El corresponsal de El Mundo en Moscú, Xavier Colás, se vio obligado a salir el miércoles de Rusia ante la negativa de las autoridades a renovarle su visado, según recoge este jueves el citado medio. “A última hora del martes”, relata el diario, “Colás recibió de boca de un funcionario una breve explicación para conminarle a dejar el territorio ruso en 24 horas. ‘Si no se va usted antes de que caduque su visado tendrá problemas’, aseguró su interlocutor. El reportero pudo encontrar un billete de avión en pocas horas y ya se encuentra fuera de Rusia”.
Fuentes del diario explicaron en una conversación telefónica que temían que hubiese algún tipo de problema en el control de pasaportes para salir de Rusia o en su llegada a Turquía, como primer país de paso en el vuelo de Colás. En ambos casos, el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, fue informado y ofreció la cobertura de su ministerio. Finalmente, Colás pudo llegar a su destino en el extranjero, donde tenía programadas de antemano sus vacaciones.
Xavier Colás (Madrid, 1977) escribió en la noche del martes al miércoles en su perfil de la red social X, antes Twitter: “Después de 12 años informando desde Moscú, las autoridades rusas han rechazado a última hora renovar mi visado de periodista y solo he contado con 24 horas para salir del país, dejando atrás demasiado. No me arrepiento de nada. Simplemente, he hecho mi trabajo: he contado lo que pasa, he hablado con la gente que sufre por culpa de ello y he explicado quiénes son los responsables de lo que sucede”.
El corresponsal en Moscú de The Wall Street Journal, Evan Gershkovich, se encuentra encarcelado desde marzo de 2023, acusado de espionaje. Gershkovich había viajado a la región para elaborar un reportaje sobre la popularidad de la compañía de mercenarios Wagner y el ánimo ante la guerra de la región de Ekaterimburgo, Sverdlovsk. El Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB) emitió en su día un comunicado en el que señaló: “Gershkovich, siguiendo instrucciones de EE UU, recopiló información que constituye un secreto de Estado sobre las actividades de una de las empresas del complejo militar industrial ruso”. Desde entonces, todos los esfuerzos de la comunidad internacional por conseguir su liberación han chocado contra el muro del Kremlin.