El presidente de Polonia, Andrezj Duda, ha nombrado este miércoles a 27 nuevos jueces para el Tribunal Supremo. Con este gesto, el Gobierno del ultraconservador partido del PiS desafía de nuevo a Bruselas. La Comisión Europea pidió el mes pasado al Tribunal de Justicia de la UE bloquear esta controvertida ley, que rebaja la edad de jubilación de los jueces del Supremo de 70 a 65 años, lo que implica la salida de 27 de sus 72 magistrados y a la vez da vía libre a nuevos nombramientos. Lo que no está claro es si estos nuevos jueces sustituyen a los que magistrados que han sido forzados a dejar su puesto de trabajo por la nueva ley.
Una de las afectadas por la reforma es la presidenta del Supremo, Malgorzata Gersdorf, de 65 años, que debía permanecer en el cargo otros tres años más. En julio de este año, Gersdorf y sus compañeros jubilados forzosamente recibieron una carta de despido, pero ella se ha resistido a abandonar su puesto de trabajo. Según su portavoz, Michal Lakowski, la magistrada “irá mañana también a trabajar”. Los afectados han podido solicitar estos meses una prórroga de su cargo de hasta tres años. Pero la concesión depende del presidente de la República, Andrzej Duda, y su decisión no admite recurso. Al menos 12 de los jueces pidieron quedarse. Sólo cinco han conseguido esa prórroga.
El número dos de la oficina de Duda, Pawel Mucha, ha declarado que estos nuevos nombramientos son un nuevo paso en la reforma judicial polaca, y que el objetivo es “recuperar las bases de confianza en la judicatura”. El control de la justicia ha sido uno de los principales caballos de batalla del Gobierno del PiS, dirigido en la sombra por el ultranacionalista católico Jaroslaw Kaczynski. El Ejecutivo siempre se ha escudado en acabar con la corrupción de un sistema judicial que, según ellos, sigue contaminado por el pasado comunista del país. Pero la Comisión Europea critica que las reformas de Varsovia hacen peligrar la división de poderes del país.
El PiS ha aprobado en los últimos meses una batería de leyes con las que quiere reformar el actual sistema judicial y hacerlo más ágil, eliminando por ejemplo las rémoras del régimen comunista. Sin embargo, los detractores de estas medidas consideran que politizan la Justicia y permiten al PiS controlar los principales estamentos.
El portavoz de Plataforma Ciudadana, principal partido de la oposición en Polonia, Borys Budka, ha criticado este miércoles la decisión del presidente, al que acusó de “violar sistemáticamente la Constitución polaca” y “no respetar la independencia judicial”. “Es inaceptable que [Andrzej Duda] se haya convertido en un ejecutor pasivo de las directrices que marca el Ministerio de Justicia o el PiS”, ha añadido.