Trump junto a Brett Kavanaugh antes de la ceremonia de juramento en la Casa Blanca en Washington. En vídeo, Kavanaugh toma posesión como juez del Supremo y Trump se disculpa "en nombre de EEUU" por la situación por la que ha pasado. FOTO: EFE

Pasada la tormenta, el juez Brett Kavanaugh ya ocupa desde el domingo su nuevo puesto como juez del Tribunal Supremo de Estados Unidos. Y, cumpliendo el compromiso que adquirió durante el proceso de nominación, ha contratado a todo mujeres en su equipo de ayudantes legales, convirtiéndose en el primer magistrado de la más alta instancia judicial del país que lo hace.

Durante sus audiencias ante el Comité Judicial del Senado, previas a que el pleno aprobara el pasado sábado su nombramiento por una ajustada mayoría de 50 a 48 votos, el juez explicó que, durante sus 12 años como juez del Tribunal de Apelaciones, ha contratado a más mujeres que hombres. Siempre ha hecho un esfuerzo especial por contratar a mujeres, aseguró, desde que leyó una información sobre el desigual acceso de hombres y mujeres a los puestos de ayudantes de los jueces del Supremo y de otros tribunales federales.

Tras su confirmación, en medio de una colosal polémica por las acusaciones de abusos sexuales que pesan sobre el juez, Kavanaugh ha tenido que contratar a un primer grupo de cuatro juristas ayudantes. “Las cuatro son mujeres”, aseguró. “Seré el primer juez de la historia del Tribunal Supremo que tiene un grupo de ayudantes formado enteramente por mujeres. Ese es quien soy yo”.

Trump, que ha defendido en varias ocasiones la inocencia de Kavanaugh, ha celebrado su llegada al Supremo y ha vuelto a asegurar que es “inocente” en una ceremonia en honor al juez en la Casa Blanca. “En nombre de todo el país, quiero disculparme con Brett y con toda la familia Kavanaugh por el dolor y sufrimiento que han tenido que pasar”, ha asegurado el presidente. “Lo ocurrido viola cualquier noción de justicia, decencia y debido proceso”, ha añadido.

El nombramiento del juez, aprobado con el margen más estrecho que se ha visto en un nombramiento al Supremo desde 1881, ha generado una brutal batalla política en torno a una institución que debe ejercer de árbitro neutral de la ley. Con Kavanaugh, un juez cuya trayectoria le identifica como mucho más conservador que el jubilado Anthony Kennedy, cuyo sitio ocupa, la balanza del Supremo se inclina a la derecha. Kavanaugh tiene ahora ante sí el reto de dejar atrás las dudas sobre su agresivo temperamento y su partidismo y demostrar que, a pesar de las acusaciones, es un juez apto para tan alta magistratura.