El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, ha anunciado este domingo que ha dado positivo a la covid-19. El mandatario, de 67 años, lo hizo público a través de un mensaje en su cuenta de Twitter. “Los síntomas son leves, pero ya estoy en tratamiento médico. Como siempre, soy optimista. Saldremos adelante todos”, escribió el mandatario, quien se ha negado en reiteradas ocasiones durante la pandemia a utilizar el cubrebocas en sus actos públicos. El presidente realizó este fin de semana una gira por los Estados de Nuevo León y San Luis Potosí junto a siete miembros del Gabinete y dos mandatarios locales. Mientras se encuentra convaleciente, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, ha tomado el relevo para encabezar las conferencias matutinas en Palacio Nacional. En el caso de que la enfermedad avance e incapacite temporalmente al jefe del Estado, la Constitución establece que el cargo lo ocupe provisionalmente la secretaria de Gobernación.
En su primera conferencia al frente, Sánchez Cordero ha informado que López Obrador se encuentra resguardado en la residencia presidencial en Palacio Nacional con su esposa, Beatriz Gutiérrez Müller –que ha resultado negativo de covid en una primera prueba– y el menor de sus hijos. La secretaria ha explicado que desde el confinamiento el presidente “sigue dirigiendo a distancia los esfuerzos” y está “en pleno ejercicio de sus funciones”. La funcionaria ha dado a entender que el mandatario estaba mirando la transmisión de la conferencia en directo. Sánchez Cordero, que también le acompañó en la gira, no ha profundizado sobre los protocolos de protección o el rastreo de casos entre los colaboradores del mandatario. “Seguramente todos los que hemos estado con él nos hemos hecho pruebas, (Alfonso) Romo, (Marcelo) Ebrard, la intérprete, yo sigo el protocolo llegando el día de ayer me sometí a la prueba rápida”, dijo. La secretaria asegura que espera el resultado de una prueba PCR para mañana.
“El presidente se encuentra estable, tiene un coronavirus leve y está resguardado en su domicilio y se encuentra bajo la atención de un equipo de médicos”, ha informado esta noche José Luis Alomía, director general de Epidemiología del Gobierno. El equipo de especialistas está coordinado por el secretario de Salud, Jorge Alcocer, un inmunólogo. Alomía, uno de los portavoces de la pandemia, ha dicho que el presidente seguirá adelante con reuniones virtuales y llamadas telefónicas. En este sentido, el propio López Obrador ha asegurado que mantendrá este lunes una llamada con el presidente de Rusia, Vladímir Putin.
La candidata por Morena al Gobierno de Nuevo León, Clara Luz Flores, junto al presidente mexicano, durante un desayuno el pasado sábado 23 de enero.
FOTOGALERÍA: La cadena de contactos del presidente de México, López Obrador
López Obrador, quien es hipertenso, sufrió un infarto en diciembre de 2013. Por ello el equipo de médicos mantiene un “monitoreo permanente” de los niveles de oxigenación del mandatario. Alomía explicó que los enfermos con diabetes e hipertensión tienen más dificultades para encarar la enfermedad solo si estas se encuentran descontroladas. El presidente de México ha mantenido una postura polémica con el uso del cubrebocas. De forma pública, a excepción de los vuelos, se ha resistido a utilizarlo, una sencilla medida adoptada por los principales especialistas en todo el mundo y muchos de sus colaboradores en el Gabinete. En noviembre rechazó imponerla de forma obligatoria a nivel nacional bajo el argumento de que “lo más importante es la libertad”. “La gente debe decidir libremente usarlas o no y se debe confiar en su sabiduría”, añadió.
Entre su equipo político cercano las reacciones no tardaron en llegar. La jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, animó al mandatario en las redes sociales. “Vas a salir bien Presidente. Segura de ello. Tu fortaleza, convicción y amor por la vida y por lo que representas nos dan esa certeza. Aquí estamos desde la Ciudad en el trabajo para salir adelante. Ánimo”, escribió Sheinbaum. Por su parte Ricardo Monreal dijo sobre López Obrador que “su trabajo incansable y su decisión de respetar sin privilegios el plan de vacunación lo situó en la vulnerabilidad de cualquier persona. Elevamos oración por su pronta recuperación”, escribió el jefe de la bancada de Morena en el Senado.
