Agüero, en su presentación en el Camp Nou.DPA VÍA EUROPA PRESS / EUROPA PRESS

“Y, mientras tanto, voy a llamar a Leo”. Sergio Kun Agüero, niño prodigio (jugador más joven en debutar en la Primera del fútbol argentino con 15 años, un mes y tres días), goleador excelso (máximo artillero en la historia del Manchester City, 260 tantos), es ahora también es un carismático streamer. En directo en su canal de Twitch, cogió el teléfono y del otro lado apareció la voz de Lionel Messi. “¿Qué onda pa?”, preguntó el Kun. “Bien, vo. Te estaba esperando. Boludo, te estás haciendo famoso. ¿A mí me están escuchando?”, contestó el capitán del Barcelona. La conversación, desacomplejada y bastante natural, cercana y hasta divertida, sucedió en mayo de 2020. Hay pocas personas que puedan relajar a Messi como lo hace el Kun. La amistad, que se forjó en la selección argentina, podría fortalecerse en el Camp Nou. Agüero ya dio el sí y este lunes fue presentado como nuevo delantero del Barcelona. Ahora falta saber qué hará Messi y si renueva su contrato.

Agüero, que cumplirá 33 años este miércoles, se convirtió en el primer refuerzo de la segunda etapa de Joan Laporta en la presidencia del Barça. Fue justamente el presidente, junto al director de fútbol, Mateu Alemany, los que lideraron el fichaje del argentino, cuyo contrato con el Manchester City finalizaba esta temporada. “Dijimos que iba a volver la alegría al barcelonismo y la alegría son goles”, arrancó Laporta. Sonó Por una cabeza de Carlos Gardel. Pero Gardel era aficionado de Racing y Agüero es de Independiente, el rival. El Kun firma por dos temporadas, su cláusula será de 100 millones y tendrá un salario cercano a los cinco millones netos. “Es un muy buen fichaje, que se hace con unas condiciones económicas muy favorables para la situación actual del club”, celebran en la Ciudad Deportiva. “Aceptó tener un contrato con muchas variables, lo que significa que es un jugador que se tiene mucha confianza”, comentó Alemany.

Pero la llegada de Agüero es mucho más que un fichaje a coste cero o la incorporación de un delantero de élite, capaz de tolerar un rol secundario —”es una buena persona, que hace grupo. No traerá ningún problema en el vestuario. Todo lo contrario”, aseguran en el área técnica—. Agüero es el anzuelo de Laporta para retener a Messi. “El fichaje del Kun es por el Kun. Es un jugador excepcional. Evidentemente, queremos que se quede Leo”, dijo Laporta. “De chico pensaba, algún día se fijarán en mí. El Barça es el club más importante del mundo y, además, está Leo”, añadió Agüero. En el verano de 2014, cuando Andoni Zubizarreta, entonces director deportivo del Barcelona, andaba tras la búsqueda de un 9, Messi se había ilusionado con juntarse con Agüero en el Camp Nou. El Barça fichó a Luis Suárez. No le gustó, como tampoco le había convencido la llegada de Neymar en 2013. Resulta que los tres se hicieron grandes amigos, ninguno de los dos, sin embargo, le hizo sombra a Agüero. Una relación ligada a los sueños de infancia, cocida en el seno de la selección argentina.

Messi recuerda la primera vez que vio a Agüero en la televisión. Era 2003, estaba de vacaciones en Argentina y el narrador del partido entre Independiente y San Lorenzo comentó: “Es el jugador más joven que haya debutado en el fútbol argentino”. “Ese instante me quedó grabado para siempre. No tanto su rostro ni su nombre, que me costó retener. Sino porque siendo tan chico daba un paso enorme en el fútbol, el mismo que yo tantas veces había imaginado”, contó Messi.

Dos años después (2005) se encontraron en la sub-20. “¿Vos cómo te llamás?”, le soltó Agüero con una inocencia que conserva. “Después lo vi entrenarse y me di cuenta lo bueno que era. Al final, nos pusieron juntos en la habitación”, recuerda el Kun.

“Cuando no hay psicólogo deportivo, la tendencia para agrupar a los jugadores es por las posiciones en el campo, el cinco con el ocho, el 9 con el 11; o por estados de ánimos, el triste con el alegre, el introvertido con el extrovertido. Patrones básicos que, a veces, funcionan. Pero cuando ya hay un profesional, que sabe los perfiles de futbolistas y que realizó test científicos para construir el FODA de cada jugador se pueden proponer otras cosas. Entendí que lo mejor era juntar a Messi y Agüero, los dos más jóvenes del plantel. Tenían personalidades similares y les gustaban cosas parecidas como jugar a la Play”, cuenta, sin violar el secreto profesional, Marcelo Roffé, psicólogo deportivo de la AFA desde el 2000 hasta el 2006.

Ocurrió, sin embargo, algo curioso. Cuando el técnico de la selección, Pancho Ferraro, cantó las habitaciones, todos estuvieron de acuerdo. El Kun, contento; Messi, no. “Leo esperaba dormir con Zabaleta, con Garay, con Gago, o con alguno de los pesos pesados”, recuerda Roffé. “¿Qué pasa Leo?”, le preguntó en soledad Ferraro; “confía en nosotros. Proba dos días, si no te gusta te cambiamos de habitación”. Nunca más se separaron. “Las pequeñas sociedades de las que habla Menotti”, remata el psicólogo deportivo.

Agüero es el tercer máximo goleador de Argentina. Ha marcado 42 tantos. Su mayor asistente es Messi, nueve. Agüero también es el que más pases de gol le ha dado al 10, cinco. “Esperemos jugar juntos. Pero lo que pase con Leo, son decisiones que él tomará con el club. Creo que seguirá. Hablo con Leo todos los días. Pero no puedo decir lo que hablamos. Poder entrenar con él todos los días será un sueño”, cerró Agüero antes de reencontrarse con Messi en una habitación del predio de Ezeiza.