de panes, con muchas formas y recetas, los cuales se elaboran con fines rituales, para conmemorar a los difuntos en los altares de Día de Muertos.

También es un platillo codiciado por los vivos, a través de su sabor y forma marcan esta época del calendario, aunque sus ingredientes base no son de temporada.

Hay algunos que tienen la figura de seres humanos, otros son redondos o representan figuras fantásticas.

Específicamente en el centro del país se elabora uno tipo bizcocho, con harina, sal, azúcar, levadura, huevo, azahar o anís y ralladura de naranja. Su forma es redonda y tiene “huesitos” de la misma masa.

Las recetas de este pan, como todo en la gastronomía, se han ido adaptando e innovando, ahora hay versiones veganas, con formas de “michis”, coberturas de todos los colores y rellenos infinitos.

En entrevista para UNAM Global, Andrés Medina Hernández, del Instituto de Investigaciones Antropológicas, explicó que el Día de Muertos se trata de una celebración a la vida debido a los elementos que maneja, como las calaveritas, los huesos y el pan de muerto con los “huesitos”.

¿Qué significan las formas del pan de muerto?
De acuerdo con Sarah Bak-Geller Corona, investigadora del Instituto de Investigaciones Antropológicas, hay muchas historias sobre este alimento y no es posible saber si todas son ciertas.

En una publicación del portal UNAM Global, la especialista detalla que, según una leyenda, su forma se asemeja al corazón de aquellas personas que eran sacrificadas en la época prehispánica.

Sin embargo, el vínculo de su origen con estas historias ha sido desmentido porque los rituales prehispánicos y los de Día de Muertos son muy distintos.

Si hablamos sólo del pan redondo tradicional de la Ciudad de México, se considera que su figura representa los siguientes elementos.

Forma redonda
Esta figura cíclica se trata de un montículo de tierra con el que se cubre el féretro, según el el Diccionario Enciclopédico del la Gastronomía Mexicana.

También el círculo hace referencia a la continuidad entre la vida y la muerte.

Esqueleto
Encima del “montículo” sobresale un “cráneo”, a sus lados destacan los huesos de los brazos y las piernas, llamadas canillas, con lo cual se da forma a una calavera.

Hay quienes han dicho que los cuatro huesos simbolizan los rumbos del universo mesoamericano o los puntos dedicados a Quetzalcóatl, Xipetotec, Tláloc y Tezcatlipoca, aunque esto es más cercano a un mito.

Lágrimas
Según algunas versiones, el ajonjolí representa las lágrimas de las ánimas.

También se ha dicho que los que se creen “huesitos” en realidad son esas lágrimas, o bien, adornos o pétalos de flores.

Flores
Se cree que el sabor a azahar con el que se prepara este tipo de pan simboliza la entrada al inframundo, o bien, se asocia con la decoración floral de cempasúchil en las ofrendas.