Columna publicada originalmente el 24 de julio de 1990. Se reproduce por la importancia del tema en la actual coyuntura.

Cuando Rubén Zuno Arce fue detenido en San Antonio, sus supuestas vinculaciones con el narcotráfico eran desconocidas. Hasta la fecha y después de varias semanas de presentación de pruebas, hay pocos elementos que comprueben realmente esa relación del político y empresario jalisciense con el cártel de Guadalajara.

Algunas fuentes de información consultadas por Indicador Político sugieren que la pista no debería buscarse por el lado del narcotráfico -que por lo demás en México tiene fronteras diluidas con la política- sino por el camino que indica una feroz lucha entre la CIA y la DEA, esta por demostrar que aquella estaba metida hasta el tuétano en operaciones clandestinas que, a la larga, facilitaban la introducción de droga a territorio estadounidense.

En este contexto, un exagente de la CIA que conoció operaciones de la agencia realizadas en México en años pasados reveló Indicador Político que Ruben Zuno Arce aparece en las listas de la CIA como »asset», que significa colaborador o fuente importante de información de la agencia en una plaza determinada. El informe dice que Zuno Arce es »asset» desde hace bastantes años y que no tiene datos si ya se retiró o sigue en operaciones. Estas fuentes son utilizadas pero muchas veces pasan años sin ser consultadas.

Esta consideración perfila el hecho de que la DEA le está pasando la cuenta a la CIA por el asesinato -cruelmente realizado- de uno de sus agentes. Aunque la CIA y la DEA colaboran estrechamente en las llamadas »infanterías», en la cúpula de ambas agencias se desarrolla una cruenta pelea que busca que la DEA quede por encima de la CIA o que pueda realizar sus propios operativos sin necesidad de depender de la coordinación de la CIA.

Los datos que revelan esta pugna están a la vista en una relación de hechos sobre el »Jucio Camarena»:

1.- De los acusados sentados en el banquillo de los acusados en los Angeles, por lo menos dos tienen relaciones directas con la CIA: Juan Ramón Matta Ballesteros y Rumbeen Zuno Arce.

2.- Las principales revelaciones de los testigos clave de la fiscalía indican que el cártel de Guadalajara se erigió bajo la complacencia y complicidad de los servicios de inteligencia de México y estos le reportaban directamente a la CIA en México.

3.- El tráfico de drogas del cártel de Guadalajara fue usado por la CIA para enviar armas, dinero y equipamiento a la contra nicaragüense. Así los narcotraficantes ayudaban a la CIA en Centroamérica y podían moverse libremente para introducir drogas a Estados Unidos.

4.- La DEA estaba enterada de estos acontecimientos y relaciones, pero no pudo remontar su bajo nivel burocrático en el Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, desde donde partió la Operación Nicaragua para violar las decisiones del Congreso de Estados Unidos que prohibían el involucramiento en Centroamérica. Dentro del CSN, la CIA tiene más jerarquía y capacidad de maniobra, al grado de ser considerada como el »Ejército del Presidente».

5.- Poco a poco, protegidos de la CIA han estado cayendo en esos intentos de Estados Unidos por soltar como lastre a quienes ayer les sirvieron para sus propósitos clandestinos: el General Manuel Antonio Noriega, el narcotráficante Juan Manuel Matta Ballesteros, el contacto de la CIA en México José Antonio Zorrilla Pérez, Ruben Zuno Arce.

6.- Hay el dato de que el eje militar de la contra nicaragüense conocido como El Quiché había sido jefe de guardaespaldas de Pablo Escobar, el capo número uno del cártel de Medellín, ahora buscado por la DEA; esos datos fueron conocidos por la CIA. Más aún, algunas fuentes especializadas indican que Escobar habría viajado a Panamá en aviones fletados por la CIA, lo que vincula el terrible eje Medellín-Noriega bajo la supervisión de la propia CIA. Ahora la DEA desarticula esas complicidades.

7.- El tráfico de drogas encubrió varios operativos de la CIA en Centroamérica que pasaron por México: venta clandestina de armas a grupos de derecha opositores a gobiernos, traslado de dinero, entrenamiento de grupos paramilitares, vinculación con agrupamientos de ultraderecha y anticomunista y rutas del narcotráfico que vinculaban política-seguridad nacional-intentos de derrocamiento de gobiernos, entre otros.

8.- Lo de Zuno Arce y lo de Zorrilla Pérez son la punta del iceberg que podría descubrir cómo la CIA utilizó territorio y agrupamientos mexicanos para establecer la conexión mexicana del Irán-contra.

En el »Juicio Camarena» comenzaron a salir algunos hilos que hubieran podido llevar a un enjuiciamiento de las agencias de inteligencia y seguridad nacional de Estados Unidos, pero no existió la suficiente voluntad del juez para dar contexto a las incidencias que llevaron al asesinato del agente de la DEA en México en febrero de 1985.

Sin embargo, allí están las pistas concretas que indican cómo la CIA se vinculó en México con narcotraficantes, con jefes policiacos y con políticos para realizar la Operación Nicaragua que fracasó y condujo al escándalo Irán-contras.

En los Angeles se ha querido parar y diluir las revelaciones que hubieran podido aclarar muchas dudas que tienen los estadounidenses respecto aqué tanto se sabía en la Casa Blanca del Irán-contras. En el caso concreto del »Juicio Camarena», todo quedó en culpar a policías mexicanos de haber servido a narcotraficantes y no se aclaró qué tanto de ello sabía la CIA.

Por lo demás, los encarcelamientos de Matta y Zuno indican a los analistas que más que estar involucrados con los narcos, ellos son víctimas propiciatorias de la guerra CIA-DEA.