El director técnico de la Selección Mexicana, que está cerca de dirigir su primer torneo oficial con el Tricolor, asume este nuevo reto con las ilusiones de siempre

CIUDAD DE MÉXICO.- La Selección Mexicana renueva sus esperanzas con Gerardo Martino (Rosario, Argentina, 1962), que tendrá su primer torneo oficial al frente del Tricolor en la Copa Oro, que inicia el 15 de junio. Precisamente, el reto del hombre que ha dirigido al Barcelona y al combinado argentino resulta de importancia si se piensa en los últimos siete Mundiales, en los que México no ha podido pasar de los octavos de final.

A título personal, Martino considera que ese reto es el más importante en su carrera, “si uno piensa en la Selección de México, evidentemente sí, pero si uno piensa en toda mi carrera, he tenido la posibilidad de conducir a una Selección en una Copa del Mundo, diferentes Copas América, he jugado Champions, la verdad me han tocado vivir competencias muy importantes y ésta es una más en la que me va a tocar participar”.

En términos generales, Martino es un hombre que continúa soñando con armar un buen equipo y poder trascender, ingredientes vitales cuando se asume un nuevo compromiso, el que adquirió el 7 de enero pasado.

En el verano será la primera justa que va a encarar al frente de la Selección Mexicana, ¿cómo se siente?
Bien, ansioso, ilusionado, sobre todo porque no son muchos los tiempos que podemos tener a los futbolistas. Éste es un buen momento tanto para competir como para hacer entrenamientos y seguir afianzando una idea.

¿Cómo asumir el reto de cambiar la historia y la mentalidad del cuadro nacional, el equipo que siempre se queda “cerca” de trascender, tanto en los Mundiales y algunas competencias internacionales?

Nosotros esperamos que todo eso se pueda hacer en un plazo de cuatro años. Tampoco quiero pensar que todo esto se reduce a los próximos 60 días. Evidentemente, tenemos una competencia importante, en esa competencia somos uno de los candidatos al título, pero también tengo la expectativa de poder trabajar cuatro años tratando de afianzar una idea con los jugadores compenetrados y una imagen del equipo que sea la que el público espera encontrar. Eso es lo que nos va a dar buena plataforma para poder ser positivos mirando los próximos cuatro años.

Conforme avanzan los años y uno se encuentra en distintos equipos, ¿los sueños, las metas y los objetivos van cambiando o permanecen los mismos?

Las ilusiones son siempre las mismas, cuando uno asume un nuevo reto, la idea de armar un buen equipo, de trascender, de lograr objetivos siempre son comunes. Después, lo que varía son los diferentes tipos de competencias y los lugares en donde uno está trabajando. El día que estos sueños se acaben, es el día que hay que retirarse, si uno no sueña es muy difícil poder seguir.

¿Cuál es la huella que quiere dejar en la Selección Mexicana?

Cualquiera quisiera dejar la huella de lograr el quinto partido. A mí me parece que todo lo que se puede desear en cuanto a resultados, la parte fundamental es que haya un equipo que entienda la forma de jugar, la que le expresa el entrenador, por la cual entrena y por la cual juegan los partidos, así convierte en una selección confiable.

Es decir, ¿qué se busca primero, una comunión?

Eso es lo más importante, sí, pero una comunión en donde lo fundamental es a qué vamos a jugar y cómo lo vamos a expresar en el campo. A la medida de que los futbolistas lo entiendan y además tengan la misma valentía que han tenido en los dos primeros partidos, seguramente estaremos mucho más cerca de lograr los objetivos.

Se habla de una generación dorada en el futbol mexicano desde hace unos años. ¿Esto le da a usted como estratega mayor responsabilidad de cara a una justa en donde habrá ausencias puntuales?
La camada de futbolistas con la que vamos a contar es una camada importante que nos obliga evidentemente a hacer un buen trabajo. Después hay situaciones que se van presentando, estas siempre se presentan unos días antes de competir y aparecen algunas lesiones o situaciones puntuales que iremos atendiendo una por una para tratar de conformar la lista que nosotros creamos es la mejor.

El futbolista mexicano está muy cómodo en la Liga MX, por los salarios, por ejemplo. ¿Hace falta que salga de su zona de confort para trascender?

Pero esto va a llegar, siempre llega, es cierto que el futbolista trabaja para tener una remuneración, pero no trabaja exclusivamente por el dinero, trabaja también por competir, por trascender, por querer pasar retos, muchas veces esta idea de cumplir sueños y competir en las mejores ligas del mundo es positivo para ellos. En el momento en el que el futbolista mexicano tenga que salir, seguramente lo va hacer.