Algunos académicos y políticos de todos los partidos, se pasaron a las filas de morena, con la clara intención de beneficiarse de las mieles del poder, dejando en el suelo la dignidad y el decoro, hoy gobiernan a su antojo, llegaron a robar, y van a hacer lo necesario para superar a los gobiernos anteriores, utilizar el cargo público para beneficio personal o de grupo y si para eso se tienen que humillar y actuar como sirvientes de López Obrador, no les importa. El próximo año pueden ser elegidos para una candidatura y soñar, por qué no, con ser el sucesor para el 2024.
Morena debe descartar la visión de que, puesto que ganó la elección del 2018, su idea de país y su manera de gobernar es la que le conviene a México.
Prometió muchas cosas, criticó con acierto los problemas, pero no ha cumplido, aunque esto no es nuevo, una cosa es ser candidato y otra gobernante, su supuesta superioridad con los gobiernos del pasado no la puede demostrar sólo con palabras, están ausentes los resultados.
Desaparecer programas para los más desprotegidos, así como adelgazar y desaparecer instituciones de gobierno han conducido a mucha gente a la pobreza, dejar de hablar de las desigualdades, el esforzarse en crear otra realidad, y acallar las voces que defienden la verdad, es la política del gobierno.
Se han convertido en expertos en atacar de manera coordinada las voces que defienden la verdad, tan es así que cuando alguien denuncia las mentiras y atropellos del gobierno, su falta de concordancia entre el dicho y el hecho, se desatan descalificaciones a granel y amenazas de cárcel desde el púlpito federal.
Mentir descaradamente y ocultar la verdad se han convertido en deporte oficial del gobierno.
Felicitan a los que dirigen el desastre en el manejo de salud, la prometida atención de primer mundo de López Obrador, no aparece por ningún lado. Pero la verdad se impone, se da a conocer el brutal abandono en la atención a la pandemia, de las más de 57 mil víctimas por covid-19, el 88% han muerto en hospitales públicos (IMSS, ISSSTE, etc.), el 7% han muerto en su casa, el 2% en la vía pública y el 3% en hospitales privados.
No les importa la suerte del pueblo, los funcionarios de morena se dedican a robar, a adquirir respiradores a sobreprecio, lo mismo que mascarillas; los centros hospitalarios sin medicamentos, cuando los padres de niños con cáncer protestan, los difama en lugar de atender a los infantes, si el personal de salud protesta porque no les dan insumos de protección, los amenazan y despiden.
El nulo apoyo para neutralizar la crisis económica tanto para los trabajadores, como para los pequeños empresarios, México es de los pocos países que han dejado a su suerte a trabajadores y empresas, este error lo pagaremos todos los mexicanos durante varios años, con desempleo y aumento de la violencia, se calcula que, para recuperar la economía anterior a la pandemia, tardaremos hasta el 2025, un sexenio perdido.
Si el pueblo organizado exige atención para los más desprotegidos, se desata una campaña de linchamiento contra los luchadores sociales, se dictan ordenes de aprehensión sin ningún recato, actúan como verdaderos dictadores, muy en particular es la actuación vergonzosa del gobernante poblano, Miguel Barbosa.
Grupos y figuras importantes, están cambiando su postura, ahora ven al presidente como parte del problema, no como la solución.
Se adelgaza el coro de voces que apoyan al gobierno, y este adelanta a sus grandes distractores, es muy posible que la gravedad de la pandemia y la aceleración de la crisis económica, obligaron a López Obrador a adelantar los eventos estelares del gran circo y no esperarse al 2021.
La 4ta, es una ocurrencia que sólo existe en la cabeza del presidente.
Lo repetiremos hasta el cansancio, debemos tener como base un modelo económico que tenga como eje central, una verdadera prosperidad para la clase trabajadora, este planteamiento no está en los planes del actual gobierno.
Termino con lo que hace Suecia, país europeo, con uno de los índices más altos de bienestar.
Le preguntaron al ministro de Finanzas de Suecia por qué la economía de su país marchaba tan bien. Su respuesta fue que tenían impuestos elevados para los más ricos. Los suecos sabían que una nación próspera requiere de un elevado gasto social en infraestructura, salud, vivienda, educación, tecnología y Seguridad Social, y que el gobierno necesitaba ingresos para financiar de manera sostenida estos desembolsos. Muchos de estos gastos públicos vienen a complementar los privados. Los avances tecnológicos financiados por el gobierno pueden contribuir a apoyar la inversión privada. Los inversionistas comprueban que sus esfuerzos son más rentables cuando hay una fuerza laboral altamente preparada y buenas infraestructuras. Un factor indispensable del crecimiento acelerado es un incremento en la educación y la investigación básica que ha de estar financiada por el gobierno.