Niki Lauda, legendario tricampeón de Fórmula 1 falleció a los 70 años. Foto: AP

Para mi sobrina nieta
Daniela Raymundo Aspiros,
en solidaridad

Como el presupuesto que nos asignaba la empresa Mex-Abril no alcanzaba para cubrir con un enviado todas las carreras de Fórmula Uno, en la revista Automundo este tecleador redactaba las crónicas respectivas con las informaciones que comprábamos a la Agence France Presse (AFP). Las fotografías estaban contratadas con la Associated Press (AP) estadunidense, que nos entregaba un rollo sin revelar de cada competencia y nos ateníamos a lo que saliera. Otras imágenes foráneas se adquirían con diversos proveedores.

Sin embargo, por arreglos con la Oficina de Turismo de Estados Unidos, en aquel 1976 asistimos a las 24 Horas de Daytona, las 500 Millas de Indianápolis y las Seis Horas de Watkins Glen, correspondientes a otras categorías, y al regreso de esta última prueba en julio de ese año, renunciamos a la dirección de la revista por diferencias con el gerente de Mex Abril.

De manera que teníamos un día de haber dejado atrás aquella experiencia periodística y andábamos en la disyuntiva de irnos a Excélsior o a Notimex, cuando ocurrió el accidente. El siguiente director, Alfonso Tirado, o tal vez su reportero Rodolfo Velasco, se hicieron cargo de la información. Por el plazo para el “cierre” de la siguiente edición, ya sólo tuvieron tiempo para escribir unos párrafos e intercalarles hábilmente los “cables” (como se llamaba a los despachos noticiosos de las agencias) de la AFP.

Así, con el título de ‘¡El rey no ha muerto!’ y dos dramáticas fotos como fondo del texto, Automundo dejó testimonio de cómo fueron los primeros momentos del Gran Premio de Alemania de F1 aquel 1 de agosto de 1976, y del accidente donde por un verdadero milagro salvó la vida el piloto del equipo Ferrari, el austriaco Niki Lauda (1949-2019).

Dice la información publicada por la revista, que el autódromo alemán de Nürburgring era muy inseguro -le llamaban “el infierno verde”- y Lauda “ya había expresado con anterioridad su descontento con el circuito de 23 kilómetros”.

Lauda -quien ostentaba el campeonato mundial de pilotos del año anterior e iba por otro- arrancó en segundo lugar atrás del británico James Hunt (1947-1993), su principal rival, en una carrera que se retrasó debido a una fuerte lluvia. En la segunda vuelta tuvo lugar el choque del austriaco que dejó fuera a varios competidores, el monoplaza se incendió y el piloto sufrió quemaduras de primero, segundo y tercer grados en la cabeza y fracturas en el esternón. “¡Sáquenme de aquí!”, gritaba antes de quedar inconsciente.

Dada la tardanza de los servicios de asistencia, varios pilotos sacaron al compañero de entre el fuego. Entre tanto, Lauda inhalaba los gases letales y hasta el día siguiente recobró el conocimiento, pero su vida seguía en peligro.

Tras dejar Automundo, y de manera simultánea con nuestro ingreso a Notimex, el editor Federico Martínez nos nombró en la dirección del periódico mensual Automóvil, en cuyo número de septiembre se publicó que, cinco días después de su accidente, Lauda ya preguntaba cómo iba el campeonato y cuándo podría volver a correr.

Decía también esa nota que Enzo Ferrari estaba desesperado porque no quería perder los campeonatos de pilotos y de marcas de ese año, en el que su equipo había tenido otras complicaciones. “No sabemos si a Niki lo presionó Enzo Ferarri” para volver a pelear la corona, comentaba otro texto de Automóvil, pero según el doctor Horts Lutz “las posibilidades dependían de la cicatrización de su ojo izquierdo, que estaba en peligro de perder”.

Niki Lauda salió del hospital, volvió a correr seis semanas después en el Gran Premio de Italia, todavía con opciones de coronarse (aunque le ganó Hunt), logró otros dos campeonatos de pilotos y se retiró de las competencias en 1985. Siguió presente en el mundo de la Fórmula Uno a la par con su empresa de aviación. En 2018 trabajaba como asesor en el multicampeón equipo Mercedes, cuando se retiró para someterse a un trasplante de pulmón, órgano dañado por el accidente de 42 años atrás.

El campeón mundial de Fórmula Uno en 1975 y 1977 con Ferrari, y en 1984 con McLaren, Andreas Nikolaus ‘Niki’ Lauda, de Viena, Austria, falleció a los 70 años este 20 de mayo de 2019 por complicaciones en su salud. Estaba sometido a hemodiálisis y había sido hospitalizado a causa de una fuerte gripe. Nuevamente, las agencias de noticias nos tuvieron al tanto de todo ello.

Participó en 185 carreras entre 1972 y 1985, logró 25 victorias, 54 podios y los tres campeonatos citados. Tres de los cinco equipos en que corrió: March, BRM, Ferrari, Brabham y McLaren, ya no existen. Automundo tampoco, pero los aficionados disponemos ahora de la revista Fast Mag, que con toda seguridad dedicará su próximo número al valiente hombre que salió de las llamas y salió del hospital, y siempre también con vida de los circuitos de su época, tan peligrosos y mortales que él fue uno de los corredores que exigieron a la organización mayores medidas de seguridad para ellos. De manera que “falleció pacíficamente con su familia”, según dice el comunicado de su deceso.

La rivalidad entre Lauda y Hunt fue tema para la película Rush en 2013, donde se aprecian escenas del accidente de 1976.