El excandidato presidencial conservador François Fillon y su mujer, Penelope CHRISTOPHE ENA AP

Hace poco más de dos años, el conservador François Fillon se veía ya presidente de Francia. Iba a ser la culminación de una carrera dedicada íntegramente a la política durante la cual fue también primer ministro. Entonces llegaron las acusaciones de desvío de fondos públicos para pagar jugosos salarios a su esposa, Penelope, por varios empleos que nunca ejerció. Luego surgirían más revelaciones de la prensa, como que el candidato conservador que había logrado derrotar en las primarias de su partido al expresidente Nicolas Sarkozy había aceptado como regalo varios trajes de más de 13.000 euros, o que le habían concedido algún crédito sin intereses. Todo ello acabó minando no solo sus posibilidades de llegar al Elíseo, sino su propia carrera. Fillon acabó abandonando la política. Pero lo que no logra quitarse de encima son los problemas judiciales. Los jueces de instrucción que comenzaron a investigar los presuntos empleos ficticios de Penelope Fillon —imputada, como su marido, a comienzos de 2017— han recomendado que ambos sean juzgados.

Los cargos que enfrentará Fillon serán por “malversación de fondos públicos”, así como complicidad y ocultamiento de dicho delito. Según la Agencia France Presse, deberá además responder por “apropiación indebida de bienes sociales” e incumplimiento de la obligación de declarar sus bienes a la Alta Autoridad por la transparencia de la vida pública, la instancia que examina las finanzas de los cargos públicos.

Quienes no deberán responder ante la justicia son los hijos de la pareja que también fueron empleados con cargo a las arcas públicas cuando Fillon era senador, según reconoció él mismo durante la campaña, después de que estallara el escándalo que acabó con su carrera al Elíseo. Sí comparecerá ante los jueces el eurodiputado Marc Joulaud, antiguo hombre próximo al ex primer ministro acusado igualmente de malversación de fondos públicos, de acuerdo con los medios franceses.

Los abogados de los Fillon no han perdido tiempo en lanzar su contraataque. Antonin Lévy, abogado del excandidato presidencial, lamentó que la decisión de ir a juicio se filtrara a la prensa “antes de ser notificada a Fillon y a su defensa”. Algo que demuestra, denunció a la AFP, “el espíritu en que ha sido realizada toda la investigación”. El abogado de Penelope Fillon, Pierre Cornut-Gentille, también consideró la filtración “una nueva violación del secreto de instrucción”.

En total, el expediente que los jueces de instrucción entregaron al tribunal correccional el pasado 19 de abril contiene 150 páginas, según Le Monde. De acuerdo con el diario, el juicio podría comenzar a finales de este año.