Detrás de la campaña contra AMLO.

Enrique Galván Ochoa | Dinero

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Una de las novedades que surgieron con el arribo del gobierno de la 4T fue la conversión de la prensa oficialista de entonces a prensa de oposición (era conocida popularmente como prensa vendida). El cambio coincidió con el recorte del presupuesto gubernamental destinado a los medios y la exhibición de la lista de empresas y comunicadores que recibían dinero o contratos de los gobiernos anteriores. Hasta entonces, la mayoría, con excepciones, cumplían la función de aplaudir las acciones de los gobiernos del PRI y el PAN, incluso callar sus actos de corrupción. En marzo de 2011 sucedió lo inaudito: respondiendo a una invitación del presidente Calderón, por conducto de Claudio X. González en nombre de la Fundación Televisa, firmaron un acuerdo para ocultar información sobre asesinatos y enfrentamientos con los cárteles. Fue el tiempo en que Genaro García Luna actuó a sus anchas. Los medios de comunicación son propiedad de empresarios, no de periodistas, suelen estar ligados a negocios que van de hospitales, medicinas o venta y arrendamiento de automóviles. Ser parte de esa élite reporta beneficios.

Viene de lejos

La prensa antes oficialista, hoy de oposición, ha perseguido y atacado a López Obrador desde siempre.

En el desafuero como jefe de gobierno del Distrito Federal, estuvo de parte de Vicente Fox y Manlio Fabio Beltrones. En la campaña de 2006 obedeció la consigna de declarar a AMLO un peligro para México, con el fin de darle el triunfo a Calderón y en 2012 convalidó la compra de votos a través de tarjetas bancarias para abrir el paso a Enrique Peña Nieto. A pesar de todo, en 2018, el voto popular llevó a AMLO a Palacio Nacional. Ahora, en 2024, el objetivo de la oposición es múltiple: 1) desprestigiarlo con la no probada versión de que está embarrado con el narco (periodistas que lo acusan aceptan que no hay pruebas y el gobierno de Estados Unidos afirma que no es investigado); 2) descarrilar el paquetazo de reformas que recientemente envió al Congreso, y 3) impedir el triunfo de la candidata de la coalición Sigamos Haciendo Historia, Claudia Sheinbaum. Temen que la futura presidenta siga la línea de AMLO y mantenga cerrada la llave del dinero y los contratos a los dueños de los medios y sus comunicadores. Un dato interesante: Andrés Manuel continúa disfrutando un alto índice de aprobación de los ciudadanos y Claudia aventaja, según las encuestas, entre 20 y 60 por ciento a Xóchitl Gálvez. ¿Qué viene después? Se espera una definición de Claudia, ¿volverá el tiempo de los chayotes o se atreverá a gobernar con los medios en contra?

La realidad

Los opositores esperaban un naufragio económico al final de sexenio y la realidad se ha convertido en su mayor frustración. Imaginaron un peso devaluado, recesión, fuga de capitales, condena de los organismos internacionales a la conducción de las finanzas del país. Supusieron que no saldría pronto de la crisis de la pandemia. Sin embargo, la economía sigue creciendo. Tuvo un macizo desempeño en 2023 con un aumento del PIB de 3.2 por ciento. No es chiripazo, son tres años al hilo de expansión, según reporte del Inegi. Los inversionistas hasta hoy han reaccionado con desinterés a los conflictos de la política. Si van a la frontera estos días podrán comprar el dólar a 16.80 pesos. Peña Nieto lo dejó en 20.20 pesos. Registra una revaluación de 3.40 pesos. Decían que por estos días andaría en 35 pesos.

Chapulinaje en Morena

Es cierto, en todos los partidos hay invasión, pero se esperaba otra cosa del guinda. ¡Qué desilusión para los fundadores!

Twitterati

Xóchitl: …la anulación de los comicios…. Bajo nuestras narices y desde ahora se orquesta el intento de anular las elecciones. ¿Creen que vivimos hoy polarizados? Espérense a que se forme el gobierno en el exilio. Lo que no pueden ganar en las urnas, quieren ganarlo en la narrativa, aún si se llevan al país entre las patas.

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