Pastillas de fentanilo arcoíris decomisadas en Nogales, Arizona, el pasado 17 de agosto. @CBPPORTDIRNOG (RR. SS.)

Los decomisos de fentanilo han llegado a niveles récord en Estados Unidos. La patrulla fronteriza estadounidense (CBP) ha dado a conocer que se ha incautado de más de 950 kilos durante julio, tres veces más de lo que se aseguró en junio y un salto de más del 200% en comparación con un mes antes. La inmensa mayoría de la droga es producida en laboratorios clandestinos o contrabandeada desde México, que son controlados por el Cartel de Sinaloa y el Cartel Jalisco Nueva Generación, las dos organizaciones criminales más poderosas del país. Hay, sin embargo, una variedad que inquieta en particular a las autoridades de EE UU. Lo llaman fentanilo arcoíris, se vende como pastillas de colores y ha aparecido por decenas de miles en dos operativos recientes en los límites entre Sonora y Arizona.

“Su apariencia es similar a la de un caramelo”, señaló Michael Humphries, encargado de la CBP en Nogales, Arizona, tras un operativo el pasado 17 de agosto. Esa vez fueron incautadas más de 250.000 pastillas, algunas de ellas, en esa presentación que se encontraban al interior de un vehículo que cruzó la frontera. En el coche había también cinco kilos de heroína y una cantidad un poco menor de metanfetamina.

Apenas un día después fue hallado otro cargamento de esas pastillas. Una persona se había pegado a las piernas más de 15.000 píldoras de colores y fue descubierta en el mismo puerto fronterizo. “Esto puede ser el inicio de una tendencia entre las organizaciones criminales trasnacionales”, advirtió Humphries. La preocupación de las autoridades es el mercado al que suponen que van dirigidas las tabletas con forma de caramelo: los usuarios más jóvenes.

Los decomisos de fentanilo arcoíris no solo han salido a la luz en Arizona. Se han encontrado en los últimos días también en operativos en California, Washington y Oregon. “Los agentes están particularmente preocupados de que este tipo de fentanilo llegue a manos de niños o jóvenes, que pueden confundir esta droga con algo más como un dulce o un juguete”, señaló la oficina del alguacil del condado de Multnomah, tras encontrar 800 pastillas de esta variedad en una casa de Portland, la ciudad más poblada de Oregón. En la propiedad había también cuatro gramos de polvo de fentanilo, también multicolor. Las autoridades sospechan de una táctica casi mercadológica: una presentación más colorida la hace también más atractiva para quienes no la han probado. En la capital del país, esta variedad ha aparecido de forma recurrente en los últimos 18 meses, de acuerdo con funcionarios entrevistados por cadenas de televisión locales.

El fentanilo es un opioide sintético que es 50 veces más potente que la heroína y 100 veces más fuerte que la morfina. La ingesta de una dosis muy pequeña puede ser mortal. Las autoridades sanitarias calculan que dos miligramos bastan para ser letales, aunque el efecto de la dosis depende de la complexión de la persona que lo tome. Bajo esa regla de tres, la DEA, por ejemplo, estima que un kilo tiene el potencial para matar a medio millón de personas.

El uso del fentanilo se ha disparado en las últimas décadas en Estados Unidos tras la administración indiscriminada de analgésicos con receta legal. La crisis de los opioides dejó más de 100.000 muertes por sobredosis en Estados Unidos entre abril de 2020 y el mismo mes del año pasado, de acuerdo con los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades. Como muchas personas se enganchaban con algunos fármacos en particular, la estrategia de los carteles mexicanos era imitar esas pastillas. Esas versiones “pirata” elevan los riesgos porque la concentración de opiodes sintéticos suele ser mayor que la de las originales.

La cifra incautada de 950 kilos de fentanilo en julio representa también un aumento del 150% comparado con el mismo mes de 2021. En todo 2019, las autoridades solo pudieron frenar poco más de 1.440 kilos. Las dosis son tan pequeñas y potentes que suelen ser fáciles de esconder y transportar.

Además de las nuevas presentaciones, las autoridades han puesto en la mira los modos de transporte. Humphries ha anunciado este lunes el decomiso en Nogales de más de 1,5 millones de píldoras de fentanilo escondidas en la caja y en el piso de un camión. En el vehículo se hallaron también más de 50 kilos de cocaína y seis kilos de heroína. Como en el caso de la tragedia de los 53 migrantes que murieron al interior de un tráiler abandonado en San Antonio, las organizaciones criminales están usando redes de transporte con ciudadanos y vehículos estadounidenses para evadir los controles de seguridad. China se mantiene como la principal fuente del fentanilo traficado en EE UU, aunque carteles mexicanos, en especial Jalisco Nueva Generación, han reforzado su apuesta por el comercio de drogas sintéticas.

En México hay una tendencia cada vez mayor de consumo, sobre todo en el norte del país y mezclada con drogas “tradicionales” como la heroína o la cocaína. “El fentanilo se está vendiendo en todas partes. México ya es productor y consumidor”, aseguró Silvia Cruz Martín del Campo, doctora en Farmacobiología e investigadora del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico de México, en una entrevista con este diario en marzo pasado. Al sur de la frontera, sin embargo, los datos oficiales son escasos.

“El fentanilo está en todas partes, desde las grandes áreas metropolitanas hasta las zonas rurales del país, ninguna comunidad está a salvo de este veneno”, dijo el pasado viernes Anne Milgram, la directora de la DEA. “Esta es la droga más mortífera que nuestro país ha enfrentado”, agregó la funcionaria. En los últimos 10 meses, las autoridades estadounidenses han decomisado alrededor 4.800 kilos de fentanilo, según cifras de la CBP.