Más de un año después de que se detectaran los primeros casos de coronavirus y ocho meses de que el presidente chino, Xi Jinping, aceptara la creación de la misión, el equipo de expertos extranjeros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que investigará el origen de la covid ya se encuentra en Wuhan, el primer foco de la pandemia.
No sin incidentes: dos miembros del grupo no fueron autorizados a entrar en China en el último momento, después de que una prueba serológica en Singapur ―de donde partía el vuelo de la misión en Wuhan― mostrara la presencia de anticuerpos, según ha confirmado la OMS. La presencia de anticuerpos, lo que detectan las pruebas serológicas, sirve para determinar si alguien ha pasado la enfermedad; en cambio, las pruebas PCR se emplean para detectar si una persona está contagiada. Los dos expertos han debido permanecer en Singapur, sin que esté claro hasta el momento si se les acabará permitiendo la entrada en el país. Preguntado por el caso, el portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Zhao Lijian, se ha limitado a asegurar que “los requisitos de control de la epidemia se han de respetar escrupulosamente”.
Al aterrizar en el aeropuerto Tianhe de Wuhan, los científicos pudieron comprobar de primera mano las rigurosas medidas de seguridad sanitaria que se aplican a todos los viajeros llegados desde el extranjero a China: fueron recibidos por personal vestido con equipos de protección y sometidos de inmediato a una prueba PCR, como estipula el protocolo nacional para tratar de impedir nuevas oleadas de la enfermedad.
Ese mismo protocolo obliga a que las investigaciones sobre el terreno tengan que esperar aún 14 días. Como todos los llegados desde el extranjero, los 10 expertos deberán guardar estricta cuarentena en un hotel durante ese tiempo. Aunque no serán días perdidos. En esta etapa irán avanzando trabajo en videoconferencias junto con sus contrapartes chinas, según ha puntualizado la Comisión Nacional de Sanidad en Pekín.
“Solo estos últimos días viajando a Asia me han hecho pruebas con más frecuencia que en todo el año pasado en mi país. PCR, serología, controles de temperatura. Absolutamente nada de relajación. Muy diferente de cómo gestionamos las cosas en Europa”, tuiteaba una de las integrantes del equipo, la viróloga holandesa Marion Koopmans.
Durante su estancia en China, que se espera que dure en torno a un mes y se ciña principalmente a Wuhan, los expertos estudiarán, entre otras cosas, muestras tomadas en el mercado de mariscos de Huanan, con el que tuvieron relación aproximadamente dos tercios de los primeros casos detectados al principio de la pandemia, y del que en un principio se sospechó que fuese el origen de la enfermedad. Los científicos también entrevistarán a los comerciantes de ese mercado y a personal médico, y examinarán muestras tomadas a pacientes en hospitales en los primeros tiempos de la pandemia y durante las semanas previas.
No se espera que los científicos lleguen a conclusiones claras durante la misión, aunque la OMS, que considera la misión “prioritaria”, lo ve como un importante paso adelante en el camino a conocer cómo el virus pasó de algún animal ―un murciélago, probablemente― al ser humano y evitar nuevas enfermedades en el futuro. “Personalmente no espero que todo se aclare después de este viaje. Pero es de verdad un paso necesario”, declaraba a Reuters desde Singapur uno de los miembros del grupo, el vietnamita Hung Nguyen, experto en riesgos alimentarios en mercados.
“Buscamos las respuestas que nos puedan salvar en el futuro, ni culpables ni gente a quien responsabilizar”, ha declarado esta semana el director del programa de emergencias de la OMS, Mike Ryan.
El viaje de los expertos, que originalmente la OMS esperaba que hubiera podido tener lugar el verano pasado, ha estado rodeado de polémica durante meses por la opacidad de China y sospechas de que hacía lo posible por posponer la misión. La semana pasada llegaba el último retraso: el director general de la organización internacional, Tedros Adhanom Ghebreyesus, denunciaba que Pekín no había emitido los permisos necesarios, y se declaraba “muy decepcionado”, en lo que China consideró un “malentendido”.
Acusaciones de Estados Unidos
Estados Unidos, que acusa al país asiático de haber ocultado información al comienzo de la pandemia, ha exigido a Pekín que permita que los científicos internacionales desarrollen su trabajo con transparencia. Esta misión es la tercera de la OMS a China desde que comenzó la pandemia: en la primera, en las semanas iniciales de la crisis, los expertos viajaron a Wuhan, pero se limitaron a los lugares a los que pudieron acceder; en la segunda, no llegaron a salir de la capital.
Pekín insiste en que, aunque los primeros casos se detectaron en Wuhan, no necesariamente se produjo allí el salto del virus de un animal al ser humano. Según apunta, es muy probable que el virus circulara entre las personas antes de que se identificara en esa ciudad de 11 millones de habitantes. Para ello se basa en algunos estudios ―que otros expertos han puesto en duda― que apuntan a la presencia del patógeno en Europa en meses previos al estallido de la crisis en Wuhan, y a la detección de virus en el embalaje de productos congelados procedentes del extranjero.
La llegada de la misión se produce mientras China, que había conseguido controlar casi por completo la pandemia, registra el mayor número de casos de coronavirus desde marzo (138 casos confirmados con síntomas, de los que 124 son infecciones de transmisión comunitaria), y este jueves anunció la primera muerte por covid en ocho meses, lo que eleva a 4.635 su balance oficial de fallecimientos. La mayor parte de los nuevos contagios se han detectado en la provincia de Hebei, que rodea casi totalmente a Pekín. También cobra fuerza un brote en la provincia de Heilongjiang, fronteriza con Rusia, que ha declarado 40 nuevos contagios con síntomas y 50 asintomáticos.