Con Lenín Moreno, Ecuador volvió a acercarse a Estados Unidos. Ahora que está a punto de terminar su mandato, el presidente deja una rendija abierta para la consolidación de un futuro tratado comercial. Los dos países acaban de firmar, precisamente, un acuerdo con cuatro puntos de partida que marcan el camino de una relación bilateral más abierta y más ligera de trámites para las exportaciones e importaciones de ambos mercados. El pacto de primera fase es un paso en firme, pero es limitado.
El horizonte comercial dependerá en adelante del Gobierno demócrata de Joe Biden y del mandatario ecuatoriano que salga de las urnas en febrero de 2021. Se han sentado las bases en cuatro aspectos – lucha anticorrupción aduanera, beneficios para el comercio de micro, pequeña y mediana empresa, seguridad jurídica para atraer inversión y simplificación de trámites en el intercambio- que consolidan el descongelamiento de las relaciones de los últimos tres años. Pero el nuevo acuerdo deja fuera temas sensibles como el agrícola, la propiedad intelectual o el caso Chevron.
“Es el inicio de una negociación. Abre la puerta a un acuerdo comercial, pero hay algunos temas que hay que resolver. Hay muchos irritantes”, reconoce el presidente de la Cámara de Comercio de Quito y extitular de la federación que aúna a todas las cámaras, Patricio Alarcón. ”Si bien es muy importante lo que acaban de firmar, para tener un acuerdo bilateral, hay que obtener la aprobación del Congreso de EE UU y de la Asamblea en Ecuador. Deben resolverse primero los puntos irritantes y, segundo, si es que llega un Gobierno que no quiere seguir con la negociación, simplemente no se va a firmar. No se concretará”.
Además del relevo presidencial en Estados Unidos, el país andino celebra en febrero de 2021 unas elecciones cuyo resultado es tan incierto como la quincena de candidatos que aspiran a la banda presidencial. Lenín Moreno descartó desde un inicio su reelección y los dos postulantes más aventajados son Guillermo Lasso, el líder del movimiento conservador CREO, y Andrés Arauz, el nuevo rostro apadrinado por el expresidente Rafael Correa. Aun así, las últimas encuestas electorales dan más peso al voto nulo o en blanco que a cualquiera de los dos y reflejan que un 67 % de los consultados no ha decidido aún a quién dar su apoyo
Con ese contexto electoral, el Gobierno ecuatoriano asume que no dejará atado ni cerrado un acuerdo comercial ampliado con Estados Unidos, pese a los avances realizados tras la salida de Correa del palacio presidencial de Carondelet y el consiguiente el cambio en la política exterior de Ecuador. Durante la gestión de Lenín Moreno se reanudaron los encuentros de autoridades. Se recibió en territorio ecuatoriano por primera vez en una década la visita de un vicepresidente estadounidense con la llegada de Mike Pence en junio de 2018. Y eso abrió la llave para que Lenín Moreno fuera recibido por Donald Trump en la Casa Blanca en febrero de este año, antes de que se expandiese la pandemia de la covid-19.
El ministro de Producción y Comercio Exterior, Iván Ontaneda, recordó en la presentación del nuevo acuerdo el cambio de actitud de Ecuador hacia Estados Unidos con la llegada de Moreno. “Este es un proceso en el que, desde que inició el Gobierno del presidente Moreno, se decidió apuntar hacia el pragmatismo, dejar la ideología y buscar verdaderas alianzas estratégicas que generen oportunidades a 17 millones de ecuatorianos”, señaló el titular de la cartera que en octubre de este año también anunció el desbloqueo comercial para las rosas ecuatorianas al ser incluidas en el programa de beneficios arancelarios del SGP, una aspiración que llevaba años paralizada