Morena ya tiene sus candidatos para las elecciones del año que viene. Seis gobernaturas en juego en unos comicios con los que el obradorismo aspira a seguir volteando el tablero territorial tras su contundente victoria de junio, cuando venció en 11 de los 15 Estados en disputa. Y para seguir conquistando terreno, sobre todo los más peliagudos, Estados norteños o bastiones de la oposición, la apuesta de Morena son perfiles veteranos con largo pasado priista. En particular, los candidatos de Hidalgo, Durango y Tamaulipas son fichajes muy recientes del morenismo.
Los nombres definitivos para los seis estados -hay que sumar Oaxaca, Quintana Roo y Aguascalientes- se han dirimido por el polémico método de las encuestas, mediante los resultados conjuntos de varias empresas privadas. Una fórmula heredada del PRD, el partido tradicional de la izquierda mexicana, y que ha provocado ya más de un quebradero de cabeza a la formación como, por ejemplo, la interminable y tumultuosa elección interna para elegir a su presidente.
Los resultados de las encuestas han contado además con una corrección de género. Morena lleva en los últimos años impulsando reglas de paridad en la designación de sus cargos que también han afectado sus últimos candidatos. El Comité Ejecutivo Nacional (CEN) y la Comisión de Elecciones se reunieron el miércoles por noche para ajustar los resultados de las encuestas de preferencias levantadas en los estados. La corrección por paridad modificó dos de las cinco candidaturas: Durango y Aguascalientes.
“Al ser cinco hombres que ganaron necesitábamos cumplir con la regla de paridad, pero al mismo tiempo, potenciar la capacidad de triunfo que tiene nuestro movimiento en la entidad federativa, minimizar riesgos pero, al mismo tiempo, cumplir con una regla de paridad”, explicó ya este jueves el presidente del partido, Mario Delgado.
En Durango, por ejemplo, el vencedor según las encuestas fue el senador José Ramón Enríquez. Si embargo, el CEN optó finalmente por Alma Marina Vitela, alcaldesa con licencia del municipio de Gómez Palacio, el segundo más poblado del Estado norteño, gobernado por el PAN. Vitela cuenta con casi dos décadas ocupando puestos políticos en el Estado en nombre del PRI. Ha sido legisladora del congreso estatal, regidora municipal, diputada federal y ocupó diferentes puestos en el gobierno estatal del priista Jorge Herrera. No fue hasta 2018 que abandonó el partido para sumarse a Morena.
Más pedigrí priista todavía tiene el candidato de Tamaulipas. El senador Américo Villareal Anaya entró en Morena en 2017 después de tres décadas en el partido tricolor donde ocupó diferentes cargos medios dentro de la secretaría de Salud del Estado. Villareal es doctor de profesión e hijo del exgobernador priista de Tamaulipas de finales de los ochenta. El estado norteño es gobernado por el panista Francisco García de Vaca, acusado por las Fiscalía de delincuencia organizada. Un escenario que ha provocado fuertes choques entre el Congreso estatal y la Cámara federal, dominada por Morena, en torno a retirar el fuero al gobernador para que pueda ser detenido.
Hidalgo es uno de los pocos Estados que conserva el PRI y donde además nunca ha perdido. La apuesta de Morena allí será otro veterano con pasado priista. El hasta ahora senador Julio Menchaca, parte de Morena desde 2015, ha sido diputado estatal y magistrado presidente del Tribunal Superior de Justicia del Estado. Tras la debacle de junio, el PRI solo cuenta ya con cuatro plazas: Hidalgo, Oaxaca, Estado de México y Coahuila.
Para la conquista de Oaxaca, Morena contará por su parte con otro veterano pero de las filas del PRD, Salomón Jara, fundador del la formación en el Estado a finales de los ochenta. También tiene curriculum perredista la candidata a Aguascalientes, Nora Ruvalcaba. Mientras que en Quitana Roo, la apuesta es la actual alcaldesa de Cancún, Mara Lezama, única mujer elegida directamente por el sistema de encuestas.
