Lic. Joaquín Martínez Garza


– Vivió los claroscuros de cuando menos seis sexenios y solo destaca dos.

– Lamenta que el periodismo en Durango gire en torno a la política.

– Condenadas las nuevas generaciones a ser permanentemente reporteros y no periodistas

DURANGO, DGO.- Un viernes lluvioso de diciembre, una cena en el restaurante La Venta, el descanso nocturno en una habitación del Hotel Casablanca, y la búsqueda al día siguiente de un alacrán en el zapato, marcó el inicio de 37 años de vida periodística de un regio en la Perla del Guadiana.

Sin saberlo Joaquín Martínez Garza –el director de El Sol de Durango- estaba predestinado a vivir entre “alacranes” como también se les llama a los duranguenses. Y es que una vez que aceptó la invitación de Antonio Díaz Piña, entonces director del Decano del Periodismo en Durango, todo comenzó a conectar con la Tierra del Cine.

Entonces supo por pláticas de su madre, que Don Joaquín Martínez Olivo y Doña Librada Garza, recién casados, vinieron a Durango como parte de la actividad periodística de Martínez Olivo quien cubría la fuente de Fundidora Monterrey.

“Estuvieron en Durango antes de que yo naciera –dijo- en una de esas hasta me engendraron aquí”, ríe al tiempo que se arrepiente del comentario.

Después se entera que uno de sus tíos, hermano de su padre, se enlista en el ejército, y es justo en la Décima Zona Militar donde trascurre parte de su vida en la milicia.

Pero el tema “Durango” conectó más allá, al ligar a uno de sus líderes sociales más conocidos con la familia regiomontana. “Qué te fuiste para Durango –dijo otro tío a Martínez Garza- me saludas a Pedro Ávila”, ellos se habían conocido en la ciudad de México, en donde compartieron el pan y la sal.

Antonio Díaz Piña director de El Sol de Durango, Jesús Valdez director de El Norte y Régulo Esquivel gerente de El Sol de la Laguna, fueron los primeros duranguenses que conoció antes de llegar a Durango.

INFANCIA ES DESTINO

Antes de los ocho años el pequeño Joaquín percibió los olores de la tinta y el papel y quedo marcado para siempre. Una visita a la redacción del periódico EL Zócalo marco su destino.

Desde entonces siempre le ha gustado el olor del papel, no solo del periódico, también de los libros. “Abro un libro y ¡ah! uno se vuelve loco, es adictivo abrir un libro nuevo”, dice.

En su memoria permanecen las pláticas de su madre, sus tías y tíos paternos, quienes narraban las tareas periodísticas de su padre, quien murió a los 27 años por una afección cardiaca.

Sin embargo, en su narrativa, detecta dos momentos fundamentales que lo llevaron al periodismo.

Su padre, el periodista Joaquín Martínez Olivo, de quien recibe la influencia “primordial y fundamental”, antes de fallecer había iniciado una carrera periodística en la Sultana del Norte, a raíz de lo cual fue invitado a abrir el periódico El Zócalo en Piedras Negras, Coahuila, periódico que hoy en día se ha consolidado e instalado en diversas regiones del estado de Coahuila.

Y la segunda que considera como definitiva, su adicción a leer los periódicos los domingos. Sus tíos paternos compraban siempre los diarios El Norte y El Porvenir, “eran los grandes de Monterrey en esa época”

“Los hermanos de mi papá eran abogados y ellos me llevaron mucho a la lectura. Tenían en su despacho los libreros retacados de obras” Allí leyó su primera obra literaria. El Padrino de Mario Pozo. A sus 11 años se convirtió en su obra favorita.

Sus vacaciones las pasaba en el despacho de los tíos, en donde leía los periódicos, comenzando por la sección nacional y terminando en la de deportes, no sin antes haberse “recetado” las tiras cómicas.

A los 14 años llegó a la prepa, en dónde tuvo que decidir el rumbo que habría de tomar su vida académica. Para él era claro que su inclinación sería por las Ciencias Sociales: psicología, literatura o periodismo.

Definitivamente su opción fue el periodismo, aún y cuando la Escuela de Periodismo en Monterrey estaba recién fundada. Con 16 años de edad, Joaquín ya estudiaba en lo que hoy es la Facultad de Ciencias de la Comunicación.

41 AÑOS DE EJERCICIO PERIODISTICO EN LA OEM

A Joaquín Martínez Garza nunca le gustaron los deportes, por eso era la última sección que leía. No obstante, fue en la sección deportiva donde escribió sus primeras líneas periodísticas.

Como en muchas escuelas del país, los periodistas en activo son quienes se convierten en los maestros de los reporteros en ciernes, tal fue el caso de Martínez Garza, a quien su maestro, Cirilo Loera, jefe de la Sección de Deportes del periódico Tribuna de Monterrey de la OEM, lo invitó un verano a practicar y conocer en la realidad lo que es el periodismo.

