violencia méxico

No hay tregua con la inseguridad en México. Cada semana hay nuevos fuegos que obligan al traslado de tropas, caso de Guanajuato o Sinaloa estos días, una forma de contener las llamas, pero no de apagar el incendio, que arde desde hace tantos años. Los tres últimos gobiernos, cada uno encabezado por un partido distinto, le apostaron precisamente a eso, la contención y el despliegue militar, con pequeñas aventuras quirúrgicas de naturaleza policial, con resultados cuestionables, caso de la embestida del Gobierno de Felipe Calderón (2006-2012) contra Los Zetas, en los años finales de su sexenio.

Inicia ahora un nuevo Gobierno que, si bien parece abonado a la misma lógica castrense, propondrá soluciones más allá de la contención, como ha informado el gabinete estos días, elevando la cirugía investigativa y de inteligencia a política de Estado. Lo anterior ocurrirá en un contexto en que las Fuerzas Armadas se han convertido en la única corporación policial de la Federación, vía reforma constitucional. La Guardia Nacional dependerá del Ejército, a pesar de las protestas de oposición y activistas. Hace unos días, la muerte a balazos castrenses de seis migrantes en Chiapas, que trataban de escapar de un retén, alimentó la gran polémica de los últimos años.


Pacificación, control territorial e integración de la Guardia Nacional: los retos de seguridad que marcan la llegada de Sheinbaum
La presidenta, Claudia Sheinbaum, enfrenta así uno de los mayores retos de su mandato, que recién empieza. El país cuenta más de 30.000 asesinatos al año desde hace ocho, la extorsión se ha convertido en práctica habitual en amplias regiones del país. Las peleas de grupos por el control de territorios trasciende el caso de Culiacán y Sinaloa: pueden estallar en cualquier lado. La crisis es seria y antigua. Para hacer frente a todo ello, la mandataria ha colocado al frente de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSyC) a Omar García Harfuch, su jefe de policía cuando dirigió el gobierno de la capital, de 2018 a 2023.

Pese a las dudas de algunos sectores de Morena por su pasado, la figura de García Harfuch genera ahora mismo una especia de consenso. Débil, si se quiere, dependiente de lo que ocurra en los próximos meses, y de su capacidad para coordinar su área con las Fuerzas Armadas, las policías y fiscalía locales y la Fiscalía federal. Harfuch contará con la colaboración del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), que dirigirá su antiguo colaborador, Francisco Almazán Barocio.


De las agencias de seguridad de Ciudad de México ha repescado además a Omar Reyes, que dirigió la unidad de inteligencia penitenciaria en la capital, creación de Harfuch. También se lleva a Francisco Moreno, hasta hace unas semanas subsecretario de Tránsito, y Marcela Figueroa, que dirigirá el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, herramienta clave para el desarrollo de las capacidades de policías y fiscalías locales, entre otros temas. Harfuch contará además con unos miles de policías, que salen de la Guardia Nacional tras su paso a la Secretaría de la Defensa, y quedarán adscritos a la SSyPC.

Sheinbaum presentará su plan de seguridad oficialmente este martes, aunque ya se intuye por dónde irá. La mandataria decía en sus primeros días que presentarían “algunas iniciativas, sobre todo para fortalecer la inteligencia y la investigación”. En un documento filtrado hace unas semanas, que recoge las líneas maestras del plan, aparece precisamente la creación de una “subsecretaría de Inteligencia e Investigación Policial” y un esfuerzo para “reactivar la inteligencia en el Sistema Penitenciario” y “fortalecer” el CNI. Asumiendo que Reyes irá al sistema penitenciario y Barocio al CNI, falta por ver quién liderará la nueva subsecretaria.

El documento filtrado, titulado Estrategia de Seguridad de los Primeros 100 Días, fija el objetivo de intervenir en 10 ciudades y dos zonas, Tijuana, León, Celaya, Acapulco, Cancún, Ciudad Juárez, Chihuahua, Cajeme, Tlajomulco y Colima, además del área limonera de Michoacán y diferentes puntos de Chiapas. Para ello, la SSyPC liderará la conformación y dirección de diez fuerzas de tarea, entre militares, marinos y personal de la secretaría. En esa estrategia aparece como un eje fundamental implementar una nueva estrategia de seguridad en carreteras, asunto del que podría encargarse Francisco Moreno.

En el documento no aparece Sinaloa como prioridad, pese a las tres semanas de violencia que vive el Estado, principalmente Culiacán. Este sábado, el gobernador, Rubén Rocha, tenía previsto reunirse con García Harfuch, para tratar la situación. Tampoco aparecen territorios con una alta tasa de asesinatos, caso de Morelos, que cuenta más de 70 por cada 100.000 habitantes. La velocidad de los fuegos de violencia hace que los diagnósticos queden obsoletos rápidamente. El reto del nuevo Gobierno es trabajar, con precisión, a la velocidad de la luz.