Con preocupación nos enteramos esta semana de los primeros casos de covid_19 en el municipio del Mezquital. El martes se dio a conocer de 2 positivos y el jueves de 4 más, esta información fue anunciada por el secretario de Salud del Estado, Sergio González Romero. Los últimos 4 fueron detectados en un filtro sanitario de Durango, mientras venían de trabajar de los campos agrícolas de alguna zona de Zacatecas.
Los datos a nivel estatal, hasta el 21 de mayo, arrojan un total de 191 casos y 30 defunciones. Esto definitivamente no se compara con la ciudad de México, el Estado de México u otros estados del centro, en donde el problema se ha desbordado y los enfermos ya no encuentran lugar en los hospitales para ser atendidos y los cuerpos tienen que esperar 3 o 4 días para ser incinerados por la falta de espacios en los crematorios, pero no quiere decir que Durango esté exento de un problema similar, sino que acá el avance es más lento.
En el país, al día de hoy, suman 60,548 casos confirmados, 6,586 muertos y un promedio de 420 infectados al día. Esto quiere decir que a nivel nacional la enfermedad está en su pleno apogeo, mientras en el municipio del Mezquital apenas está empezando la fase I, que significa, según los epidemiólogos, la importación del virus.
Ante este panorama, se vuelve preocupante el anuncio que hace el Gobierno Federal encabezado por Andrés Manuela López Obrador, de regresar a la “nueva normalidad”. Si bien es cierto que esto lo hace acatando las órdenes del gobierno de Estados Unidos, pues muchas de las empresas trasnacionales que están en México forman parte de una cadena de producción que inevitablemente necesitan empezar a trabajar para que haya “producto final”; también es cierto que López Obrador llama a volver a la “nueva normalidad” porque no quiso ayudar a los dueños de los pequeños negocios y mucho menos al pueblo trabajador, ahora los llama a volver a la normalidad para no desembolsar un presupuesto para ellos. Entre paréntesis, esto se llama neoliberalismo puro: dejar que los dueños del dinero hagan lo que se les antoje con los trabajadores sin que el Estado (en este caso el Gobierno de México) mueva un solo dedo para defenderlos ni mucho menos apoyarlos, con alimentos, por ejemplo, o algún recurso económico que tanto se requiere en estos tiempos difíciles.
Esta decisión evidentemente traerá graves consecuencias, pues crecerá de manera súbita la propagación del virus y, por consiguiente, el número de pérdidas humanas, situación que afectará drásticamente a las poblaciones en pobreza extrema, como Mezquital, que padecen todos los males que puedan existir, pero sobre todo el servicio de salud deficiente, no por culpa de los trabajadores de la salud sino por la falta de un presupuesto federal para mejorarlo. ¿Qué vamos a hacer si Mezquital se llena de contagiados? ¿Podremos controlar el virus? ¿Podremos curar a los enfermos? Seguro que no.
Y lo peor: ¿Cuántos días más podremos aguantar sin recursos y sin ningún apoyo del gobierno? Porque esto parece que va para largo. ¿Tenemos los ahorros suficientes para aguantar otros dos meses o más? En Mezquital, antes del inicio de la pandemia, éramos unos 36,000 (91% de la población) los que vivíamos en situación de pobreza, ahora seguramente no somos los mismos. Es imposible aguantar tanto tiempo sin comer y tan es imposible que muchas familias han salido a buscar el sustento a pesar de conocer los peligros de contagio, como sucedió con los 4 recién confirmados que venían de trabajar de otro estado. Seguramente conoceremos muchos casos más como este.
¿Y qué hacer ante esta situación? Debemos garantizar la permanencia en nuestros hogares, pero para eso es indispensable que los tres órdenes de gobierno, garanticen la distribución de alimentos para todos los mezquitalenses sin distingos, y desde aquí, a nombre de mis compañeros antorchistas y de todo el pueblo del Mezquital, le hago esta petición al alcalde Osbaldo Santillán Gómez, ojalá y se sensibilice y haga lo concerniente, y ya estamos haciendo lo propio ante las instancias del gobierno estatal y federal. Esto no solo es posible y necesario, sino además una obligación del Estado, de acuerdo con el artículo IV de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, por eso, si la propagación del virus crece en Mezquital, no será culpa de la gente, sino de la autoridad que no garantizó la entrega de alimentos a todos los afectados. A mis compañeros, invitarlos a que, si los apoyos no llegan, levantemos la voz y demos a conocer la situación, si no hablamos los afectados, nadie lo hará en nuestro lugar.