Pero no sería su mejor experiencia. “Se me hacía eterno esperar dos tres horas un partido para un resultado, y a veces solo que publicaban dos parrafitos”
Al concluir la práctica de ese verano dijo: “No maestro, si vuelvo pero a deportes no”

En vacaciones de 1982 ya de regreso al periódico inició sus prácticas en el resto de las secciones durante un mes, y en agosto del mismo año, el director del periódico Horacio Aude Zebadua le dijo “si quieres te quedas, ya estás listo”

Así fue que a los 19 años comenzó a trabajar formalmente para Tribuna de Monterrey, y a un año de concluir su formación académica en la Facultad de Periodismo.

Su comienzo fue como reportero de información general, sus primeras fuentes fueron los municipios del área metropolitana de Monterrey. Los viernes tenía la encomienda de cubrir la fuente policiaca, en la que dice “se aprende mucho. Si quieres aprender a redactar tienes que escribir policiaca, es una fuente enriquecedora donde puedes hacer historias”

Durante casi dos años cubrió Economía y Finanzas, fuente de mucha relevancia en Monterrey. Y en enero de 1986 fue convocado por la Organización Editorial Mexicana (OEM), a Guadalajara a un curso de formación de directivos, en donde permaneció un mes en las instalaciones del periódico El Occidental.

Allí conoció a los duranguenses: Antonio Díaz Piña director de El Sol de Durango, Jesús Valdez director de El Norte y Régulo Esquivel gerente de El Sol de la Laguna. Con una calificación satisfactoria regresó a su natal.

Y fue justo en diciembre de 1986 que es nombrado subdirector regional de Organización Editorial Mexicana, con sede en El Sol de Durango.

Entre 1987 y 1988 fungió como director adjunto en El Sol de Zacatecas y El Sol de San Luis. Y en 1989 asume también la sub dirección local de El Sol de Durango, y no la dirección debido a su corta edad, apenas tenía 25 años.

En su lugar llega de manera natural Juan Álvarez, quien junto a Díaz Piña eran parte del equipo de Máximo Gámiz, entonces gerente general de la OEM.

Finalmente en el 2004 recibió el nombramiento de Director Gerente de El Sol de Durango y Diario de Durango, de manos del Presidente y Director General de Organización Editorial Mexicana, Don Mario Vázquez Raña, cargo que desempeñaría hasta este 15 de junio del año 2023.

SEIS SEXENIOS DE BLANCO Y NEGRO
Formado en la escuela de la OEM y de El Sol concretamente, Joaquín Martínez Garza se resiste hablar abiertamente de política y ampliamente de los personajes que a lo largo de seis sexenios condujeron los destinos de Durango.

No obstante comenta: “Si tuviera en un momento dado que definirlos o reconocerlos, apuntaría a dos”

Como político el más político, Ángel Sergio Guerrero Mier (1998-2004).

El que tenía una visión amplia e idea de lo que quería y hacia donde llevar al estado, y una gran acumulación de poder: Ismael Hernández Deras (2004-2010).

Maximiliano Silerio Esparza (1992-1998)
, “es un personajazo, creo que disfrutó mucho el poder, solo tuvo una piedrita en el zapato: El Partido del Trabajo”.

José Ramírez Gamero (1986-1992)
, “muy agradecido, me aconsejó bien y me pidió como líder sindical dos cosas: que tratara bien a los trabajadores y que buscara no ser un jefe, sino ser un líder dentro del periódico, y creo que le hice caso, al menos lo intenté, no sé si lo pude conseguir con el tiempo”.

Jorge Herrera Caldera (2010-2016), “tuvimos un par de desencuentros, pero creo que con los años pudimos entablar una relación profesional, cada quien en su rol. Buena persona”.

José Rosas Aispuro Torres (2016-2022)
, “con Aispuro no sé qué pasó, no sé qué le sucedió, a Aispuro lo tratamos mucho tiempo, creo que batalló mucho para llegar y lo perdimos, yo creo que sí, lo perdimos”.

Esteban Villegas Villarreal (2022- 2028), es un sexenio que ha tenido “un arranque muy complicado en lo financiero. Si en los próximos año y medio, dos años, no hace el anuncio de un proyecto importante corremos el riesgo de seguir igual”.

TODO GIRA ALREDEDOR DE LA POLÍTICA
El hasta ahora director de El Sol de Durango, lamenta que en Durango todo gire alrededor de la política, a diferencia de otros rincones del país en donde la política no es tan importante y los medios están más enfocados a lo social y económico.

“En Durango todo gira en torno a la política (…) incluso el periodismo (…) yo creo que eso es malísimo, mire cómo estamos”

Y advierte que un periódico no vive de vender ejemplares, vive de la publicidad y en esa medida, mientras más ingreso hay más se fortalecen los contenidos, se puede comprar más papel y elevar la producción en la página web. Sin recurso se complica mucho.

