El último informe de la DEA está en el centro de las nuevas tensiones entre la agencia antidrogas y el Gobierno mexicano. Andrés Manuel López Obrador rechazó los hallazgos sobre la presencia del Cartel de Sinaloa y el Cartel Jalisco Nueva Generación (CJNG) en los 50 estados de EE UU. “No es novedad, es un refrito”, aseguró el presidente de México en su conferencia de prensa de este lunes. El mandatario señaló que Washington “no ha atendido las causas” de la crisis por el consumo de fentanilo y que el documento abona a la narrativa de que hay que buscar culpables fuera de Estados Unidos. “Se les hace muy fácil echarle la culpa a México”, comentó.
La DEA dedicó más de la mitad de su último informe anual, publicado la semana pasada, a detallar el avance del Cartel de Sinaloa y el CJNG, a quienes señala como los principales responsables de la epidemia de drogas sintéticas que cada año se cobra decenas de vidas en territorio estadounidense, según las autoridades sanitarias. “Están detrás de la peor crisis de drogas en la historia de Estados Unidos”, sostiene la agencia.
En el documento de 57 páginas, la fuerza antidrogas sostiene que las ganancias de los grupos criminales por la venta de fentanilo están en el orden de los miles de millones de dólares cada año y que ambos carteles ya tienen presencia en al menos 40 países. Entre otras revelaciones polémicas, en el reporte se señala que Los Chapitos, la facción del Cartel de Sinaloa liderada por los hijos de Joaquín El Chapo Guzmán, libran una guerra interna por el control de la organización con la célula comandada por Ismael El Mayo Zambada, antiguo socio de El Chapo y quien, según la DEA, está en mal estado de salud. También se detalla el modelo de negocios de ambos grupos y su colusión con las autoridades mexicanas para operar “con libertad”.
Durante La Mañanera, López Obrador proyectó el video de una entrevista con Mike Vigil, un exagente mexicoamericano de la DEA, que sostiene que la información publicada se sabía desde hace por lo menos cinco años. En la grabación, Vigil también cuestiona el modelo de seguridad del Gobierno mexicano, al asegurar que la política conocida como “abrazos, no balazos” no está dando resultados. El presidente desechó las críticas y dijo que la estrategia “lleva su tiempo”. “Hay quienes sostienen, y yo los respeto, que lo que hay que hacer es usar la fuerza o que es con medidas coercitivas como se va a resolver el problema, yo pienso que no se puede enfrentar el mal con el mal”, comentó.
“Nuestro deber es garantizar la paz y la tranquilidad en México”, señaló López Obrador, “ellos deben hacer su tarea”. En la opinión del presidente, la crisis de drogas que enfrenta Estados Unidos es producto de la falta de atención a los jóvenes y al deterioro del tejido social por un estilo de vida “centrado en lo material”. La publicación del informe anual de la DEA se dio en una semana tensa para la relación bilateral, después de que Anne Milgram, su directora, se quejara ante la Cámara de Representantes de que el Gobierno mexicano no había otorgado visas de trabajo a 13 de sus agentes. La Secretaría de Relaciones Exteriores dijo que los reproches eran “infundados” y señaló que los permisos se habían concedido desde abril. López Obrador consideró que las declaraciones de Milgram fueron “exageradas” y comentó que quizás partían de un “malentendido”. Este lunes bromeó al respecto y dijo que planteó a su homólogo Joe Biden que el país iba a ser “más riguroso” con la entrega de visas a los estadounidenses.
La relación entre la agencia antidrogas y las autoridades mexicanas ha sido ríspida en los últimos meses. López Obrador acusa a la DEA de estar detrás de varias investigaciones periodísticas que han señalado supuestos vínculos entre su círculo cercano y las organizaciones criminales. Los trabajos parten de declaraciones capos que aseguran haber dado dinero para financiar las actividades políticas del actual presidente. El mandatario ha negado los señalamientos y ha cuestionado que la agencia antidrogas lo haya investigado.
México elige a un nuevo presidente en junio de este año y Estados Unidos, en noviembre. Pese a los roces con la DEA y los cuestionamientos constantes sobre el papel de las autoridades mexicanas en temas como la migración y la lucha contra el narcotráfico en las campañas estadounidenses, López Obrador se mostró optimista sobre el futuro de las relaciones diplomáticas entre ambos países. “Son muchos lazos de amistad, de convivencia”, dijo.