Soldados malienses reciben entrenamiento de la misión militar europea desplegada en Malí. ALEXANDER KOERNER GETTY IMAGES

España se implica a fondo en la segunda fase de la cooperación europea de defensa. Madrid, impulsora con Berlín, París y Roma del reforzamiento del flanco militar de la UE, participará en seis de los planes más ambiciosos correspondientes a la nueva tanda que aprobarán esta semana los ministros de Defensa en Bruselas. El futuro dron MALE (un vehículo no tripulado de media altitud y gran autonomía destinado a competir con el Reaper estadounidense), la nueva versión del helicóptero Tigre y una red de bases para dar apoyo logístico a las operaciones europeas forman parte de esos proyectos, en los que militares e ingenieros españoles trabajarán codo con codo con franceses y alemanes, entre otros.

Un año después de lanzarlo, el pilar de coordinación militar de la UE se afianza con una nueva tanda de 17 proyectos. Los ministros necesitan visibilizar este avance en un momento en que Estados Unidos relaja su compromiso de defensa de los aliados de la OTAN. Aunque hablar de ejército europeo y de autonomía estratégica de la UE suena utópico en algunos rincones del Viejo Continente, un alto cargo del Ministerio de Defensa consultado por EL PAÍS recurre a una anécdota familiar para ilustrar esa ambición: “Es como el vecino que lanzaba piedras a la luna. Todo el mundo se reía de él y lo llamaba loco, pero el día que se celebró un concurso de lanzamiento de piedras en el pueblo, el loco ganó el primer premio”. Los líderes europeos consideran que airear conceptos hoy pretenciosos al menos acerca el objetivo de integración en defensa.

Tras participar en casi todos los proyectos de la primera tanda, España ha decidido tomarse con más calma esta segunda oleada. El Ministerio de Defensa colabora en seis de los 17 nuevos, según detallan fuentes oficiales de este departamento. El número definitivo, no obstante, puede variar en la reunión de ministros. El primero es una actuación conjunta para agilizar el desarrollo del primer dron con sello europeo (de nombre MALE RPAS) que debería estar listo para 2025. La concepción de este dron, aprobada en 2013, ha sido uno de los hitos de cooperación europea en un ámbito, el de los aviones no tripulados, en el que el club comunitario va por detrás de otros gigantes como Estados Unidos o Israel. En su desarrollo colaboran Francia, Alemania, Italia y España.

Además, hay un plan para los nuevos desarrollos del helicóptero de combate Tigre, uno de los productos más visibles del equipamiento europeo, y una iniciativa para mejorar la capacidad de despliegue de la UE con bases de apoyo logístico para sus misiones.

España también se ha implicado en una red de centros de excelencia para evaluar y mejorar las capacidades militares de los países miembros y en un plan de protección médica, que fomenta la cooperación de los Estados con el mundo académico y la industria para ofrecer protección en situaciones de riesgo químico y nuclear, entre otros. Por último, ha abogado por mejorar los sistemas de radionavegación con las capacidades de Galileo, el GPS europeo.

Al contrario que en la primera fase, en la que España lanzó un proyecto propio, el Gobierno ha preferido integrarse en iniciativas lanzadas por otros Estados miembros (Francia y Alemania). Defensa argumenta que lo importante no es liderarlos, sino aplicarlos. “Hemos preferido calidad a cantidad. Nuestro proyecto de mando y control, en marcha desde el pasado mes de marzo, ya es gigantesco y debemos seguir desarrollándolo”, arguyen las fuentes consultadas.

Por encima de la profusión de proyectos, con que la UE trata de simbolizar la importancia estratégica que confiere a la defensa, el objetivo de esta nueva tanda es consolidar el impulso iniciado hace ahora un año. “Hay una mejora en la calidad de los proyectos en esta segunda ronda. La anterior era más bien un primer ensayo. En cualquier caso, lo importante no son los proyectos en sí, sino que sirvan para avanzar en la puesta en práctica de los 20 compromisos asumidos por los Estados miembros que han firmado la PESCO”, argumenta Jorge Domecq, director de la Agencia Europea de Defensa, con sede en Bruselas. Este alto cargo español se refiere a la veintena de criterios que se comprometieron a respetar los países firmantes de esta cooperación permanente y que incluyen algunos tan ambiciosos como elevar regularmente los presupuestos militares y dedicar al menos un 20% a inversión en equipos.