“Mire lo que sucedió a los medios el año pasado con el desastre financiero de la pasada administración. Un año que prácticamente no gastó en comunicación social, y lo que gastó no lo pagó”, esa situación provocó que algunos medios impresos dejaran de circular, otros que acortaran sus rutas de distribución al interior del estado”.

Lamentó que el periodismo en Durango, esté muy influenciado por lo político. “Es un periodismo mucho de declaración, en parte por la falta de un sector privado importante”, circunstancia que obliga a caer en el tipo de periodismo que se vive en la entidad.

“Qué diéramos por tener un sector privado fuerte de verdad, que fuera un equilibrio, un contrapeso” y añora los tiempos en que los líderes empresariales le apostaban a ser tesoreros del estado y del municipio.
En este escenario y a pregunta expresa de ¿a qué están siendo condenadas las nuevas generaciones de periodistas en Durango? Advierte, “a ser permanentemente reporteros y nunca periodistas” ¿Cuál es la diferencia? “un reportero te trae lo que sucede, un periodista tiene iniciativa, cuestiona, evalúa y al mismo tiempo jerarquiza que es lo importante.

Dedicarse al periodismo requiere de mucha cultura general y de tener mucha información y aconseja leer mucho “quien no lea, nunca sabrá escribir, aprendan de todo, porque hay que estar preparados para la entrevista”.


AVANCE O RETROCESO DEL PERIODISMO

Para Joaquín Martínez Garza quien durante 37 años ha visto el desarrollo del periodismo en Durango, considera que éste ha evolucionado para bien.

“Hay que reconocer que las condiciones y diversos factores, tanto nuestros como externos, complicaron mucho el ejercicio del periodismo”

Y cuento una breve historia que hoy forma parte de su anecdotario: “siendo subdirector vino a Durango el candidato del PAN a la Presidencia de la República, El Maquío, creo que era un sábado o un domingo.

Trascendente el candidato del PAN, yo le di portada a la nota, era la secundaria, al día siguiente se puso complicado, hubo reclamos” que casi le costaron la subdirección.

Sin embargo, se ha avanzado, cuando menos en El Sol sus páginas de opinión se han abierto a otros pensamientos. Como la pluma de Gabino Martínez, Víctor Hugo Castañeda, los Palencia Alonso, Héctor y Víctor Samuel, entre otros.

Actualmente hay formas de pensar diversas, de masones, de gente conservadora que a lo largo de los años se logró abrir las páginas de El Sol a todas las corrientes de pensamiento.

Antes las redacciones estaban constituidas por gente que se hizo en la redacción, y que tal vez no concebían el periodismo como una vocación, sino como un trabajo, y hoy en todos los medios llegaron muchachos con alguna formación.

Hace 37 años Durango era el paraíso para El Sol, los noticiarios en radio y TV apenas empezaban. Su aparición obligó a los impresos a mejorar sus contenidos, cuando menos con El Sol así fue.

La llegada de las redes sociales nos obligó a entender a las nuevas audiencias, que ahora son más cambiantes, muy volubles. Hoy tenemos que hacer dos periódicos, el impreso para los lectores tradicionales y otro para la página web.

Hacer un periódico en estos tiempos es muy caro –dice- los públicos y las audiencias demandan hoy contenidos más breves y rápidos.

Y aunque tienden a desaparecer no lo harán totalmente, van a subsistir. De casi nueve medios impresos en Durango, en la actualidad quedan unos cuatro o cinco, que seguramente tenderán a la especialización con contenidos más informativos que noticiosos.

Cuando menos a El Sol le augura un futuro con contenidos políticos con sentido social, que le permitan la cercanía con la gente.

EL ADIOS…
Joaquín Martínez Garza, este 15 de junio del año 2023 no dice adiós sino hasta luego, a quienes tienen la fortuna de conocerlo, pues aunque deja la dirección de El Sol de Durango permanecerá aquí, al lado de su familia integrada por su esposa Fabiola Barretero, sus hijos Joaquín y Fabián Alejandro, ambos profesionistas y en pleno desarrollo laboral en la capital del estado.

Reconoce que mucho de su éxito profesional se lo debe a su esposa, pues fue gracias a ella que pudo mantenerse fuera de su terruño, y dedicado a su encargo en la OEM, pues fue ella quien se encargó de los hijos. “Hizo un buen trabajo y creo que es un buen momento para compensarle”.

Joaquín llegó un viernes lluvioso a Durango, durmió en el Hotel Casablanca y ceno el restaurante La Venta. Se va de El Sol un jueves, con temperaturas candentes de hasta 35 grados, pero ya no dormirá en El Casablanca, hoy tiene un hogar en donde disfrutar su nuevo trayecto, del que dice, dependerá de lo que su familia quiera hacer.

Hasta luego, Joaquín Martínez Garza…