De todos los grupos lopezobradoristas que podrían convertirse en obstáculos al gobierno de López Obrador, los maestros son el más importante porque estaría aglutinando a un amplio grupo desestabilizador de un millón y medio: La SNTE que se le va a regresar a la maestra Elba Esther Gordillo, el nuevo partido magisterial gordillista y la Coordinadora disidente nacida de las entrañas del gordillismo, todos ellos con aliados, satélites y rémoras.

La radicalización provocadora antiinstituciones de los maestros de Michoacán, la reactivación de la 22 de Oaxaca y sus tácticas violentas contra la sociedad y pronto los de Chiapas, Guerrero y Estado de México van a ser el principal test al proyecto institucionalizador del gobierno de López Obrador en su transición de grupo de presión a gobierno institucional.

De todos los grupos de trabajadores al servicio del Estado, el de los maestros es el más importante porque incide en tres esferas: El número de militantes, el control ideológico vía la educación como aparato de dominación intelectual del régimen (PRI, PAN, Morena) y su papel dominante en las casillas electorales y como votantes.

Los maestros como factor de poder fueron una de las más astutas propuestas de la maestra Elba Esther Gordillo cuando el presidente Salinas de Gortari en 1989 la impuso al frente del sindicato magisterial. Aunque la CNTE había nacido en 1978 alrededor de una lucha salarial, Gordillo utilizó al sindicato como una catapulta hacia su ambición de ser presidenta de la República. Pero al prevalecer el modelo Lázaro Cárdenas-Fidel Velázquez de que los maestros se organizaban como masa y no como clase proletaria socialista, la maestra Gordillo convirtió a la masa magisterial en el factor real de poder para ganar elecciones: Zedillo, Fox, Calderón y el candidato Peña Nieto pactaron la escrituración del sindicato a Gordillo a cambio de apoyo electoral.

La ruptura Peña Nieto-Gordillo ocurrió cuando la líder sindical magisterial quiso imponer su voluntad al nuevo Presidente de la República buscando ser el poder detrás de la Silla del Águila. López Obrador pactó con la maestra Gordillo encarcelada y ahora ya en libertad viene por la recuperación de su poder sindical.

Tres hechos confluyen –en política donde no existen las coincidencias– en el conflicto material en el proceso más delicado y frágil del arranque del gobierno de López Obrador: Los intentos de Gordillo de reapropiarse del SNTE, su iniciativa para fundar un partido político magisterial de masas y la dependencia de los maestros radicales de la CNTE de negociaciones oscuras con Gordillo.

Gordillo fue el origen de la CNTE y de la iniciativa salinista de descentralizar la educación a los estados, pero dejando un sindicato nacional. El poderío como líder impuesta por Salinas, Manuel Camacho y la fuerza policiaca de Fernando Gutiérrez Barrios radicó en cederles a los grupos radicales estatales el control de las secciones sindicales y –obvio– el manejo directo de las cuotas, a cambio de mantenerse como secciones de la SNTE. Si el sindicato nacional se hubiera fragmentado en treinta y dos sindicatos estatales, el poder de Gordillo habría terminado.

La maestra Gordillo ha usado las secciones sindicales radicales de la CNTE como aparato de choque de sus intereses contra gobernadores, teniendo como caso a estudiar el de Oaxaca 2006 cuando la Sección 22 quiso tumbar al gobernador priísta Ulises Ruiz Ortiz, apropiarse del gobierno estatal y comenzar la ruta de control de gubernaturas. Ante las presiones del gobernador mexiquense y jefe político priísta Enrique Peña Nieto para que renunciara, el gobernador Ruiz Ortiz respondió con la amenaza de pasarse al lado del PAN y Calderón.

La lucha de la CNTE en Oaxaca, Guerrero y Michoacán forma parte de la disputa por el poder de la maestra Gordillo y no de la agenda del Presidente López Obrador. Ahí se explica el papel pasivo y en ocasiones torpe del secretario gordillista de Educación Esteban Moctezuma Barragán, una pieza irrelevante en el escenario político de los grupos de poder. Si continúa el papel de Moctezuma en la burocracia, su nivel secundario hoy beneficia al proyecto de la maestra Gordillo de usar la educación para restaurar su poder personal, pactar en secreto con la CNTE protegiendo sus cuotas y beneficios a cambio de mantenerla a ella como interlocutora y buscar que el partido magisterial nuevo sea protagonista en el 2024.

En este contexto, el problema magisterial en Michoacán y Oaxaca no es del Presidente López Obrador, sino que forma parte de la agenda restauradora de la maestra Gordillo, cuya intención es venderse como la única capaz de someter a sus pupilos radicales y colocarse como la pieza negociadora por encima de la limitada secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, mientras el nuevo presidente quiere institucionalizar a los radicales que siguieron su escuela de protesta.

Política para dummies: La política se mide por la capacidad para controlar a los aliados, antes que vencer a los adversarios.

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