Putin dejaba un ramo de flores este jueves en el cementerio de Piskaryovskoye para conmemorar el 78º aniversario del fin del asedio de Leningrado. ALEKSEY NIKOLSKYI / SPUTNIK / KR (EFE)

El presidente ruso, Vladímir Putin, ya tiene en sus manos las respuestas de Estados Unidos y la OTAN a sus exigencias sobre el Este de Europa. La primera valoración de Moscú al rechazo de Washington y la Alianza de frenar la ampliación de la OTAN es que hay margen para seguir negociando, aunque Estados Unidos no ha satisfecho sus principales exigencias y el Kremlin prefiere guardar cautela de momento. “Ha habido una reacción que nos permite contar con el inicio de una conversación seria, aunque sobre cuestiones secundarias. Sobre el asunto principal, en este documento no hay una reacción positiva”, ha sido la primera impresión del ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov.

En concreto, el diplomático ha reiterado que las principales preocupaciones de Rusia son el fin de las ampliaciones de la OTAN hacia el Este y que la organización no despliegue armas de ataque que puedan alcanzar al país eslavo. La primera exigencia es rechazada de plano por la Alianza Atlántica, aunque la Casa Blanca ha propuesto al Kremlin abordar una limitación de las armas nucleares y de los ejercicios militares masivos juntos, según ha revelado el diario Financial Times.

El portavoz de Putin, Dmitri Peskov, ha dejado abierta la puerta a seguir conversando. “Hay, y siempre debe haber, perspectivas para el diálogo, esto va con nuestros intereses y los de los estadounidenses”, afirmó Peskov, que agregó: “No importa cómo de diametralmente opuestos sean nuestros puntos de vista a veces, el diálogo es necesario siempre”. Sin embargo, tampoco se mostró optimista sobre la posibilidad de resolver las diferencias entre ambas partes: “Ayer escuchamos las declaraciones del secretario general de la OTAN donde rechazaba de forma absolutamente inequívoca las principales preocupaciones mostradas por la Federación de Rusia”.

Horas antes, el máximo responsable de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, respondió en rueda de prensa que su organismo “ha dejado claro que no comprometerá algunos de sus principios básicos. Entre ellos, que toda nación tiene derecho a elegir su camino”, y citó en particular a Finlandia, Suecia y el principal escollo que separa a Rusia de Occidente, Ucrania.

La respuesta de Putin seguirá siendo un secreto por ahora. Preguntado por las alternativas que baraja el mandatario, su vicepresidente del Consejo de Seguridad y ex primer ministro, Dmitri Medvédev, dijo a la agencia de noticias Interfax que “este tipo de planes nunca se hacen públicos” y recalcó que, Putin, “además de presidente, es el comandante en jefe”.

Sobre la posibilidad de desplegar armas en el Caribe, Medvédev dijo que esta opción “está fuera de discusión” porque iría en contra de los intereses soberanos de sus aliados. “Cuba y Venezuela intentan terminar con su aislamiento y restablecer en cierta medida unas relaciones normales con Estados Unidos”, dijo el que fuera mano derecha de Putin hace una década.