Un gato, con una cámara que capta su comportamiento diario. MAREN HUCK

¿Alguna vez te has preguntado qué hace tu gato cuando no les ves? Eso mismo se cuestionó Maren Huck, investigadora de la Escuela de Ciencias Ambientales de la Universidad de Derby (Reino Unido), cuando vio al suyo con un halcón en la boca. Ese día, impulsada por la curiosidad, decidió comprar una pequeña cámara por Internet, y tras descubrir que su gato, Treacle, se comportaba de una manera distinta a la que esperaba, decidió realizar un experimento científico. Comenzó con la colocación de unas pequeñas cámaras -a las que ella llama catcameras- y captó la imagen (incluso nocturna) y el sonido de 16 gatos durante cuatro años.

El estudio, que Huck realizó junto a su compañera Samantha Watson, se realizó entre marzo de 2011 y junio de 2015, y con él, las investigadoras pretendían saber más sobre el comportamiento depredador de los gatos domésticos. Sin embargo, tras ver algunas grabaciones, se dieron cuenta de que podían servir para estudiar el comportamiento de manera más general. Con las 127 horas de imágenes que grabaron, quisieron analizar comportamientos como los hábitos de sueño, descansar o caminar, así como los juegos.

“Los animales domésticos pueden realizar muchos comportamientos que no muestran mientras los humanos están cerca ”

En total, se analizaron 36 comportamientos y lo que descubrieron fue que, por ejemplo, aunque los gatos parezcan muy perezosos (especialmente, comparados con los perros), están muy en alerta cuando se encuentran en libertad, según el estudio, publicado en la revista Science Direct. Por otro lado, los felinos son más amigables de lo que se podría pensar: hay mucha más interacción entre aquellos que no viven juntos, e incluso se saludan de forma cariñosa. La manera de maullar también es distinta, según este estudio, y algunos vocalizan menos fuera de casa, e incluso el tono era diferente.

Según explica Maren Huck, “los animales domésticos que viven en libertad pueden realizar muchos comportamientos que no muestran mientras los humanos están cerca; siempre existe la posibilidad de un efecto observador”. Por eso la investigadora recalca la importancia de este estudio, “que se diferencia del resto de análisis felinos porque tendían a mirar cosas muy concretas, como la frecuencia con que los gatos cruzan las carreteras, por ejemplo, o cuántos animales matan”.

Las autoras esperan que esta investigación abra un debate sobre si los gatos deberían mantenerse en el interior de los hogares todo el tiempo, ya que quizá estén más aburridos o estresados. Además, estos vídeos pueden ser relevantes para diversos problemas de conservación y bienestar animal, además de para aumentar la comprensión de la especie, ya que las vocalizaciones, como el ronroneo, siguen siendo poco conocidas. “Espero que más personas pongan cámaras en sus gatos para comprender el comportamiento”, dice Huck.