Ficha policial de Ernesto Alfredo Piñón de la Cruz, alias 'El Neto'. SSPE

A Ernesto Alberto Piñón de la Cruz, alias El Neto, la libertad le ha durado apenas cinco días. El líder del grupo criminal Los Mexicles se fugó el domingo de una prisión federal de Ciudad Juárez, en Chihuahua, tras organizar un motín dentro de la cárcel, en el que murieron 17 personas y se escaparon una treintena. La madrugada de este jueves, un operativo de seguridad lo ha localizado en un domicilio en la colonia Los Aztecas, al oeste de la ciudad. Cuando iba a ser detenido se desató un enfrentamiento a balazos que terminó con El Neto herido de gravedad, según ha informado el Gobierno del Estado. Falleció cuando era trasladado hacia la Fiscalía. Las autoridades no han informado de más víctimas en el enfrentamiento.

La brutal fuga del Neto del Cereso 3 de Juárez puso en alerta a la ciudad fronteriza. Más de un millar de agentes del Ejército, Guardia Nacional y policía estatal han estado desde entonces peinando las calles, estaciones de autobuses, el aeropuerto y los cruces aduaneros por donde cada día pasan miles de personas hacia Estados Unidos. El delincuente no se había ido muy lejos. Fue localizado en una casa entre las calles Toltecas y Tzetzales, después de “48 horas de trabajo”, por parte del operativo encargado de darle caza.

En ese primer domicilio sucedieron los primeros disparos antes de lograr capturarlo, según la versión del Gobierno. El Neto consiguió huir en un vehículo, pero “impactó contra una gasolinera”. “En ese lugar disparó contra las fuerzas del orden, resultando herido de gravedad y falleciendo posteriormente cuando era trasladado a las instalaciones de la Fiscalía de Distrito Zona Norte”, señala el comunicado oficial. Tras el ataque, los agentes aseguraron un vehículo BMW blindado, ocho armas largas y cinco chalecos tácnicos. Hasta el momento, no se ha dado más información de si con el líder de los Mexicles se ha localizado a otros de los presos fugados.

Fuga el día de Año Nuevo
Solo habían transcurrido seis horas del año 2023 cuando comenzaron los ataques coordinados en Ciudad Juárez. Eran acciones pequeñas para despistar a la policía del objetivo principal, el asalto al Cereso 3. A las 7 de la mañana comenzó el motín. En la cárcel estaban prevenidos: ya habían intentado liberar al Neto en agosto con el mismo modus operadi. El domingo, el jefe de los custodios desplegó a sus fuerzas para controlarlo, pero los presos tenían armas y mataron a 10 oficiales de seguridad. “Fueron agredidos por los internos”, aseguró días después el secretario de Defensa, Luis Cresencio Sandoval.

Mientras el caos se desataba dentro, también llegaba desde fuera. Alrededor de la cárcel se acercaron furgonetas blindadas con hombres armados, que empezaron a disparar. Algunas balas hirieron a familiares de los encarcelados que estaban esperando para las visitas. La situación no estuvo controlada hasta las 10 de la mañana que llegaron los militares. Hasta que eso ocurrió, los delincuentes ya habían liberado a El Neto y en el camino casi otra treintena de presos se había escapado.

La fuga de película puso de manifiesto la peligrosidad que reina en las cárceles mexicanas, que lejos de ser recintos seguros se han convertido, en muchos casos, en cortijos donde mandan los mismos delincuentes que fuera. El Neto, por ejemplo, era uno de esos presos “con celdad VIP”, como las calificó Sandoval: desde televisiones y celulares hasta cajas fuertes. Ahí estaba desde 2009, cuando fue encarcelado por delitos de secuestro y homicidio. Tenía entonces solo 20 años y un historial de sangre a sus espaldas.

El motín que se desató el pasado agosto en esa misma cárcel tenía el objetivo de liberarlo, pero incluso con los 11 muertos que dejaron en el camino, no lo consiguieron. Ahí se desencadenó una pelea entre los Mexicles y los Chapos, supuestamente ordenada por él. El anterior gobernador de Chihuahua, el panista Javier Corral, definía al Neto como “el narco más duro y desalmado del grupo criminal de los Mexicle”: “Uno de los generadores de mayor violencia en la ciudad desde el penal, y ahora vuelve a las calles”. Sin embargo, el reinado en libertad le ha durado poco.