Bassem Awadallah, el 12 de julio de 2021 mientras escucha el veredicto en un tribunal de Amán.RAAD ADAYLEH / AP

Un tribunal de seguridad del Estado de Jordania ha condenado la mañana de este lunes, tras un polémico juicio, a dos figuras cercanas al antiguo príncipe heredero, Hamzah bin Hussein, hermanastro del rey Abdalá II, por un supuesto compló contra la monarquía del país destapado el pasado mes de abril, según ha informado la agencia estatal de noticias Petra. El litigio y las acusaciones de intentona golpista han entrañado una inusual muestra de fricción en los más altos niveles del Estado jordano, y han dejado al descubierto tanto fisuras en el seno de la estable familia real como el profundo malestar entre amplios sectores de la sociedad por la situación económica y la mala gobernanza en el país.

Los dos condenados son Bassem Awadallah, un antiguo destacado asesor del rey Abdalá II, y Sharif Hassan bin Zaid, un miembro de la familia real y amigo de infancia del monarca. Ambos han sido declarados culpables de los delitos de incitación a la oposición al régimen político del reino y de sedición y actos que ponen en peligro la seguridad de la sociedad, según Petra. Se trata de dos delitos que conllevan largas penas de prisión y que los dos han negado. Sharif también ha sido condenado por un delito de posesión de una sustancia estupefaciente y otro de consumo de drogas, según la agencia jordana.

El tribunal militar que los ha juzgado les ha acusado de sostener ideas contrarias al Estado y de pretender causar el caos y la discordia. También de urdir un proyecto para provocar la sedición y de intentar desestabilizar el país, según Petra. Ambos acusados fueron trasladados a la sala del juzgado donde se leyó el veredicto esposados y vestidos con uniformes penitenciarios azules, en unas imágenes difundidas en las redes sociales. Los abogados de la defensa han asegurado a la agencia Associated Press (AP) que apelarán el veredicto, de modo que un tribunal superior de casación deberá confirmar o anular la condena, presumiblemente después del receso de verano.

El conocido como caso de sedición se remonta a principios de abril, cuando los servicios de seguridad jordanos realizaron cerca de una veintena de arrestos, entre los que figuraban Awadallah y Sharif, y Hamzah, el antiguo príncipe heredero en el corazón de la trama, fue puesto bajo arresto domiciliario. Las autoridades aseguraron entonces que habían destapado una trama de sedición, y acusaron a los detenidos de socavar la estabilidad de Jordania y de tramar actividades contra su seguridad, aprovechando el descontento popular causado por la mala situación económica del país y por las críticas por corrupción contra su élite. De las 18 personas arrestadas, 16 fueron puestas en libertad poco después. Pero Awadallah y Sharif fueron culpados de haber participado de la conspiración junto al príncipe Hamzah, al que el rey Abdalá II apartó de la línea sucesoria en 2004, y de haber buscado ayuda exterior. Hasta la fecha, sin embargo, no se han presentado pruebas contundentes que demuestren la existencia de dicho plan, según señalan algunos analistas.

Hamzah, por su parte, también ha negado las acusaciones y aseguró que se le estaba silenciando por denunciar la incompetencia y la corrupción de los líderes del país en un vídeo de abril difundido por la cadena británica BBC. La situación actual del antiguo príncipe heredero se desconoce, aunque él nunca fue acusado de ningún delito formalmente. En este sentido, la realeza jordana pareció dar por zanjada la disputa con Hamzah después de que este declarase su lealtad al rey Abdalá II en una carta difundida el 5 de abril. Dos días después, el monarca publicó otra misiva en la que aseguró haber tomado las “medidas necesarias” para proteger la seguridad y estabilidad de Jordania ante un desafío de sedición que calificó como “el más doloroso” que le ha tocado vivir.

Torturas y confesiones
La causa contra Awadallah y Sharif ha sido ampliamente criticada por la falta de un juicio justo y de un procedimiento adecuado. En total, el juicio, que arrancó solo a finales de junio, ha constado de seis audiencias y se ha celebrado a puerta cerrada. Awadallah ha denunciado haber sufrido torturas, incluidos golpes y descargas eléctricas, mientras se encontraba detenido, así como de haber sido forzado a confesar los delitos presentados contra él, según una carta de su familia difundida el pasado viernes en las redes sociales.

Además, el tribunal que ha llevado el caso no aceptó las demandas de los abogados de la defensa de presentar testigos, y pese a imputar a los acusados de asistir a Hamzah, que es quien se halla en el centro de la trama, este último ni ha comparecido ni ha sido acusado. Asimismo, se ha impedido a Awadallah hablar con su familia y reunirse en privado con su abogado y con personal de la Embajada de Estados Unidos “en flagrante contravención de [sus] derechos”, según ha denunciado la familia, que también ha reprochado que la Fiscalía filtrara pruebas antes del juicio. Sus allegados han alertado que Awadallah teme por su vida tras haberse emitido la sentencia. El tribunal de seguridad del Estado jordano es considerado una pieza fundamental del aparato represor del reino por activistas y grupos de derechos humanos. Sus jueces son nombrados por el primer ministro y los fiscales por el jefe del Ejército. A principios de julio, Facebook anunció la suspensión de una red nacional de desinformación en Jordania, formada por numerosas páginas, grupos y perfiles, que tenía como uno de sus objetivos difamar contra la figura del príncipe Hamzah, según un informe del Centro de Política Cibernética de la Universidad de Stanford.

El caso que ha recibido mayor atención de los dos ha sido el de Awadallah, que cuenta con la nacionalidad saudí y estadounidense además de la jordana, ya que mantiene una estrecha relación con el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salman (MBS), y con altos funcionarios de Estados Unidos. De hecho, De hecho, la familia de Awadallah ha pedido a la Administración de Joe Biden, que tiene previsto reunirse con el rey Abdalá II en la Casa Blanca la próxima semana, que presione para que sea puesto en libertad.