Una trabajadora de salud vacuna a un niño contra el sarampión en Ciudad Juárez, Chihuahua. Christian Chavez (AP)

El Estado de Chihuahua, en la frontera norte del país, todavía batalla para contener el brote de sarampión, que se está cebando con la zona y suma 2.752 casos de los casi 3.000 que hay confirmados en todo el territorio. La enfermedad, que comenzó a transmitirse en una comunidad religiosa contraria a la vacunación a ambos lados del río Bravo, está alcanzando a los jornaleros que se desplazan desde las sierras a los campos menonitas, donde se exponen a los contagios. Con el fin de proteger a este sector de la población, considerado un grupo de riesgo ante una potencial infección, el Gobierno ha ampliado la edad de vacunación de los menores de 40 años, la población recomendada habitualmente, hasta los 49 años. “Vamos a incidir directamente en los trabajadores migrantes para tratar de contener el brote”, ha anunciado el secretario de Salud federal, David Kershenobich, este martes durante la conferencia matutina.

El titular del ramo ha especificado que este mismo miércoles tendrán una reunión en Chihuahua para abordar esta cuestión en la que estarán presentes los representantes de todos los Estados, diversos expertos y la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que está asistiendo a México en el combate contra la enfermedad. En este encuentro, que será coordinado por el subsecretario Ramiro López, se va a analizar “cuáles han sido la vigilancia y los métodos de laboratorio”, así como “el funcionamiento de los equipos de respuesta federal y estatal y las coberturas de vacunación”. Al corte de junio, Los Estados cuentan con 4,5 millones de dosis de la triple viral o SRP, la destinada a proteger a los niños, y 1,4 millones de la doble viral o SR, utilizada principalmente en adultos. “No tenemos problema en el número de vacunas y estamos reforzando” la inmunización, ha asegurado Kershenobich.

Las autoridades lanzaron el primer aviso epidemiológico el 13 de marzo, cuando se confirmaron los primeros 22 casos, 18 en Chihuahua y cuatro en Oaxaca. Desde entonces, la infección no ha dejado de extenderse por el territorio y ya afecta a 18 de los 32 Estados. La cifra de casos aumenta hasta los 5.779 si incluimos también los posibles pacientes sin confirmar, una suma que convierte el brote actual en el mayor en lo que va de siglo.

Mientras que Oaxaca no ha elevado su número de contagios confirmados desde marzo, con 47 probables en total, el brote se ha desbocado en Chihuahua, que concentra además ocho de los nueve fallecidos en lo que va de año. El noveno está en su vecina Sonora, que cuenta 79 pacientes confirmados y 219 probables. Esto se debe, según los expertos, a la enorme dificultad de contener el brote una vez ha comenzado a extenderse. El sarampión es la enfermedad infecciosa más contagiosa del mundo, de cada caso pueden salir hasta 18 pacientes nuevos, y estos avanzan más rápido que la capacidad de las autoridades para inmunizar a la población. Todavía falta tiempo para que ese esfuerzo de vacunación intensiva comience a notarse en el descenso del número de pacientes.

El Gobierno ha intentado superar el rezago en las coberturas de vacunación, el origen de la extensión del brote, en los primeros seis meses del año. Entre enero y marzo vacunó a 715.000 personas y recuperó en abril la Semana Nacional de Vacunación, unas jornadas intensivas a las que no se recurría, al menos en ese formato, prácticamente desde la pandemia. En ese periodo se aplicaron 2,2 millones de dosis de hasta 14 vacunas distintas, un 120% del objetivo que se había fijado. Entre el 1 de abril y el 20 de junio, además, aplicó 1,88 millones de dosis específicamente contra esta infección, según los datos proporcionados por la Secretaría federal a este periódico la semana pasada.

Las Américas son el único territorio del mundo en haber conseguido el certificado de región libre de sarampión. La última vez que lo logró fue el año pasado. Ese estatus peligra ahora con la propagación de los contagios en Norteamérica, que acumula la gran mayoría de los casos del continente (más de 3.000 en Canadá y más de 1.200 en Estados Unidos). El objetivo prioritario de las autoridades es lograr contener el brote antes de que se cumpla un año del comienzo de la transmisión para conservar un certificado tan difícil de obtener como de mantener.