CIUDAD DE MÉXICO.- Los últimos integrantes de la primera caravana que se encontraba en Veracruz salieron la madrugada de este lunes a la Ciudad de México, donde ya hay dos mil 500 migrantes en el albergue de Ciudad Deportiva, en Iztacalco.
De acuerdo con la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, continúa el arribo de migrantes al estadio Jesús Martínez ‘Palillo’, que tiene capacidad para atender a cinco mil 500 personas.
Personal del DIF de la Ciudad de México participa en las labores de apoyo con mesas de atención psicológica y médica.
Las carpas instaladas tienen capacidad para 900 personas cada una, que tienen prioridad para familias completas, madres y padres que viajen con menores, así como personas enfermas. El resto se instala en las gradas del estadio.
Si bien el DIF se ha encargado de entregar cobijas a los migrantes, solicita el apoyo de la población para donar ropa, zapatos y más artículos de protección para el frío, ya que se espera del arribo de más personas durante este lunes y martes.
Los centros de acopio se encuentran en las 16 alcaldías de la capital y en la Plaza de la Constitución, en el Centro Histórico.
Salen de Córdoba
Los últimos integrantes de la caravana migrante salieron la madrugada de este lunes de la Arena Córdoba con rumbo a la Ciudad de México, para reunirse con aquellos que ya están ahí.
Después de las 05:00 horas, uno a uno y en pequeños grupos fueron abandonando el lugar que desde el viernes se habilitó como refugio temporal.
En la asamblea del domingo decidieron no hacer parada en Puebla, por lo que esta mañana, el contingente, integrado por alrededor de 2 mil centroamericanos, en su mayoría familias con niños, se detuvo en la salida de la ciudad que conecta con la autopista Córdoba-Puebla, y empezaron a pedir “aventones” o “jales”, como ellos dicen.
Otros intentan buscar quién les dé un “raite”; sin embargo, los camiones que avanzan por la autopista lo hacen a una velocidad alta, por lo que continúan caminando para ver si más adelante tiene suerte.
En una mañana fría, la última parte de la caravana avanza resguardada por algunos defensores de derechos humanos, quienes piden no separarse del grupo por los riesgos que implica viajar solo, pero hay algunos que se desesperan y emprenden camino hacia la capital del país.
Tendrán que avanzar más de 100 kilómetros para llegar, pero muchos ya lo consideran poco si lo comparan con todo el camino que han recorrido. Confían que en la capital del país, las autoridades los apoyen para encontrar refugio en México o para pedir asilo en Estados Unidos.
Los coordinadores anunciaron ayer que hay algunas organización que se ofrecieron a apoyar con talleres para que los centroamericanos puedan realizar estos trámites ante esas autoridades, pero se requerirá de tiempo, por lo que pidieron ser pacientes.
La mayoría de las personas que integran la caravana son de Honduras, país que han señalado organismos internacionales, está afectado por la violencia de pandillas, las guerras de drogas y la corrupción.
Ahora, el contingente donde también va gente de Guatemala y El Salvador, así como en menor tamaño de Colombia y Nicaragua, espera llegar entre esta tarde y mañana martes a la Ciudad de México.