RUMBO AL PLAN NACIONAL DE DESARROLLO. El secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, al hablar durante la clausura del foro Planeando Juntos la Transformación de México .Foto Jesús Villaseca

AMLO apuntala lo contrario
Bautizo en Morelos
Claudia Sheinbaum: Complacencias 100

Este domingo, en Palacio Nacional, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) decidió anunciar el fin de la política neoliberal. No utilizó alguna fórmula verbal que describiera un proceso en curso, una pretensión o una aspiración. Por el contrario, fue contundente, definitivo: Quedan abolidas dos cosas, puntualizó, el modelo neoliberal y su política de pillaje antipopular y entreguista (nota de Alonso Urrutia y Dora Villanueva: https://goo.gl/rpJZ8X).

Ya antes había anunciado, por ejemplo, el fin de la guerra contra el narcotráfico. El pasado 30 de enero, en una conferencia mañanera de prensa, dijo, en respuesta a una pregunta: oficialmente ya no hay guerra. Nosotros queremos la paz, vamos a conseguirla (nota de Alma Muñoz y Alonso Urrutia: https://goo.gl/CxyQUr). La realidad ha sido implacable en sentido contrario: continúa la guerra contra el narcotráfico, en términos cuando menos similares a los registrados durante los gobiernos de Felipe Calderón y de Enrique Peña Nieto. Y esa beligerancia aumentará en cuanto se cumplan los protocolos finales para que abiertamente entre en acción la Guardia Nacional.

Respecto a su nueva postulación de finiquito, nada ha hecho López Obrador que sustente la grandilocuente declaración de muerte de la política neoliberal y su modelo económico. Todo lo contrario. El tabasqueño se ha esforzado en dar garantías de continuidad al esquema de globalización económica, de respeto a los capitales y al libre mercado y cuidado quirúrgico al funcionamiento tradicional del Banco de México y otras instancias de vigilancia de que el neoliberalismo económico siga adelante en nuestro país.

Se han dado escaramuzas que en su momento han parecido distanciar gravemente al nuevo Presidente de la República de los principales empresarios. Pero todo se ha ido recomponiendo habilidosamente con Alfonso Romo como mensajero de compensaciones y nuevos negocios para los empresarios originalmente maltratados. Además, López Obrador ha integrado en un consejo asesor a varios de los grandes capitalistas del país para que le ayuden a diseñar proyectos económicos de gran inversión pública, a la que se asociarán los empresarios reagrupados.

Uno de esos asesores de la Presidencia es Miguel Rincón Arredondo, dueño de la empresa Biopapel (que entre otros productos tiene las libretas Scribe) y del Consorcio Durango. En un reporte de la revista Expansión, de noviembre del año pasado, se consigna que el productor de cartón y otras especialidades del papel “ocupa el lugar 144 en el ranking de las 500 empresas más importantes de México. En el tercer trimestre del año, la empresa reportó ventas por 7 mil 85 millones de pesos. Rincón Arredondo ocupa el lugar 82 en la lista de los 100 empresarios más importantes de México”.

Un día antes de que fuera proclamado el fin de la política neoliberal en México, Rincón Arredondo fue anfitrión del presidente López Obrador, quien asistió a una finca campestre en Morelos para presenciar el bautizo del hijo de ese empresario. El oficiante de la ceremonia religiosa fue el arzobispo emérito Norberto Rivera Carrera, quien gozó de amistad y privilegios con quien fue jefe del gobierno capitalino, a tal grado que obtuvo casi tres hectáreas de terreno en Ciudad de México para construir la Plaza Mariana, aunque en el siguiente sexenio chilango se buscó devolver al patrimonio colectivo los mencionados terrenos, lo que finalmente no se logró (Rodrigo Vera informó en diciembre de 2014 que Iglesia y Slim recuperan la Plaza Mariana https://goo.gl/HvrwQG).

Y ya que se habla de jefaturas chilangas, ayer Claudia Sheinbaum Pardo encabezó un acto por sus primeros 100 días de gobierno (Complacencias 100), lleno de buenas intenciones, presuntos avances burocráticos y una preocupante falta de crítica y propuestas viables en temas como la creciente inseguridad y la corrupción que, también, dio por finiquitada en varios casos.

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