Fuerzas de seguridad de Burkina Faso patrullan en Uagadugú, capital del país, en septiembre de 2015.SIA KAMBOU / AFP

Decenas de hombres armados asesinaron este lunes de madrugada a unos 30 civiles en un pueblo de Burkina Faso, en la misma región del Este donde asesinaron a los periodistas españoles David Beriain y Roberto Fraile y al conservacionista irlandés Rory Young la semana pasada. Otras 20 personas resultaron heridas. Los hechos ocurrieron sobre las cinco de la mañana, hora local, cuando los atacantes, presuntamente miembros de un grupo yihadista, rodearon el pueblo de Kodyèl, situado en la provincia de Komondjari, y comenzaron a quemar las casas una a una mientras sus habitantes dormían, según fuentes de seguridad burkinesas. A medida que iban saliendo les disparaban. Cientos de personas han huido hacia la localidad cercana de Foutouri.

Se trata de una de las peores masacres ocurridas en Burkina Faso desde que en 2015 comenzaran los ataques terroristas en este país africano. Las mismas fuentes de seguridad aseguran que miembros de esta comunidad, pertenecientes en su mayor parte a la etnia gourmantché, se habían alistado en el grupo de Voluntarios de Defensa de la Patria (VDP), el cuerpo paramilitar creado por el Gobierno burkinés para luchar contra el avance del yihadismo, por lo que el ataque podría ser un acto de venganza cometido por los radicales.

Informantes locales aseguraron a la Agencia France Press que hubo “varias decenas de muertos” y un responsable regional de los VDP estimó la cifra de fallecidos en 30, tanto hombres como mujeres. “Es un balance provisional porque mucha gente huyó del pueblo, entre la veintena de heridos varios estaban graves”, aseguró a AFP. Esta misma fuente se lamentó de que la masacre se pudo haber evitado. “Desde hace días estamos lanzando avisos sobre la presencia de terroristas en la zona. Algunos individuos habían amenazado a los aldeanos, a los que acusan de denunciarles o de defender a los voluntarios que les combaten”, añadió.

El yihadismo y la contraofensiva de las Fuerzas Armadas, grupos de autodefensa y paramilitares ha provocado más de 5.000 muertos en Burkina Faso desde que la violencia penetrara en el país procedente de la vecina Malí en 2015, según datos de la ONG Acled. Los años con más fallecidos fueron 2019 y 2020. Amplias zonas del país, donde hay ya 1,1 millones de desplazados internos que huyen de la inseguridad, está fuera del control del Ejército y la Policía. En las regiones Norte, Centro-Norte y Este las fuerzas de seguridad se han replegado hacia las ciudades y células yihadistas, sobre todo pertenecientes al Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM, por sus siglas en árabe) y el Estado Islámico del Gran Sahara (EIGS) campan con escasa oposición.

Por otra parte, 16 soldados del Ejército de Níger fueron asesinados este sábado y uno más está desaparecido después de que sufrieran una emboscada protagonizada por hombres armados en la zona de Tillia, cerca de la frontera con Malí, en la región de Tahoua, según informó este domingo a través de la televisión pública Ibrahim Miko, secretario general del gobernador de esta región. El ataque se produjo sobre las 13.00 hora local en la misma zona donde el pasado 21 de marzo hombres armados, supuestamente vinculados a un grupo yihadista, asesinaron en distintos incidentes a 141 personas, según un balance del Gobierno nigerino.