La secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero (derecha), entregó el primer Informe de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador a Mónica Fernández Balboa y a Porfirio Muñoz Ledo, dirigentes de las mesas directivas de las cámaras de senadores y diputados, respectivamente, en el salón de protocolos de San Lázaro.Foto Cristina Rodríguez

Política y moralmente derrotados
Primer Informe; no, tercero
En las cámaras, Morena controla

Andrés Manuel López Obrador combinó una frase del presidente Benito Juárez (el triunfo de la reacción es moralmente imposible) con su propia elaboración discursiva de 2003, cuando era jefe del Gobierno capitalino (soy políticamente indestructible) y con esa doble vertebración declaró a los conservadores de ahora moral y políticamente derrotados, no sólo desorientados y fuera de quicio sino, lo peor: incapaces de estructurar una verdadera oposición, que tuviera la fuerza de los reaccionarios de otros tiempos.

Un primer informe protocolario de gobierno de nueve meses cuya redacción impresa se entregó por la tarde (a las 5 pm) al Poder Legislativo en el palacio de San Lázaro, mientras horas antes, desde las 11 de la mañana, se desarrollaba en Palacio Nacional una sesión con medio millar de invitados a la que se denominó Tercer Informe al pueblo de México, tomando en cuenta que se habían realizado dos reportes previos, al cumplir 100 días de gobierno y al conmemorar el primer aniversario de las elecciones fundacionales del boyante imperio político y electoral identificado con la tonalidad cromática Pantone 1805.

Para efectos de la autodenominada Cuarta Transformación, todo bajo control. En Palacio Nacional fue una reunión de acceso controlado y proclividades prestablecidas: como en las administraciones del pasado que se pretende dar por fenecido, el Informe presidencial fue aplaudido en varias ocasiones por un público que en lo general fue representativo de las élites. Cifras, datos, logros, enmarcados en la constante consideración de que nunca antes se había hecho o logrado lo que ahí se enumeraba.

El resumen de los primeros nueve meses fue una especie de condensación de lo diariamente informado y defendido en las famosas conferencias mañaneras de prensa, en una de las cuales el propio compareciente había adelantado que no habría material novedoso en el Informe extraoficial porque los periodistas lo sopeaban en las sesiones periodísticas matutinas. Así que sobre aviso no hubo engaño: nada informativamente espectacular en el acto en el Patio de Honor de Palacio Nacional. Si acaso, la insistencia en que el Poder Legislativo apruebe la supresión del fuero a funcionarios y políticos y que se regulen y validen las formas de consulta popular.

Y, desde luego, el señalamiento directo a la incapacidad discursiva, moral y política de sus opositores. Una muestra de la incapacidad organizativa y el bajo nivel de convocatoria estaba a la vista mientras el tabasqueño descargaba en Palacio Nacional su lista de logros: unos cientos, reportaban algunos medios de comunicación; más de mil, decían otros. Eran menos que otras ocasiones quienes se congregaron en el Ángel de la Independencia y luego caminaron hacia el Monumento a la Revolución. Más agresivas algunas mantas, pancartas y consignas, pero no se exhibió un músculo fortalecido de los opositores, a pesar de que a ciertos grupos tradicionales del antiobradorismo, como los Chalecos (Amarillos) México, se sumó el nuevo membrete del chuchismo y otras expresiones perredistas, Futuro 21, ahora en asociación con personajes escindidos de otros partidos o independientes.

Tampoco prendió en el Poder Legislativo la revuelta más bien escénica de los opositores al obradorismo. En el Senado se cerró el conflicto interno, entre las corrientes de Ricardo Monreal y Martí Batres, con el triunfo práctico del zacatecano, al confirmar a la tabasqueña Mónica Fernández Balboa como presidenta de la Mesa Directiva. En la Cámara de Diputados el Partido Acción Nacional está en vías de quedarse sin la presidencia de la mesa respectiva, pues Morena y sus aliados le cerraron el paso y se mantienen en espera de definir las vías adecuadas (reforma a la ley o transferencia de diputados de Morena al Partido del Trabajo), que apuntalarán a Porfirio Muñoz Ledo para una relección significativa. ¡Hasta mañana!

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