El director de la policía estatal de Sinaloa, Joel Ernesto Soto, ha sido asesinado este lunes en la carretera que conecta Los Mochis con Culiacán, cerca de Guamúchil. El secretario de Seguridad Pública del Estado, Cristóbal Castañeda, ha informado de los hechos a través de su cuenta de Twitter esta mañana. “En una cobarde agresión, esta mañana, lamentablemente, perdió la vida el director de la Policía Estatal, Joel Ernesto Soto”, ha informado. Soto había conseguido salir ileso de una balacera encabezada por civiles en una carretera a 300 kilómetros de Guamúchil hacía tres semanas. A 15 días de las elecciones más importantes de la historia de México, la muerte del director de la policía recrudece la violencia que vive el país en un ambiente electoral caldeado.

La Secretaría de Seguridad Pública de Sinaloa ha enviado sus condolencias a los allegados de Soto a través de las redes sociales. “Nuestro más sentido pésame a la familia y a la sociedad sinaloense que ha perdido a un gran hombre”, ha escrito Castañeda. El director de la policía encabezaba las operaciones para controlar al crimen organizado en uno de los Estados más golpeados por la violencia del narcotráfico. En su última salida, las balas alcanzaron la camioneta en la que viajaba por carretera y que quedó varada en una cuneta, según muestran las imágenes de las televisiones locales.

El pasado 6 de mayo, el propio Castañeda tuvo que informar de que Soto había salido ileso de un ataque con armas de fuego por parte de civiles a miembros de la policía en Mazatlán. Como parte de la estrategia para reforzar la seguridad, la Secretaría de Seguridad Pública había redoblado la vigilancia con vuelos y recorridos terrestres en las principales ciudades del Estado. En consecuencia, se habían incautado y quemado campos de cultivo de marihuana, localizado vehículos incinerados con restos óseos dentro y cuerpos baleados. El rastro de violencia que deja el narcotráfico en la tierra natal de Joaquín El Chapo Guzmán y cuyo nombre resuena en el eco del Cártel de Sinaloa.

Soto, quien había sido secretario de Seguridad Pública Municipal en Mazatlán, apenas llevaba tres años como director y era objetivo del crimen organizado. Su muerte se suma a la tragedia de la masacre de 13 policías en el Estado de México hace poco más de dos meses. También en acto de servicio, en una carretera rural fueron emboscados y masacrados en uno de los mayores desafíos del narco mexicano a las fuerzas de seguridad civiles del país.