IDALIA CANDELAS

La Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara anunció en 2019 que el invitado de honor en 2020 sería Sharjah, una monarquía hereditaria de rasgos totalitarios que alberga el mayor encuentro editorial del mundo árabe. Pero la pandemia atrasó los planes hasta 2022. Finalmente, este sábado empieza el encuentro literario que durará nueve días. Sharjah llegará con una delegación de cerca de 200 personas y tiene previstas una treintena de actividades literarias, musicales, gastronómicas y de divulgación que muestran la cara más amable del emirato.

Sharjah, con 1,6 millones de habitantes, es uno de los siete territorios que conforman los Emiratos Árabes Unidos, con Abu Dabi, Ajmán, Dubái, Fuyaira, Ras al-Jaima, y Umm al-Qaywayn. Las arcas del país, que es el centro financiero y comercial de la región, están repletas de petrodólares. Sharjah está gobernado desde 1972 por el sultán bin Muhammad Al-Qasimi, de 83 años, que llegó a trono tras el asesinato de su hermano. Una década después, fundó una feria del libro que hoy es la más importante del mundo árabe: reúne a editores de más de 80 países y en 2021 tuvo 1,6 millones de visitantes.

El emirato, que en 2019 fue distinguido por la UNESCO como Capital Mundial del Libro, se ha posicionado como el centro cultural de la federación. En su territorio, por ejemplo, se creó la primera zona franca para la publicación, la impresión y los negocios del sector y cuenta desde 2014 con una entidad de Gobierno destinada “a apoyar el intercambio cultural”, la Autoridad del Libro. La página oficial del Gobierno destaca que ha sido el sultán quien ha estado “a la vanguardia del desarrollo cultural” del emirato.

El propio monarca es autor de una extensa obra académica –es historiador–, literaria y dramatúrgica, y ha sido investido doctor honoris causa por universidades de España, Alemania, Reino Unido o Portugal. En la FIL de Guadalajara se proyectará el miércoles 30 de noviembre una película histórica que él mismo escribió, Khorfakkan, y que también presentó en festivales de cine como el de Bruselas o Estambul.

La directora de la Feria Internacional del Libro de Sharjah, Khoula Al Mujaini, destacó durante la presentación del programa de la FIL que las actividades previstas “prueban el compromiso de Sharjah hacia los libros y los eventos de relevancia global”. Aunque las autoridades del emirato y de la FIL destacan que Sharjah es uno de los territorios “más progresistas de la región” porque allí se fundó la primera escuela de los Emiratoros Árabes Unidos en 1907 y en 1942 fue el primer emirato de la federación en permitir que las mujeres estudiaran, las organizaciones internacionales han denunciado “violaciones graves de derechos humanos” en el país.

Denuncias internacionales
Human Rights Watch (HRW) criticó en su último informe anual que las autoridades de Emiratos Árabes Unidos “impidieran que representantes de organizaciones internacionales de derechos humanos y expertos de la ONU realizaran investigaciones en el país y visitaran prisiones y centros de detención”. La organización expuso que decenas de activistas, académicos y abogados están cumpliendo condenas tras “juicios injustos” y aseguró que continuaba habiendo en el país “detenciones arbitrarias, abusos a detenidos y deportaciones forzosas”.

La organización también señaló en el informe que “se sigue discriminando a las mujeres en la ley y en la práctica” aunque se “han realizado algunas reformas”. En el país, por ejemplo, los hombres pueden divorciarse unilateralmente, mientras que las mujeres debe solicitar una orden judicial para obtener el divorcio. El documento también critica la falta de garantías para los empleados extranjeros. “Muchos trabajadores migrantes mal pagados eran muy vulnerables al trabajo forzoso”, dice el informe.

En resumen, HRW avisó de que en el último año “las autoridades de los Emiratos Árabes Unidos siguieron invirtiendo en una estrategia de poder blando destinada a presentar al país como una nación progresista, tolerante y respetuosa con los derechos”. En ese tipo de estrategias, juega un papel importante la promoción de la cultura y el turismo, o el deporte: mientras empieza la edición número 36 de la Feria del Libro de Guadalajara, en Qatar, un país que penaliza la homosexualidad, desprecia a las mujeres y maltrata a los inmigrantes, se juega la Copa del Mundo.

La delegación de Sharjah que llega a la FIL está compuesta por aproximadamente 200 personas. Los organizadores presentaron a EL PAÍS una lista de 22 “autoras y autores” emiratíes “que estarán presentes en la FIL” compuesta por ocho mujeres y 14 hombres. Además, habrá escritores de diferentes países árabes, como Siria (el poeta Adonis, exiliado en Francia, o la escritora Maram Al-Masri, que vive en París) u Omán (la escritora Jokha Alharthi, ganadora del Booker Prize en 2019). En total, 57 obras han sido traducidas del árabe al español y estarán disponibles en la feria.

“Los árabes somos narradores de historias”, dijo Ahmed Al Ameri, presidente de la Autoridad del Libro de Sharjah, durante la presentación de la programación. “Hay una gran demanda de literatura aquí [en Sharjah]: obras de ficción y no ficción, poesía, manga… Las personas aquí aprenden a amar la literatura, y por ende vamos a seguir buscando este tipo de interacambio cultural”, completó el Al Ameri, que evitó precisar la inversión del emirato en la FIL: “Nos importa llegar con nuestra literatura. Eso es más importante que el dinero”.

El presidente de la Autoridad del Libro aseguró que el objetivo de este encuentro es “conectar a México y Sharjah a través de la literatura” incluso “después de la feria del libro de Guadalajara”. “Buscamos fortalecer las relaciones con México”, aseguró, “porque hay muchos descendientes de árabes” en el país norteamericano. Los organizadores e invitados han usado un nombre para referirse al evento que comienza este sábado en Guadalajara, un juego de palabras y una referencia a la ascendencia árabe del nombre de la ciudad mexicana. Bienvenidos a Sharjahalajara.