Un policía turco, frente al consulado saudí en Estambul, este lunes. OZAN KOSE AFP

El Gobierno turco ha solicitado este lunes permiso a Arabia Saudí para registrar el consulado del país árabe en Estambul, último lugar donde se vio a Jamal Khashoggi, un veterano periodista crítico con el príncipe heredero Mohamed Bin Salmán, desaparecido desde hace una semana y que se sospecha que ha sido asesinado. El caso ha enfrentado a Ankara y Riad, que sostienen versiones contrapuestas de lo ocurrido. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha exhortado este lunes a Riad a demostrar con pruebas que Khashoggi abandonó el consulado con vida.

La petición para entrar en el consulado ha sido realizada durante una reunión en Ankara entre el viceministro turco de Asuntos Exteriores, Sedat Önal, y el embajador saudí, Walid bin Abdulkarim Al Jereiji, convocado por segunda vez en una semana para inquirirle por la situación del periodista. “Se le ha transmitido [al embajador] que esperamos su total cooperación en esta investigación”, afirmó una fuente del ministerio citado por la cadena turca NTV.

El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan ha dicho este lunes en Budapest, tras reunirse con el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, que su país tiene el deber “político y humano” de resolver la desaparición de Khashoggi. El presidente turco ha subrayado que “las autoridades consulares no se pueden salvar diciendo simplemente ‘[Khashoggi] salió de aquí’. Si salió, ustedes deben demostrarlo con imágenes”, ha enfatizado.

Los saudíes afirman que el periodista, exiliado desde 2017, salió del consulado pocas horas después de entrar en el edifico a por un certificado de su estado civil. Pero la hipótesis que sostiene la policía turca —no confirmada oficialmente— es que Khassoggi fue asesinado dentro del edificio con la cooperación de 15 ciudadanos saudíes que llegaron en dos vuelos desde Riad. Según varias fuentes, las grabaciones de las cámaras de seguridad de los agentes turcos responsables de la seguridad del edificio, estos individuos entraron el 2 de octubre, el mismo día que desapareció el periodista, colaborador de The Washington Post, y posteriormente salieron y volvieron a su país. También se cree que podrían haber sacado el cuerpo de la legación consular aprovechando la inmunidad diplomática, que impide el registro de los vehículos consulares.

El diario turco Sabah, citando fuentes de seguridad, explicó que la investigación se centra ahora en una columna de seis vehículos que partieron del consulado saudí dos horas después de que Khashoggi entrase en el edifico. En especial se examina el recorrido de dos furgonetas negras, una de ellas con los cristales tintados y ambas con matrícula diplomática. Los seis vehículos se dividieron en dos grupos y cada uno partió en direcciones opuestas.

La hipótesis de una muerte violenta —“hay indicios de que pudo ser asesinado salvajemente y que lo sacaron del edificio despedazado”, asegura uno de sus amigos, Turan Kislakçi— ha enfurecido a asociaciones de derechos humanos y de periodistas de Oriente Próximo. Varios representantes de ellas se manifestaron este lunes frente al consulado para exigir respuestas a las numerosas incógnitas.

“Exigimos su liberación o saber dónde se encuentra si es que está vivo. Y si no lo está, qué ocurrió exactamente en el consulado de Estambul”, dijo ante el consulado saudí Mohamed Okda, de la asociación Insight Into Crisis y amigo de Khashoggi: “Pedimos a la comunidad internacional que presione a Arabia Saudí y a [el príncipe heredero] Mohamed Bin Salmán para que digan qué ocurrió exactamente en el consulado. Queremos saber quién estuvo involucrado en el crimen de su desaparición o en el crimen de su asesinato y que sean llevados ante la justicia. Esta cuestión tiene que ser resuelta inmediatamente”.

Igualmente enfurecida por el comportamiento de las autoridades de Arabia Saudí estaba la periodista yemení y Premio Nobel de la Paz 2011 Tawakkol Karman, muy involucrada en la lucha por conocer la verdad sobre Khashoggi: “Lo que le ha ocurrido es parte de la política de terror de Arabia Saudí hacia sus ciudadanos en el interior y en el exterior del país. Es un crimen terrible. La comunidad internacional se debe movilizar ahora para que haya una investigación internacional y saber qué ha ocurrido con Jamal Khashoggi. Porque esto pasa con todos los que se oponen al príncipe Mohamed Bin Salman. Las desapariciones deben parar y es deber de la comunidad internacional impedirlo”.