El expiloto italiano Fausto Gresini, director del equipo Gresini Racing de MotoGP, falleció este martes a los 60 años en el hospital Maggiore de Bolonia como consecuencia de una infección por coronavirus que le tuvo prácticamente dos meses en la cama. “Estas son las noticias que nunca hubiéramos querido dar y que desafortunadamente nos vemos forzados a compartir con todos vosotros. Después de casi dos meses peleando contra la covid, Fausto Gresini ha fallecido pocos días después de cumplir 60″, indicaba el equipo a través de un comunicado emitido por las redes sociales. Apenas unas horas antes, pocos minutos después de las once de la noche del lunes, habían tenido que desmentir las informaciones de algunos medios, que le dieron por muerto antes de tiempo. El desmentido, sin embargo, llegaba cargado de dolor e impotencia. Su estado era realmente crítico.
Nacido en Imola en 1961, Gresini, uno de los personajes más populares del paddock del Mundial de Motociclismo, ex corredor, director deportivo e impulsor de muchas jóvenes carreras, estaba hospitalizado en Bolonia desde el pasado diciembre por una severa insuficiencia respiratoria. Había entrado en estado crítico en los últimos días, así lo informó el pasado 18 de febrero el centro sanitario.
El dos veces campeón del mundo de 125cc había dado positivo en covid-19 poco antes de las vacaciones navideñas y, tras pasar un periodo inicial de aislamiento en su domicilio, ingresó el 27 de diciembre en el hospital Santa Maria della Scaletta, en Imola.
Pocos días después fue trasladado al centro especializado Maggiore Carlo Alberto Pizzardi, en Bolonia, donde ingresó en la Unidad de Cuidados Intensivos con niveles muy bajos de saturación de oxígeno en la sangre. Fue inducido a un coma farmacológico y recibió una intubación endotraqueal para ayudar a la oxigenación de los órganos, según se informó entonces.
No pudo superarlo.
Gresini fue uno de esos pilotos menudos que reinó en 125cc en unos años en los que las categorías pequeñas tenían entidad por sí solas. Debutó con el equipo MBA en 1983, cuando apenas tenía recursos económicos y en una época en que eran los propios pilotos los que, la noche anterior a la carrera, preparaban sus motos con la ayuda de algún mecánico o, como él mismo explicaba años atrás a MotoGP.com, con el jefe del equipo. Referente de 125cc en los ochenta, cuando logró los dos títulos mundiales (en 1985 y 1987) que figuran en su palmarés como piloto, fue entonces un duro rival para Luca Cadalora o, más tarde, para un jovencísimo Loris Capirossi cuando, ya en los noventa, competía con una Honda tras correr con Aprilia.
Ángel Nieto, Fausto Gresini y August Auinger, en los años ochenta.
Ángel Nieto, Fausto Gresini y August Auinger, en los años ochenta.MOTOGP.COM / MOTOGP
En 1995, Fausto dejó la moto pero no a las motos. Siguió en el paddock. Apasionado, debutó al frente del equipo de Alex Barros en 500cc, con una Honda. “No tenía nada más que pasión y un buen proyecto entre manos”, confesaría años después. Fue el inicio de una larga carrera como director deportivo. Fausto sabía moldear el carácter de jóvenes talentos. Lo hizo poco después con el que había sido su compañero, Capirossi. Trabajó también con los malogrados Daijiro Kato y Marco Simoncelli, a cuyos accidentes mortales hizo frente con la entereza propia de quienes saben los peligros que se asumen al correr a 300 km/h: “Te preguntas hasta qué punto te gusta lo que haces, o si podrías trabajar en algo distinto. Repasas cada una de las acciones que has hecho para entender si has cometido algún error. Mi suerte es que yo había sido piloto y los pilotos sabemos el riesgo que se corre”.
Su carrera como director de equipo no fue fácil, pero regresaron los éxitos y las sonrisas. En 2015 Fausto aceptó, encantado, la llamada de Aprilia, que le escogió para guiar el proyecto de la fábrica italiana en su regreso a MotoGP mientras el equipo Gresini, fundado en 1997, seguía triunfando en las categorías pequeñas del mundial, Moto3 y Moto2. Con él, con quien Toni Elías se había convertido en el primer campeón de Moto2 el año 2010, fue también campeón del mundo de Moto3 Jorge Martín, en 2018. El último título para la estructura de Gresini fue el del Mundial de MotoE que ganó Matteo Ferrari en 2019. “Qué dolor”, escribía este martes Martín en sus redes sociales. Y seguía: “Fausto me dio la oportunidad de tener una moto competitiva y de demostrar cosas cuando nadie me quería, me enseñó su pasión por la moto y lo humano que podía ser el dueño de un equipo”. A la despedida se sumaba, entre otros muchos, el piloto de Aprilia Aleix Espargaró: “Siempre te recordaré como un amigo y un auténtico apasionado de MotoGP. Sigue sonriendo en el cielo, Fausto”, escribía el catalán, que prometió dedicarle el primer podio de Aprilia en la categoría reina.
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