El sábado, el presidente admitió que la pandemia “ha pegado muy fuerte” a México, un país que suma 1, 7 millones de contagios y roza los 150.000 fallecidos, además de ser uno de los países de América Latina con mayor exceso de muertes. “Duele mucho, se han perdido vidas de amigos, de familiares, de conocidos, de muchos mexicanos entrañables, queridos, pero tenemos que ir hacia adelante”, dijo López Obrador durante un evento. El mandatario, que en varias ocasiones ha rebajado la emergencia que vive el país, había dicho precisamente este fin de semana: “Ya hay una lucecita de que podemos salir del túnel en que nos encontramos”. El Gobierno mexicano ha apostado a la compra de 120 millones de dosis de inmunizaciones como principal estrategia de lucha contra la pandemia. “El problema es la disponibilidad de la vacuna“, añadió el presidente. Hasta este domingo, las brigadas de vacunación han aplicado 629.000 dosis.
A pesar de las modificaciones de las grandes farmacéuticas en los planes de distribución, México mantiene su meta de vacunar a 15 millones de adultos mayores de 60 años para finales de marzo. “Si los vacunamos a todos vamos a reducir la mortalidad por la covid en un 80%”, dijo López Obrador, quien hace algunos días informó de que respetaría el turno que le tocase para ser vacunado, por lo que le correspondería a finales de febrero con una dosis de la farmacéutica china CanSino.
Durante la llamada que mantendrán López Obrador y Putin, ambos dirigentes hablarán de la vacuna rusa Sputnik. El Gobierno de México y el de Rusia negocian la compra de millones de dosis de la vacuna, que aún aguarda la autorización de emergencia de las autoridades sanitarias mexicanas.
El coronavirus ya había llamado a las puertas del Palacio Nacional. Jesús Ramírez Cuevas, el vocero del Gobierno, anunció el 11 de enero que estaba contagiado. El funcionario es uno de los más próximos al presidente pues lo ve todos los días en las conferencias. Después de esto, la Administración sorprendió con un anuncio, a casi un año de la llegada de la pandemia al país, de que implementaría un protocolo especial para proteger a López Obrador. “Yo de todas maneras me cuido, es sana distancia; es incómodo porque tengo que estar también recorriendo el país… Es muy dolorosa la pandemia, pero también hay que acabar con la peste de la corrupción, que es peor que la malaria”, dijo el presidente tras el contagio de su colaborador. En México se han contagiado 17 de los 32 gobernadores locales. Ninguno de ellos de gravedad.
El presidente inauguró este domingo un cuartel de la Guardia Nacional en el Estado de San Luis Potosí, una entidad asolada por la violencia. A la visita lo acompañaron los secretarios de la Defensa, Luis Crescencio Sandoval; de la Marina, Rafael Ojeda, y la titular de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, quien estuvo varias semanas enferma de coronavirus. A este evento también acudieron el titular de Bienestar, Javier May, y el comandante de la Guardia Nacional, Luis Rodríguez Bucio. Todos ellos se aislarán de forma preventiva.
En total, durante el fin de semana, López Obrador se reunió con varios secretarios de Estado. El viernes, durante su gira en Nuevo León, López Obrador estuvo con Ebrard y Tatiana Clouthier, secretaria de Economía. También se entrevistó con la aspirante de Morena al gobierno local. Ese mismo día, el mandatario visitó la casa de Alfonso Romo, quien fue hasta diciembre el jefe de la oficina presidencial. Allí sostuvo una llamada telefónica con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden. Por la noche, en el mismo sitio, cenó con nueve de los principales empresarios del industrioso Estado del norte del país.
¿QUÉ PASA SI LA ENFERMEDAD SE AGRAVA?
El presidente López Obrador ha dicho que se encuentra con síntomas leves y bajo la atención de un grupo de expertos. Como él mismo ha informado, será la secretaria de Gobernación (Interior), Olga Sánchez Cordero, quien se encargue de encabezar al Ejecutivo ante su ausencia. Si la condición del mandatario se agrava y su ausencia se torna permanente, será esta funcionaria, exjuez de la Suprema Corte, quien ocupe las funciones hasta que el Congreso, en este caso en manos de Morena, elija a un presidente sustituto para finalizar lo que resta del sexenio. Esta decisión debe darse en un plazo máximo de 60 días. Durante este plazo, el Gabinete no puede modificarse sin que el Senado lo avale.