El presidente López Obrador debe empezar a entender que polarizar, dividir a la sociedad, solo con el afán de perpetuarse en el poder puede llegar a un conflicto social que no conviene a nadie, de que le dejaron un cochinero, es un cuento que se le está haciendo viejo, precisamente llegó a ocupar el cargo para mejorar la situación del país. Lo que debe buscar es cómo pueden hacerse las cosas mejor.
México es un país con mucha desigualdad y esta desigualdad es utilizada por el poder político, por ejemplo, en la manera de cómo se manejan los programas sociales.
Si no reformamos nuestras políticas sociales, nuestra democracia continuará siendo una burla, e iremos evolucionando hacia una situación caracterizada por la compra de votos con dinero público, de nuestros propios impuestos, el gobierno federal a través de un ejército de reclutadores llamados “siervos de la nación” opera en ese sentido. Dar dinero a cambio de los votos necesarios, es la premisa del gobierno, mientras millones de mexicanos seguirán viviendo en la miseria.
Con un gobierno aliado a los personajes más poderosos de México su mayor preocupación es eliminar a quienes le hacen contrapeso, esto es, eliminar toda oposición, sobre todo a las organizaciones sociales y demás agrupaciones con una estructura capaz de dar la lucha y resistir los embates gubernamentales, y por ese camino eliminar los derechos de organización y protesta.
El gobierno federal no ha entendido que, para acabar con los grandes problemas de México, se debe combatir las ofensivas desigualdades que sufren más de 80 millones de trabajadores y sus familias, provocando resentimiento y desesperación de que sus ingresos no alcanzan para una vida decorosa.
Lograr una sociedad más justa requiere de igualdad de oportunidades, crear las condiciones para darle mayor participación y peso a las organizaciones de obreros, campesinos y trabajadores en general en las grandes decisiones del país, que tengan injerencia en la toma de decisiones y no limitar su participación solo para acudir a votar.
Para un mejor funcionamiento de la economía y la sociedad, con ciudadanos que tengan la posibilidad de prosperar, que se sientan seguros, el gobierno debe invertir, si, invertir en educación, proporcionar una buena educación a todos podría reducir la desigualdad general, crear las condiciones para que todos los trabajadores tengan empleo, con un salario justo, suficiente para sostener a sus familias, crear programas adecuados para todo aquel que lo necesite, sin ninguna condición electoral, sino con base en sus necesidades.
Las naciones se enriquecen y alcanzan una mayor calidad de vida haciéndose más productivas y la fuente más importante para aumentar la productividad es fruto del desarrollo del conocimiento. Los progresos tecnológicos deben estar muy bien respaldados y dependen de fondos gubernamentales para la investigación, ese es el papel de un gobierno que aspira a una verdadera independencia nacional.
Diseñar una buena organización general de la sociedad, es el producto de la participación de todos los miembros de la sociedad. Ello nos conducirá a mejorar la vida de millones de mexicanos, excluir a las mayorías solo nos lleva a polarizar más el encono social, donde no impera el estado de derecho, el debido proceso y la pluralidad de ideas.
Debemos crear un proyecto de nación donde se incluya un mejor reparto de la riqueza, mientras unos cuantos sigan acumulando las riquezas nacionales, aliados con un gobierno irresponsable que solo busca perpetuarse en el poder, nada bueno nos espera.
En la empresa Sukarne, ubicada en el municipio de Tlahualilo, siguen extendiéndose los contagios, son más de 100 trabajadores infectados y varios medios de comunicación afirman de fallecimientos, hace unas semanas denunciamos las irregularidades en la empresa, ante esta tragedia se demuestra que no existe ninguna autoridad que pare a esta poderosa empresa exportadora de carne, son más importantes las ganancias que la vida de los obreros, la única salida es que los trabajadores se organicen y den la lucha, como primer paso declarar un paro en la empresa, hasta que existan las condiciones sanitarias necesarias.