Ponen a un ‘ultra’ en la presidencia del Hertha

El club alemán confía su resurgir a un antiguo aficionado. Promete reencontrar el alma y la paz civil en el equipo

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Después de temporadas complicadas y de malas decisiones, la asamblea general del Hertha Berlín acaba de confiar la presidencia a un antiguo “Ultra”: una novedad en Alemania donde las relaciones entre dirigentes y aficionados hipertradicionalistas son a menudo tensas.

Hace tres años sin embargo, los jefes del gran club de la capital se frotaban las manos: un inversor con una gran fortuna, Lars Windhorst, montaba a bordo. El legendario Jürgen Klinsmann se convertía en entrenador. Y el club blandía una ambición: llegar de manera regular a competiciones europeas para ser por fin “el club de una gran ciudad”.

Klinsmann dimitió después de 80 días, seis entrenadores le han sucedido desde entonces y el Hertha se salvó ‘in extremis’ del descenso la pasada temporada, ganando la promoción contra el Hamburgo, tercer clasificado de la segunda división.

La catástrofe se evitó por poco, pero desató una revolución interna. El antiguo presidente dimitió y, después de acalorados debates, Kai Bernstein, antiguo “ultra” del Hertha Berlín de 41 años, llegó el domingo a la presidencia elevado por la asamblea general.

Esta elección generó entre los aficionados presentes en la asamblea general una explosión de felicidad, digna de un gol en el último minuto en un partido de Bundesliga. El nuevo dirigente no tardó en manifestar sus esperanzas, dirigiéndose también a sus opositores: “Nuestra vieja dama (apodo del Hertha) está en cuidados intensivos. Podemos curarla desde dentro y solo lo conseguiremos juntos”.

“UNA NOTICIA ALENTADORA”

Este jefe de una agencia de comunicación había seducido los corazones de la afición con la promesa de “reencontrar el alma azul y blanca del Hertha” instaurando “la paz civil” entre todas las facciones del club.

Deberá trabajar en especial de manera inteligente con Lars Windhorst, principal inversor, que se ha mantenido hasta este momento de decepción en decepción desde que se comprometió con el club.

Este ascenso de un hombre salido de sus filas ha generado en todo caso la felicidad entre los aficionados tradicionalistas alemanes, a la vez muy comprometidos con sus equipos y muy molestos contra la evolución económica moderna del futbol, a merced de mecenas multimillonarios o de estados que distorsionan, según ellos, la libre competencia.

“Un antiguo ultra a la cabeza del club de tradición, es a nuestros ojos una noticia alentadora y formidable”, declaró el portavoz de la asociación “Pro Fans” Sig Zelt, curiosamente aficionado del Union, rival berlinés del Hertha.

“El ejemplo del Hertha demuestra que es posible tener más influencia, e incluso una mayoría”, se felicita Zelt, que ve en la elección de Bernstein una “señal”.

En el Hertha, dice, “el establishment ha decepcionado desde hace años, hemos gastado tanto dinero. Solo podemos desear que este nuevo inicio sea un éxito”.

RELACIÓN CON LOS FANS

“La presión pública de los aficionados es tomada en serio”, añade Helen Breit, representante de otra asociación nacional “Unsere Curve” (Nuestra curva), “no podemos reducirlos al silencio como hicimos durante la pandemia”.

Algunos ven una tendencia, después de la entrada de representantes de aficionados en las directivas de otros grandes equipos, como el Mönchengladbach, o el Schalke.

Incluso en el Bayern, equipo en el que los jefes mantienen con firmeza las riendas, los aficionados han obtenido recientemente, después de una asamblea general particularmente agitada, la apertura de un diálogo sobre las relaciones de patrocinio con Qatar, país al que acusan de violar los derechos del hombre y de no respetar los valores del club.

Para Bernstein, el desafío será otro: con un presupuesto dentro del top-6 de equipos de Bundesliga, el Hertha debe aspirar a algo más que a la 16ª posición de la pasada temporada. Para ello ha llegado un nuevo entrenador, Sandro Schwarz, de 43 años. Restablecer la estabilidad y la relación con los fans serán los primeros objetivos del nuevo presidente.